martes, 23 de febrero de 2021

La gota, memento mori

 Tengo ataques de gota desde hace muchos años. Seguramente por propensión genética, tanto a tener más ácido úrico delque toca, como a que se materialice en ataques. En realidad los niveles que suelo tener del ácido úrico tampoco son tan extremos, pero ahí siguen los dolores. Desde hace unos años tomo medicación diaria para controlar mejor el metabolismo de las purinas y evitar la gota. Eso hace que tenga menos ataques, pero no los evita del todo. Y cada uno es una lección de humildad, nunca aprendida, eso sí.

En una temporada de estrés, con la agenda muy llena, un día comienza un ligero dolorcillo en alguna articulación del pie. Piensas, es algo ligero, no es nada, igual hice demasiado ejercicio ayer. Y sigues con la agenda. A los dos días duele un poco más. Vale, un poquito de gota, lo admito, pero es muy ligero, y ademas con las pastillas diarias seguro que no va a más. A los dos días no te puedes mover. El roce de la sábana en la articulación te despierta por la noche. Cada cambio de postura en la cama es una tarea titánica. Aun así piensas que con el antiinflamatorio no tendrás que cancelar casi nada de ese apretada agenda. Error de nuevo.

La cosa solo empieza a remitir cuando te rindes, cuando te declaras oficialmente enfermo y cancelas todo, por importante que pareciera. Inmovilidad total, la pierna en alto, tranquilidad y ausencia de compromisos. En muy poco tiempo la cosa mejora y deja de doler. Y cuando no duele no recuerdas como era el dolor, te recriminas ser un poco exagerado. Aún así sigues con un poco de cuidado unos días. Pero al cabo de un par de semanas ya estás en disposición de empezar a fraguar el siguiente envite.

Esos ataques que te dan en pleno momento de "gloria" laboral y te ponen en tu sitio son la versión proletaria del esclavo que le sujetaba la corona de laurel a los generales romanos en sus paseos triunfales. Esos que, junto con el símbolo de la gloria, le susurrabern al oído momento mori, recuerda que eres mortal, que no se te suba a la cabeza este éxito que celebramos.

Ahora, en cuanto publique esto, tengo que llamar para cancelar todo lo de mañana y pasado.


La figura es una ilustración de James Gillary,  de 1799


miércoles, 17 de febrero de 2021

domingo, 14 de febrero de 2021

Saltarse la cola de la vacuna

Tres ideas (ilustradas) sobre los casos que vamos conociendo de personas que se saltan las colas de la vacunación. Preparado inicialmente como hilo de Twitter, parece que hay que recogerlo aquí para que no se pierda en la inmensidad de las líneas de tiempo.


No es cosa “de políticos” sino de poderosos
 

Algunos poderosos son políticos, otros no, son directores de hospital u obispos
 

Los políticos son un tipo de poderosos que han de renovar su poder por suscripción popular

Kehinde Wiley 2005, Napoleon Leading the Army over the Alps


Es moralmente muy miserable saltarse una cola generada por comités de ética y amplios consensos.
 

Resulta especialmente detestable en los que se dedican a dar consejos morales a los demás
(Oxómoron profesional)
 

Impresionante contorsionismo intelectual el que exige la autojustificación, la racionalización de tal miseria

Edvard Munch 1907, Cupid and Psyche


El impulso procede de un coctel de miedo y fe.
 

Miedo a una enfermedad peligrosa y confianza en la efectividad de la vacuna.
 

Las antípodas de lo que han propugnado otros poderosos: los negacionistas

Loft 817 2021, Martini splash