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sábado, 18 de julio de 2015

Neolengua (microrelato distópico)

Llevo un par de días en Madrid y estoy sorprendido de lo bien que funciona la privatización de los servicios sociales. En multitud de esquinas, portales y medios de transporte los interesados exponen al público sus proyectos de crowdfounding, sin intermediarios innecesarios. Algunos utilizan papelitos en los que te describen su situación, otros abordan a los viandantes con su elocuencia y otros hasta apoyan su solicitud tocando el acordeón. Es realmente fantástico que la evolución conceptual de los últimos años pueda describir la mendicidad de toda la vida como máximo exponente de la modernidad y la organización social.

lunes, 10 de febrero de 2014

Desconcierto tecnológico de Navarra

Hace unos años se construyo pegado al campus de la UPNA (dentro incluso) un centro de investigación en tecnologías del automóvil; con una estética análoga a la del resto del campus. Ahora, en tiempos de crisis, se ha gastado dinero en borrarle el logotipo, además de forma chapucera, como se ve en la foto.

Parece ser que en estos tiempos, con poco dinero y un gobierno sin mayoría en el parlamento había que proceder a un cambio de modelo en profundidad de los centros tecnológicos de Navarra.

Cuando llegué a Navarra hace casi 20 años ya se hablaba del desencuentro entre el área tecnológica del Gobierno de Navarra y la Universidad que acaba de crear ese gobierno. Me contaban sobre unos equipos de ingeniería mecánica fueron llevados a los centros tecnológicos antes de integrar la antigua escuela de peritos industriales en la recién creada universidad. Parece absurdo que el principal centro público de investigación de la comunidad, y el más centrado en investigación básica, no trabaje en estrecha colaboración con los demás centros de I+D, mas centrados en las aplicaciones tecnológicas. Sin embargo el desencuentro es absoluto.

En cualquier caso, si la política de centros públicos de I+D (universidad al margen) fuera sólida e inteligente, como ocurre con los centros del País Vasco, que son un referente nacional e internacional, no habría porqué criticarla, pero lamentablemente no es así. Lo que hace unos años era una red de centros autónomos ahora se concentra. Cosas que se abrieron se cierran; otras se trasladan, en algunos casos con costes altísimos, como el caso de la sala blanca de la antigua Fidena. En ese ambiente inestable las mejores cabezas se van en cuanto pueden, quedando un concentrado de mediocridad inmovilista, lleno de miedos y regido por oscuras directrices no escritas.

Me gustaría pensar que esta reestucturación es la buena y que por fin va a tener fruto el esfuerzo de inversión de los Navarros en el sector del I+D, aunque para mantener la ilusión hay que cerrar los ojos a unos cuantos errores de bulto. Por citar uno, que es el que me toca más directamente, el alejamiento de la UPNA, incluso físico.

Algunos enlaces:
- Anuncio del Gobierno de sus planes (Nov 2012)
- Estructura de los centros, corporación ADI-Tech
- Noticia en Diario de Navarra sobre la culminación del proceso (Nov 2013)

sábado, 9 de febrero de 2013

Causas de corrupción

"Así es como funciona ESTE país", "claro, es que esto es españistán", etc. etc. Sin embargo, la corrupción no es un fenómeno exclusivamente económico ni exclusivamente español. Me recuerda esta idea el artículo que publica hoy El País en el que se describe el plagio ¿sistemático? (8 casos) de tesis doctorales por parte de políticos alemanes. Un caso de corrupción académica y alemán como contraejemplo de las frases del inicio de esta nota.

Pero no traigo a colación el asunto con la patriótica intención de salvarle la cara a algunos, sino para llamar la atención sobre diagnósticos equivocados que difícilmente van a llevar a soluciones correctas.

El único organismo que no puede tener enfermedades es el que está muerto. La enfermedad es un efecto secundario de la vida. El delito es un efecto secundario de la organización social. La corrupción es un efecto secundario del poder. Todos son ejemplos de sistemas complejos, y en ellos, entre múltiples estrategias de funcionamiento en un nivel organizativo, existen algunas que van en contra del sistema mismo. Hasta un punto tal que si esas estrategias resultan exitosas acaban muriendo tras extinguir al "organismo" que las aloja.

La primera aproximación para luchar contra estas perversiones, estas enfermedades del sistema, se centra en las personas que las encarnan: el enfermo, el delincuente o el corrupto. Leproserías o cárceles son intentos de aislar a los individuos que desarrollan estrategias antisistema con la esperanza de contener su expansión. Esa aproximación tiene una cierta efectividad, pero muchas veces limitada. Por más que se aísle a las personas con cólera, la enfermedad no cesará hasta que se disponga de fuentes de agua limpia.

Pensar que la corrupción es un problema de unas pocas personas, o que está confinada a alguna región geográfica especialmente desafortunada es una aproximación que lleva a políticas inútiles. Igual que cualquiera puede padecer cólera, cualquiera (o casi) puede ser un corrupto, solo hace falta colocarlo en las condiciones adecuadas. Por eso hay tantos tesoreros del PP que han sido acusados de lo mismo, es el puesto, y no las personas, lo que es realmente pernicioso. ¿Quiere esto decir que los partidos políticos no deben tener tesoreros? No necesariamente. 

Cualquier organización necesita que se tomen decisiones, y las personas designadas son investidas de "poder", de la capacidad de tomar decisiones que serán ejecutadas. La corrupción es la perversión enfermiza de ese poder, orientándolo a beneficios espurios, que no son los de la organización (normalmente el beneficio propio, o de subconjuntos de la organización). Hay tres características que favorecen especialmente esta perversión: la acumulación d poder, la extensión temporal del mismo y la opacidad en su ejercicio.

Si todo lo anterior es correcto, y sin perjuicio de meter en la cárcel a los que ya se han pasado tres pueblos, las medidas que van en la dirección correcta para evitar corrupciones son claras: dividir el poder (ya Montesquieu empezó a verlo claro), limitarlo en el tiempo (lo de los 8 años máximo de presidentes de EEUU es crítico), y con la máxima transparencia.

Ya en una entrada anterior andaba con el mismo tema (con más datos científicos y menos interpretaciones personales de los mismos), pero es que en estos días que estamos viviendo cuesta pensar en otras cosas...

domingo, 6 de noviembre de 2011

Políticos de marca blanca

Cuando la falta de dinero aprieta, se empiezan a cuestionar seriamente gastos que venían asumiéndose como algo normal, y que en realidad aportan muy poco valor, los derivados de las marcas. Un ejemplo es el de las medicinas: si lo que cura es el principio activo no tiene mucho sentido financiar con dinero público medicinas de marca. Tampoco lo tiene hacerlo con dinero privado, pero allá cada cual con su cartera. Lo mismo pasa con el conocimiento científico: el sistema establecido de revistas le introduce un sobrecoste tremendo a los sistemas públicos de ciencia (como ya comentábamos en entradas anteriores).

Las amas de casa (1) lo descubrieron muy al principio de la crisis, y en los supermercados se han dejado de vender productos de marca en favor de las "marcas blancas", es decir, en favor de los mismos productos a excepción de la marca. Con el retraso habitual (podría haber sido incluso peor) el legislador (2) ha tomado medidas en el mismo sentido, en el caso de las medicinas forzando a la prescripción de genéricos (Real Decreto 9/2011, BOE 20 de Agosto), y en el caso de las revistas científicas obligando a la instalación de repositorios abiertos (Ley de la Ciencia, artículo 37).

¿Y si extrapolamos el concepto a la política? El genial J.R. Mora lo expresa explícitamente es esta viñeta, y de alguna forma, menos explícita, es lo que está detrás de los movimientos #nolesvotes (con interesante banda sonora y todo). Seguramente el caso más interesante en este sentido es el de Bélgica, que se ha pasado un tiempo larguísimo sin un gobierno realmente establecido. Mientras los problemas de las marcas impedían la formalización de un gobierno, unos políticos de marca blanca gestionaban el país sin que la vida diaria del país se resintiera un ápice.

En fin, no seré yo quien proclame la irrelevancia de la política ni la conveniencia de eliminar las elecciones. Siempre que ha ocurrido eso en la historia las cosas han sido muchísimo peores. Pero si que conviene ir pensando vías de revitalización de la participación pública, porque si de verdad funcionamos bien con políticos de marca blanca es que no estamos haciendo Política.

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(1), (2) Cuestión de género: ni "el ama de casa" es femenina ni "el legislador" masculino, son términos establecidos para referirse a la persona que gobierna un hogar en el primer caso, y al colectivo de personas que hacen y aprueban las leyes. El género de las palabras usadas para su denominación no presupone nada respecto del sexo de quienes las encarnan.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El poder de la derecha en tiempos de crisis

El pasado 15 de octubre el mundo vivió una ola de manifestaciones en multitud de ciudades. Ya sea al hilo de "Occupy Wall Street" en EEUU o de los "indignados del 15M" Españoles, el descontento con el sistema de organización social del occidente democrático se hace patente. La desigual forma en que la crisis económica ha tratado a unas personas y a otras, y la (ausencia de) respuestas de los políticos han movido a multitud de personas a protestar pacíficamente.

Cualquier análisis de las consignas, de los eslóganes de esas manifestaciones los situaría mucho más próximos a los valores tradicionales de la izquierda que a los de la derecha política (una infografía espléndida resumen de dichos valores se publicó en Information is Beautiful y, con menos resolución ilustra la entrada). Sin embargo las encuestas pronostican una victoria arrolladora del PP en las próximas elecciones. Dándole vueltas a esta aparente contradicción se me ha ocurrido una hipótesis "psicoanalítica" que paso a explicar.

En realidad en el mundo occidental no se cuestiona el modelo de sociedad, y eso de la izquierda y la derecha en la práctica no supone más que ligeros matices en la organización de esa sociedad. Esas diferencias se exageran mucho en tiempo electoral, pero viendo las leyes de distintos países europeos o comunidades autónomas no es casi imposible distinguir el color del gobierno que las aprobó.

En ausencia de diferencias de fondo adquiere mucha relevancia las formas, la estética. Una es de apariencia más seria, vestidos más clásicos, firmeza y autoritarismo y referencias a la tradición, la otra es más jovial, de menos corbatas, dialogante, menos seria. Insisto en que son elementos estéticos más que valores.

En tiempos de crisis, cuando las incertidumbres acechan y uno se siente más desvalido, todos echamos de menos a papá, al padre de la infancia, el individuo idealizado que lo sabía todo, que con un "curita sana" nos arreglaba las rodillas magulladas. Me temo que ese personaje lo encarna muchísimo mejor la estética de la derecha. Cuando vengan mejor dadas ya saldremos de fiesta con el hermano mayor (la estética de la izquierda), pero ahora a por el paternalismo de la derecha.

jueves, 18 de agosto de 2011

Aunque la mona se vista de seda

Un refrán clásico dice que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, un refrán que parece ser que es muy antiguo, y que hace referencia a que no se puede fingir lo que en realidad no se es, y que el atrezzo, los elementos auxiliares, no ayuda en este pretensión. Sin embargo esto no siempre es así, como lo corrobora un famosísimo experimento del que justo hoy se conmemora el 40 aniversario. La idea general consiste en dividir al azar a un colectivo (estudiantes en el experimento) en dos grupos y asignarles roles diferentes: carceleros y presidiarios. A los 6 días hubo que suspender el experimento porque los participantes se habían metido tanto en su papel que la violencia y la crueldad habían pasado de lo tolerable (hay un montón de literatura respecto del experimento y otros parecidos para conocer detalles). Del experimento de la cárcel de Stanford se concluye que el hábito si hace al monje, que un estudiante (hippy y pacifista en su vida anterior) se convierte en un carcelero cruel con un poco de atrezzo.

Aún así, los refranes de la mona y del monje tienen sentido en muchas situaciones, probablemente en la mayoría. Si al mismo estudiante se le viste de traje y se le manda a un juicio con un maletín no se convierte en abogado en 6 días. No conozco estudios científicos que clarifiquen en que situaciones lo importante es la persona, el monje, y en cuales el entorno, el hábito (aunque seguro que los hay). Aún así me arriesgaría con un par situaciones en las que parece bastante obvio, podríamos denominarlas “la clase política” y las “reuniones de vecinos”.

Es evidente que los políticos no constituyen una clase social, sin embargo el papel que juegan hace que se les perciba así prácticamente en todos los países y a los de todos los partidos. Parece que la obra de teatro del poder tiene unos rasgos más universales aún que el propio sistema de gobierno en que se concreta. Es como una obra de teatro en la que los papeles están ya escritos; quien sea que le toque representar al político se vestirá elegantemente, irá en coche con chófer, tomará decisiones (que siempre dejarán gente insatisfecha), hablará en público con convencimiento, se reunirá con otros políticos, etc. Un conjunto de acciones que le identifican con la “clase política”.

Lo mismo pasa con las reuniones de vecinos (vale aquí los claustros de profesores, los consejos de departamento y muchas otras reuniones de “iguales”), da igual de qué comunidad y del tema del que se trate, todas parecen la misma: aburrida, verborréica, conflictiva y poco eficiente en la toma de decisiones. Cuando uno pensaba que “la mosca cojonera” era una persona concreta, abandona el grupo y su puesto es ocupado por otro en un par de reuniones. Ese papel no puede quedarse sin actor que lo desempeñe.

Visto así, se entiende que cambiar las personas cambie muy poco las dinámicas. En estas situaciones en las que la obra de teatro es más poderosa que los actores no es muy relevante que el Director del departamento (o presidente de la Junta de vecinos) sea fulano o mengano. Tampoco cambiar los componentes de la “clase política” es efectivo, lo que hace falta es reescribir la obra de teatro. Lo que no es nada evidente es cómo se consigue eso, porque en este caso no se puede hacer como en el experimento de la cárcel de Stanford y suspenderlo.

He sabido de la efeméride por la criminóloga @NahikariSanchez. Y la imagen está tomada de aquí.

domingo, 9 de mayo de 2010

Acceso a la universidad desde las Escuelas Europeas

Respondiendo a la solicitud de un colega (trspapelado hace años y recuperado gracias a las redes sociales) publico aquí su reivindicación. También los buenos estudiantes necesitan una atención razobable, especialmente cuando no cuesta dinero. En sus propias palabras:

La historia

España es copropietaria de las Escuelas Europeas (EE) donde estudian sobre todo hijos de funcionarios de la UE. Las EEs se inventaron en los inicios de la CEE con el doble objetivo de educar “para Europa” y de permitir a los estudiantes volver en cualquier momento al sistema educativo de su país de origen.

Las EEs son unas escuelas multi-lingües, duras (¡con reválida y exámenes orales para sacarse el Bachiller Europeo!) y son bien reconocidas. Como muestra en Oxford y Cambridge puedes entrar con 8,5 de media de una EE, mientras piden un 9 de media en el bachiller español. Apunta 8,5 EE = 9 Español.

¿ Qué creéis que pasa cuando los chavales quieren ir a la Universidad en España ?

¿Que los reservan plazas porque son hijos de "eurócratas"? (eso hacen en Portugal)

Pues al contrario: se les considera "procedentes de un sistema extranjero" y se les obliga a convalidar el título (por la UNED) y en ese trámite que hay que hacer con prisas para no perderse los plazos de matrícula, de paso se les bajan las notas.

El 8.5 que en Oxford consideran como un 9 español se les baja a 8,13. La excusa en que en las EE se califica de 0 a 10, pero hace falta un 6 para aprobar.

El hecho es que sólo la mitad de los alumnos españoles se vuelven a su país, cuando la media en las EEs es del 70%. Los profes ingleses les ayudan a preparar los formularios para las universidades inglesas y se los llevan “a puñados".

Estamos perdiendo a unos chavales bastante bien preparados, y que YA son europeos. Muchos, si no pisan la Universidad en España, van a cortar con España para siempre.

Los padres llevamos años (y gobiernos) peleando por que no se penalice volver a España.
Estamos hablando con Ministerio de Educación, que nos da largas y largas... El vicepresidente de la Comisión Europea (Kallas) escribió también al ministerio y le contestaron como a nosotros “Estamos en todo por Europa, pero este detalle pues va ser que no”.

Aceptar el Bachiller Europeo directamente no costaría dinero (hasta ahorraría trabajo a la UNED). Y no digo que estemos perdiendo genios, pero estos chicos vienen como poco “con el Erasmus hecho”.

Para profundizar, sobre el cálculo de la nota en este ppt, y sobre la reivindicación en general en esta web.

La imagen tomada de aquí.

domingo, 18 de enero de 2009

Progresos a distintas velocidades

Esta semana estuvimos visitando el nuevo Centro de Radioterapia del Hospital de Navarra con estudiantes de Ingeniería Médica. El centro es espectacular, tanto por los aceleradores con que cuenta como por el diseño de las instalaciones en general.

Un sistema totalmente computerizado planifica la radiación con la que tratar el tumor, en un simulador (de 600.000 euros) se comprueba que las maniobras diseñadas son operativas y finalmente se procede a transferir los parámetros al acelerador lineal de electrones que efectuará el tratamiento. Altísima tecnología. Y con el mismo nivel de detalle e interés, estudiamos el sistema de gestión de pacientes: una agenda informatizada.

En la misma línea leo (en el artículo adjunto de Público, en 20 minutos y otros lugares) que que con una lista de verificación de 7 puntos se reducirían muy sustancialmente las complicaciones mortales en cirugía.

Los procedimientos, la organización de las tareas, parece que no han alcanzado ni de lejos el nivel de desarrollo de la cirugía o la radioterapia. Tendemos a despreciar esas cuestiones, como si ser capaz de realizar una delicada operación llevara implícito no olvidar nada nunca. El "Know how", las bubenas prácticas, los procedimientos formales no se valoran habitualmente en lo que valen, y menos aún son objeto de la investigación científica que merecen (como ya comentábamos hace unos días).

miércoles, 7 de enero de 2009

Burocracia, informática y complejidad

La gestión de la Investigación (y otros temas académicos) en España está llegando. si no lo ha hecho ya, a su máximo nivel de incompetencia operativa: proyectos de investigación de los que se libra el dinero acabado el plazo de ejecución, normas de justificación cambiantes a lo largo del proyecto, convocatorias que se anuncian y no salen y un larguísimo etcétera al que cualquier investigador podría añadir sus sufrimientos personales. La sensación de absurdo se multiplica cuando el interlocutor del proceso es una aplicación informática (por ejemplo la introducción de datos curriculares para la acreditación o de los planes de estudio para "verificar"). Sin embargo hay una ley de la naturaleza que nos asegura que el nivel de estupidez es aproximadamente constante en todos los colectivos: no es que en el Ministerio correspondiente o en la ANECA se hayan vuelto locos o que los investigadores sean mucho más listos. ¿Dónde está pues el problema?

En mi opinión hay dos causas de estos desastres burocrático informáticos, una más coyuntural y otra má fundamental. La coyuntural consiste en la hipertrofia del concepto de "calidad" y en la proliferación de pseudoexpertos en el mismo. Siendo cierto que en el mundo de la producción la ISO 9000 o el EFQM han supuesto unos avances tremendos, su traslación en bruto a los procesos administrativos, junto con vicios gremiales y la tendencia al gigantismo de cualquier organización, nos han llevado a unas agencias sobre la calidad académica que se han pasado algunos pueblos.

La razón fundamental está en la auténtica complejidad de los procesos. Complejidad en el sentido técnico (científico) de la palabra. Un proceso administrativo visto por uno de sus agentes es casi obvio, y se resuelve "por sentido común", es más "con un becario y un access, en unos meses lo tenemos niquelado". A otro agente también le parece evidente, pero una cosa muy distinta. Parece que, al menos, si se reune a todos los agentes y se les pide un consenso mínimo habrían de conseguirlo sin mucha dificultad... Nuevo error, la comunicación da tantas cosas por supuestas que es muy difícil conseguir la comprensión necesaria para alcanzar ese consenso mínimo (hay montones de ejercicios para comprobar esta dificultad). Hay alguna propuesta formal de solución (marco de Zachman) aunque también compleja...

Sería necesario asumir humildemente la complajidad intrínsica de determinados procesos administrativos y abordar su racionalización de una forma profesional y científica.

La imagen original de aquí.

martes, 25 de noviembre de 2008

El que la lía no lo puede arreglar


Estoy con un problema de reconocimiento académico de un Erasmus y se hace la luz. ¿Cuál es el problema de fondo? En los planes de estudios actuales de ingenierías superiores el proyecto final de carrera está cuantificado entre 10 y 15 créditos (lo que equivaldría a una asignatura de entre 100 y 150 horas de clase). Sin embargo supone un trabajo a dedicación completa de al menos 6 meses, y más bien 9. Vamos, que lo que se pone en el papel (oficial) y lo que se exige no concuerda en absoluto.

Eso se hizo así para que los estudiantes estuvieran en la universidad más tiempo del que hubieran querido, no solo individualmente, sino socialmente, establecido a través de decisiones políticas (las directrices generales propias de las titulaciones).

Difícilmente las mismas personas que colaron esa morcilla en los planes anteriores van a hacer los nuevos, adaptados al EEES, con mejores criterios. Es más, visto que esas trampas cuelan, ahora vamos al absurdo supino de grados de cuatro años y masteres de uno que, mágicamente, darán las competencias de varios de los grados.

Tengo la misma sensación que cuando se convoca a los banqueros (y economistas en general) a que nos saquen de la crisis que ellos han cultivado y producido.

Me parece más que patente el consenso entre los actores no es la mejor forma de gestionar este tipo de asuntos. En mi opinión hacen falta criterios de racionalidad impuestos desde poderes públicos, obviamente democráticos, pero fuertes.

La foto de aquí

viernes, 14 de noviembre de 2008

Con la ventanilla hemos topado

Anteayer llegó al laboratorio un ordenador que habíamos pedido hace tres meses (el otro que pedimos a la vez sigue en el limbo) y le faltaba una pieza. Hoy recibo disculpas desde gestión económica: no se dieron cuenta de esa parte de nuestra solicitud de compra y no se pidió... ¿otros tres meses? ¿nos quedará dinero en la cuenta de la que se paga eso? Dado que es inventariable, pedirlo hoy incumple las normas de cierre contable del ejercicio presupuestario (bueno, quizá sea hoy el último día). Todos podemos equivocarnos, y lo hacemos a menudo...

La de ayer fue peor. Los gastos del congreso de Boston de julio, han sido agraciados con una "bolsa de viaje", lo que me permite pasar las facturas a la universidad, y que me reembolsen 1.100 euros (que es lo que me han concedido). El tema que me ocupa hoy no es la estupidez de los profesores de universidad que adelantamos sumas significativas de dinero, de las que nunca recuperas todo (y además con mucho retraso). Lo que me mueve al comentario es lo "divertido" del papeleo. Descubrí ayer que no tengo un certificado que justifique fehacientemente que asistí al congreso. Tengo la carta de aceptación de las ponencias, las poenecias en el programa del congreso, billetes de avión, factura del hotel (el mismo hotel en el que se celebró el congreso y en los mismos días), y además en la web del congreso hay una galería de fotos, y en dos se me reconoce claramente (1, 2). Pero no tengo un papel que diga "I here acknoledge the precence of Dr. Sevilla ..." firmado por algún Smith con rúbrica ilegible. La verdad es que no me costaría ni 10 minutos fabricarme uno cuya veracidad jamás levantaría sospechas entre los que me lo solicitan.

Y ahí empieza la reflexión importante. ¿Quién y porqué me solicitan este papel? La respuesta clásica es "para completar el expediente". Es más importante su completitud que su veracidad, y no digamos ya su eficiencia. Profundizando me aclararon que luego cuando viene la auditoría de la Cámara de Comptos, con su olfato especial, en seguida detectan los expedientes incompletos y les riñen a los funcionarios (por escrito, claro).

Sobre el principio general no tengo ninguna duda: el dinero público hay que justificarlo perfectamente. Pero creo que en ocasiones (muchas, demasiadas) los medios sustituyen al fin. Entiendo que la administración quiera una justificación razonable de que no me voy de vacaciones con el dinero destinado a sufragar (parcialmente) la asistencia a congresos científicos. Lo que no entiendo es porqué esa justificación razonable sólo puede materializarse en un papel inexistente, que no se emitió en su día, y cuya emisión hoy sería tan falsa como si lo fabricara directamente en mi ordenador.¿No hay otras posibilidades?

Por otro lado, no conozco una sóla sanción (ni siquiera amonestación) a un profesor universitario por haber malversado los fondos destinados a un congreso. Así que si todo el proceso de verificación nunca detecta el problema último ¿para qué sirve pues?

No pretendo polemizar, pero mentiría si no dijese que buena parte del texto lo he escrito pensando en el excelente bolgero(entro otras cosas) Antonio Arias, quien seguro pordía arrojar mucha luz sobre mis choques con las "ventanillas".

martes, 11 de noviembre de 2008

Estatuto del PDI, sospecha de burocracia

Leo hoy la noticia sobre la presentación de un primer borrador de estatuto del profesorado universitario. También es interesante ver la saga de comentarios que se van generando en el periódico al respecto.

La verdad es que me produce un sentimiento ambivalente. Por un lado está muy bien que la situación laboral del PDI entre en la agenda política. Que se estudie la problemática de este colectivo, que no es menor: 30% de pérdida de poder adquisitivo desde 1989 (fecha de las transferencias masivas a las CCAA) hasta hoy.

Hace unas semanas me contaba una amiga que había solicitado su habilitación para catedrática (ese es un proceso ya existente, no lo que se propone ahora). Tuvo que introducir sus méritos curriculares en una aplicación informática vía web, de la que salió impreso un currículum de más de 300 páginas. Mínimo una semana de trabajo exclusivamente dedicada a alimentar la bicha burocrática. ¿De verdad se aprecia la posibilidad de ser catedrático en el quinto decimal del tipo de participación en un congreso en Murcia hace 15 años? No lo creo

Si hay sospechas de "tramposos", habrá que establecer mecanismos para su detección, y sobre todo voluntad política para "erradicarlos". Pero esta manía de pedir papeles a ver si es que no los tienen, o se desaniman y no se presentan me recuerda al chiste de Gila en el que pillaba al asesino con indirectas ("aquí alguien ha matado a alguien"). En la realidad eso no funciona, al revés, en las marañas burocráticas se disipa la responsabilidad y hasta las falsificaciones puras y duras quedan impunes.

La única evaluación universitaria que ha gozado de prestigio en los últimos años ha sido la de los sexsenios, en la que se piden cinco referencias (dos folios) y se juzga en serio ("suspendiendo" razonablemente). Curiosamente la que menor movimiento de papeles genera.

A ver si se impone la sensatez y se corta este camino de exigencia de infinito papeleo, porque ahí se esconde la inutilidad legislativa, la falta de autoridad política real y se deja camino libre a las trampas que supuestamente se prtetenden evitar.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Fusionar universidades (y cuadrar el círculo)

Me llaman la atención sobre una interesante noticia en la que se recoge la postura de UPyD (el partido de Rosa Díez) sobre la financiación universitaria. El titular resume bastante bien la idea: "UPyD defiende fusionar universidades y mejorar su calidad para solventar sus dificultades de financiación".

El portavoz de Madrid de UPyD, Mikel Buesa, se mostró partidario de evitar crear centros universitarios "injustificados" por su bajo número de alumnos, por lo que defendió reducir el número de universidades públicas, "fusionando alguna de ellas, incluso".

La idea es excelente, coincido plenamente. Lo que pasa es que es muy triste que a los políticos sólo les entre este ataque de sentido común en tiempos de crisis severa Cuando no había tales dificultades económicas la tendencia de todos los gobiernos (autonómicos, el tema lleva transferido 20 años) era la contraria: multiplicar universidades, centros, campus y titulaciones de una forma irresponsable y electoralista. ¿Quien le decía a Tudela que no "merecía" un campus de la UPNA? Pues ahora habrá que seguir financiando semejante invento ¿O mejor lo "fusionamos"?

Se ha producido una importante inflación universitaria coincidiendo con una década de descenso demográfico que nos ha llevado a un "sector" sobredimensionado; justo cuando los fondos menguan. Salvando las distancias (kilométricas) también en este sector padecemos una burbuja que se acabará pinchando. Esperanza Aguirre parece haber tomado la aguja del estrangulamiento económico para proceder, pero ese procedimiento es demasiado burdo, así no se conseguirá un reestructuración adecuada.

Las declaraciones de UPyD continúan con la idea de que, además de la reestructuración correspondiente (fusiones), hay que financiar razonablemente (pagar los sueldos comprometidos) y clamar a la reaponsabilidad de los universitarios para evitar gastos inútiles. Todo ello movido por el deshonor de que Madrid no tenga ninguna universidad entre las 100 mejores de los rankings al uso... ¡Hasta ahí podíamos llegar! Los presupuestos de las primeras universidades de esas clasificaciones son de entre 10 y hasta 50 veces superiores a las de aquí (por estudiante). No creo que el ahorro en bolígrafos a medio usar nos vaya a subier en las clasificaciones; con esta segunda parte del argumento no coincido.

Para profundizar con seriedad en el tema de la financiación universitaria, recomiendo una saga de tres entradas que ha publicado recientemente Antonio Arias: I, II y III. (Se titula: ¡esta universidad es una ruina!)

(La foto de aquí)

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Becarios o currinchis?

En El País de ayer Forges reescribía un anuncio que había visto colgado en los corchos del aulario de la UPNA. La foto me ha salido fatal, pero la idea creo que se pilla. En un A3 satinado a todo color se piden becarios/as de cualquier carrera para trabajar en cualquier cosa. ¿De verdad serán actividades con el caracter formativo que ha de esperarse del concepto de beca?

Me parece alucinante que el concepto de "becario" esté en vías de extinción como iniciación a la actividad investigadora, donde nació y donde creo que tenía un sentido razonable (sin desmerecer de las reivindicaciones de los "precarios"). A cambio permanece y se enraíza en el mundo empresarial donde tiene un sentido escasísimo, si es que tiene alguno.

Si existen esos puestos de trabajo ¿porqué no se contrata?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Sociología de la colaboración científica

Esta mañana he tenido una conversación con un colega que me ha dejado bastante indignado. Aparte de la situación concreta planteada, que ya veremos como se resuelve, me ha servido como punto de partida para una reflexión más general.

El resumen es que estamos en una situación incómoda porque competimos por unos recursos limitados, y lo que yo utilice él no y viceversa. Creo que los matemáticos le llaman juego de suma cero. Mirando con distancia, eso es lo que pasa en multitud de situaciones, concretamente cuanto más próximos estén los científicos más compiten, y esa proximidad es geográfica y disciplinar.

Si la hipótesis es cierta, se concluiría que un científico es capaz de colaborar con los de su institución de otras disciplinas y con los de su disciplina en otras instituciones (mejor si éstas están lejos, en el extranjero). Y esto es lo que se observa de manera muy muy general.

Se exceptúa de este análisis el "grupo de investigación", pero el auténtico, el que toma café y celebra los cumpleaños de sus miembros, no el que se censa en algún sitio o firma proyectos juntos; en estos casos ya hay mucho de comportamiento estratégico. El "grupo de investigación" lo componen un conjunto de individuos que resulta muy sinérgico, y que se mantiene cohesionado, entre otras cosas, por oposición a otros colegas próximos geográfica y disciplinarmente. Pero estas agrupaciones resultan inestables, con un tamaño medio de, digamos 5 o 6 personas (incluyendo becarios y técnicos de laboratorio), y en cuanto van creciendo se inestabilizan y se dividen en grupos separados inmensamente peleados, como no podría ser de otra forma dado que están exactamente en el mismo lugar y el mismo tema de trabajo.

Este comportamiento se puede comprobar de forma muy general en cualquier campo de la ciencia, cualquier institución (universidad, opi, etc.), en cualquier país. En una aproximación naïf se piensa que el origen es el frikismo del personal, egos muy desarrollados y causas similares: basadas en el individuo. Sin embargo, yo creo que hay razones sistémicas importantes que fomentan esas actitudes.

En primer lugar la consecución de resursos siempre es competitiva (proyectos, becas, etc.), se establece una bolsa y un criterio de reparto. Lógicamente, las entidades que consiguen sus recursos de la misma bolsa están obligados a competir. Esas bolsas, curiosamente, se establecen geográfica y discipinarmente.

En segundo lugar, no hay sitio para carreras académicas diversificadas. El colaborador, el ayudante, el asociado, en resumen el que en ciclismo sería un gregario, no recibe ningún premio. La planilla de méritos exige que se dirijan proyectos, se dirijan grupos, ser jefe, vamos. Y solo es posible que todos sean jefes en una situación de crecimiento inflacionario sostenido. Con lo que en cuanto disminuye el ritmo de crecimiento aumenta la presión por "ser califa en lugar del califa".

En fin, vamos a volver al trabajo que en mi disciplina estas reflexiones no se pueden publicar en revistas del JCR, y por tanto estoy perdiendo competitividad...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Para que sirve un título universitario?

Parece ser que el sueldo al que accede un egresado universitario es un 47% del que se obtiene con el graduado escolar, y que esa ventaja viene bajando drásticamente con los años.

No es que el dinero sea un fin en si mismo, pero el dato refleja claramente que algo no está bien, y que va a peor.

Parece que la explicación inmediata es, como apunta el propio titular, la sobreoferta: en una situación de mercado el producto muy abundante baja de precio. Crece la oferta, pues baja aún más el precio.

Puede ser. Durante unos años el título universitario tenía un valor social: todos los padres querían que sus hijos fueran universitarios, bien para no ser menos que ellos, bien para que fueran lo que ellos no consiguieron. Además el aumento del paro en los años 80 derivó legiones de jóvenes a la universidad para retrasar su incorporación al paro. Ahora ya somos primer mundo, sin complejos, y nadie tiene que demostrar nada. Ni los padres superan frustraciones a través de la educación de sus hijos, ni los hijos ven en la formación un valor en si mismo. Se impone pues una valoración más económica de la cuestión, no hay razón para no optimizar la relación coste beneficio.

Así pues parece que más jóvenes van eligiendo la formación profesional (ciclos formativos) frente a la universidad: la una sube del 15 al 21% y la otra baja del 45 al 43% (supongo que son datos de porcentaje de cada cohorte de edad que elige una u otra opción).

A mi me parece que la formación es un valor en si mismo, y que una sociedad compuesta por ciudadanos formados es mejor. Pero si ese incremento de formación genérica (abstracta, teórica) no lleva incluída una cierta ventaja económica, no se sostiene. ¿Dónde se situará el equilibrio? y desde un punto de vista utilitarista ¿cómo vamos a encajar toda esta reconversión desde las universidades?

jueves, 4 de septiembre de 2008

Plan estratégico del Departamento

Nos reenvía hoy el Director del Departamento un par de abstrusos documentos sobre el cumplimiento del plan estratégico por parte del Departamento, y un cuadro comparativo con otros. Tras una breve lectura en diagonal los he archivado y he seguido en lo que estaba. Luego me he quedado pensando que lo mismo habremos hecho la inmensa mayoría de los profesores (quizá algunos sin la lectura diagonal). Si de verdad es un plan estratégico ¿no debería importarnos muchísimo más?

Yo participé activamente en el primer plan estratégico de esta universidad, así que esta crítica no es a nadie en particular, pero me temo que eso de los planes estratégicos no es adecuado para las universidades.

Las universidades en cuanto que empresas educativas si serían un sujeto razonable de un plan estratégico, pero una vez establecido habría que cerrar actividades y minimizar otras, concentrando los recursos en la acciones estratégicas. Pero en realidad estos planes se abordan no como "empresa educativa" sino como "comunidad universitaria", es decir como el colectivo de los individuos que están en la institución en el momento de hacer el plan.

La verdad verdadera es que una comunidad no tiene más objetivo estratégico que su máximo bienestar. ¿Cual es el objetivo estratégico de un país? Que sus ciudadanos vivan bien, y ya es cuestión táctica la forma de alcanzar ese objetivo. Sería inimaginable que un país decidiera que quiere ser "el número uno en mediterraneidad" (por ejemplo) y que vendiera territorios no mediterráneos intentando comprara otros, o que quitara la nacionalidad a rubios y buscara morenos por ahí. Pues una comunidad universitaria igual, nunca va a cerrar una titulación para abrir otra, ni va a cerrar un departamento para abrir otro, ni siquiera va a tolerar desigualdades de trato, por definición todos los miembros de la comunidad somos iguales, y no hay razón para que unos reciban más que otros, ni estratégica ni de ningún tipo.

Así pues, estos planes no suponen más que levísimas correcciones al sistema estándar de gobierno universitario: el reparto de cafés para todos. Tan leves que probablemente perdamos más tiempo (y dinero) en toda la parafernalia metodológica del plan de lo que pudiéramos ganar con su aplicación.

Hasta aquí me he limitado a describir una percepción de la situación, intentando no hacer juicios de valor sobre el tema (salvo el de inutilidad). Y es que no tengo claro que debiéramos atender más la faceta "empresa educativa" que la de "comunidad universitaria". El que hay muchas facetas y que han de vivir armónicamente ya está comentado antes, y hay también mucha literatura sobre variantes del gobierno universitario. Habrá que seguir pensando.

sábado, 30 de agosto de 2008

Medallero universitario

Ahora que han concluido las olimpiadas pekinesas, sabemos que lugar ha ocupado España en el medallero, lo que da una idea de la "potencia deportiva" del país en su máximo nivel. Por cierto, la posición ha sido la 14 (según veo).

Pero aquí interesa más la cosa académica, ¿hay un medallero equivalente? Precisamente no hace mucho hemos comentado un ranking universitario que resultaba confuso y además no iba al grano.

Uno verdaderamente olímpico es el que elaboran especialistas en biliometría de la Universidad Jiao Tong de Shangai, también en China. Digo olímpico por lo sencillo, riguroso y exigente de lo que se mide (ver tabla en la figura adjunta). Todos los detalles metodológicos, los resultados de los últimos años y análisis de distintos tipos se pueden encontrar en la web en la que se publica el informe como tal.

Sobre unos datos tan extensos se pueden hacer muchos análisis. De hecho yo he leído ya, y me ha gustado mucho, como siempre, el de Antonio Arias Rodriguez, que se centra en las implicaciones en la gestión universitaria y en planes para mejorar la posición en ese tipo de medalleros. Allí cita un trabajo de Docampo (el exrector de Vigo), y el plan que han hecho en Frnacia para mejorar en los Rankings, una especie de plan ADO universitario.

Yo me voy a centrar ahora solo en un aspecto, que es la posción relativa en tres tablas distintas: (i) producto interior bruto, (ii) medallero olímpico y (iii) medallero universitario. Las posiciones son 8, 14 y 19, respectivamente.

Ninguno de los tres está muy mal, la verdad. Son muchísimos más países los que están por detrás que los que hay por delante. ¿Son coherentes entres sí? A primera vista parece que no del todo, y podríamos entrar en la crítica fácil del tipo "primero los banqueros, luego los futbilistas y los intelectuales arrumbados", pero no sería justo. Lo primero es que están muy juntos como para que las diferencias sean muy muy significativas, muy pequeños cambios nos podrían llevar a un 12, 16, 16 que ya no soportaría tales críticas.

Más probable es que unas cosas tiren de otras, pero con un tiempo de latencia. El ascenso en la tabla del dinero es relativamente reciente, con ese dinero se ha ido haciendo caso a deportistas, y tambien a las universidades. Los deportistas responden en escala humana: un joven prometedor con 10 años, en otros 10 ya tiene edad de competir y ganar medallas. Las universidades responden en tiempos institucionales, que no son geológicos pero sin duda requeren más de una década para que se aprecien variaciones competitivas. Seguramente sin hacer nada más que dejar pasar el tiempo ya se acerquen los tres números. Pero sería muy bueno no conformarse con eso.

sábado, 23 de agosto de 2008

¿Son OPIs las Universidades?

Pues parece ser que NO.

Es obvio que las universidades son "organismos", así como que son "públicas" al menos en muchos casos. Lo de la investigación es indudable: más de la mitad (cerca del 60%) de los artículos científicos de autores españoles son de profesores universitarios. Parecería pues que si son "OPIs", al menos en su acepción etimológica. Pero resulta que este término se usa más como definición jurídica o administrativa que como término puramente descriptivo.

Buscando fuentes, en la página del MEC aparece la lista de "sus" OPIS y entre ellos no están las universidades. Claro que no son "suyas" dado que están transferidas a las comunidades autónomas (salvo la UNED y la Menéndez Pelayo). pinchando en "otas entidades públicas de investigación" salen otras más, de otros ministerios, pero siguen sin estar las universidades.

Para terminar de aclararlo, cualquier convocatoria de investigación deja claro que está abierta a "Universidades y OPIs", luego si es necesario incluir a ambos ha de ser porque unas no están incluidas en la otra definición.

Que curiosas son estas cosas de las definiciones jurídico administrativas. Hace unos años estaba curioseando en una librería y cayó en mis manos un librito titulado "¿Tienen honor las personas jurídicas?". Me pareció interesante y busqué la respuesta (para ver si podía cometer delito insultando a la la Cocacola o a Kodak). Al final leí prácticamente el librito completo y no llegué a ninguna conclusión: a veces se había fallado que si y otras que no. Yo aquí he preferido mojarme y responder NO a la pregunta del título, ahora que en estos temas hay que poner la coletilla clásica de los informes jurídicos: "salvo opinión en contra mejor fundada"

miércoles, 13 de agosto de 2008

Universidad una y trina

Siguiendo con textos de cuando reflexionaba más en profundidad sobre estas cosas, otro de 2003:

De la misma forma que las monedas tienen una cara y una cruz, dos elementos inseparables, en la institución universitaria podemos encontrar tres. A cual se le da más importancia o cual queda relegado son algunas de las cuestiones más importantes a la hora de definir posturas en política universitaria.

Por una parte la Universidad es el templo del saber, el lugar natural de la reflexión, la crítica y la ciencia. Como templo que es mantiene una actividad y una liturgia diferenciada de la sociedad, marcando distancias.
(una casa de sabios)

Por otro lado la universidad es una empresa educativa que tiene la misión dar formación (y certificarla) a la juventud.
(una casa de trabajadores)

En tercer lugar la universidad es una administración pública destinada al servicio de los ciudadanos en los términos que marca el ordenamiento legal vigente.
(una casa de funcionarios)


La tercera de estas visiones es la que menos suele gustar a los universitarios en general y más a los políticos, especialmente a los que tienen la responsabilidad de aportar los fondos públicos que necesita la institución para su funcionamiento. Dentro de la comunidad universitaria, es el PAS quien más percibe la Universidad como una administración, dado que el régimen laboral que a ellos les afecta es muy similar (si no idéntico) al de otras administraciones. También muchos de los procesos que ellos han de gestionar se basan en la misma legislación o, cuando menos, en los mismos principios generales.

La visión empresarial contempla su actividad como una cartera de servicios orientados a dar satisfacción a sus clientes, y lógicamente hace hincapié en la involucración en la sociedad en la que se inserta. La agilidad, la eficacia y la eficiencia son los principios directores de su gestión, y las actividades desarrolladas deben mantenerse en la medida en que sean demandadas. Los profesores son fundamentalmente empleados, que deberían orientar su actividad docente a la máxima satisfacción de los estudiantes, y a la eficiencia del proceso educativo global.

La visión académica considera el conocimiento y su generación) como el valor supremo, y por tanto debe ser el verdadero motor de la gestión, al margen de ninguna otra consideración. Los profesores son “sabios”, poseedores de un fuero especial (las libertades de cátedra e investigación y la parte alícuota de autonomía universitaria). El criterio de cada profesor no puede ser contravenido, y para tomar decisiones colectivas es necesario reunirse y convencerse hasta lograr un aceptable grado de consenso. No hay clientes que satisfacer, si alguien quiere beneficiarse del conocimiento acumulado en la institución, debe sentirse privilegiado por haber sido admitido e ir aprendiendo como pueda.

A medida que se va profundizando en las descripciones de los tres modelos de universidad más se ve que son antagónicas en muchos aspectos, irreconciliables.

Irreconciliables como la cara y la cruz de una moneda han de ser, dado que todas ellas son esencialmente verdad. No se puede olvidar el papel de vanguardia de la cultura y depósito del saber, pero tampoco se puede obviar que se ofrecen servicios a unos consumidores y que los procesos tienen un coste que alguien ha de sufragar, y obviamente todo en un marco de legislación pública.

En una visión muy general, en los últimos años de vigencia de la LRU se fue imponiendo la visión eficientista del modelo empresarial de la universidad, con Rectores “presidente de la corporación”, gerentes muy profesionales procedentes de empresas, estudios de prospectiva, planes estratégicos, asesores, consultores,... El arranque de la LOU parece haber generado un brusco desplazamiento hacia la visión académica más dura, con equipos rectorales haciendo de gerentes, con comisiones de estudio que preparen reuniones de asambleas...

Es muy difícil encontrar un término medio que recoja la auténtica realidad que encierran los tres modelos...

09 de Noviembre de 2003