Aparte de las conferencias, que ya comentamos, el festival contó con tres espectáculos que tuvieron lugar en el Planetario de Pamplona. Los anuncioes atán en la web del festival (www.fayc.es), pero no hay grabación, estas cosas hay que vivirlas en directo.
El primero, una performance sonora a cargo de Xabier Erkizia (en la foto en el momento de se presentado por Nerea de Diego - codirectora del Centro Uharte que es quien trajo a Xabier). Una colección de sonidos, del volcán de la Palma y de antenas recogiendo ondas de radio cósmicas, compuestos para generar una pieza que buscaba huir de lo narrativo, ser lo más opuesto posible a la música. La misma señal, introducida como señal de antena a una televisión producía unas imágenes sincronizadas con el sonido y tan abstractas como aquel. Todo un viaje.
Xurxo Mariño y Oswaldo Digón nos ofrecieron su "Carbón", ese viaje poético (y humorístico) en el que un fotón que llegó a la tierra en el carbonífero es liberado en una barbacoa. Realmente apasionante la historia científica, que se realza aún más con los gags de Oswaldo.
Miriam Ridruejo a la flauta, Lola Barroso al piano y Carlos Briones recitando poemas llenaron de música y lirismo la cúpula del planetario. Sobre esa cúpula, el conocimiento de Fernando Jáuregui y Raúl Manzanal, se proyectaron unas imágenes que seguían a la perfección lo que se oía. Todo un placer.
La asistencia de público fue menor de lo que me hubiera gustado, algo así como la mitad de lo que preveía. Esa disminución, bastante consistente en casi cualquier cosa organizada en esas fechas, la atribuimos en parte a una sensación de postpandemia que ha aumentado el umbral necesario para llevar moverse hacia espectáculos en general y estos en particular. Aparte de "echar balones fuera", seguramente tampoco hicimos la publicidad adecuada y, quizá, las fechas no fueron las mejores. Los espectáculos sí que lo fueron.