Esta mañana he tenido una charla de presentación en el centro en el que estoy trabajando este año, CATEA en el Georgia Tech. Se trataba de presentar el trabajo previo que he hecho en temas relacionados con el del centro, la "tecnología asistiva". La asistencia ha estado bien, y han preguntado bastante (mucho incluso). A continuación dejo las transparencias de la charla:
Una visión personal de la Universidad en general y la UPNA en particular; la ciencia, la docencia y otras hierbas.
miércoles, 31 de agosto de 2011
lunes, 29 de agosto de 2011
Irene, la prevención y el calentamiento global
El huracán Irene ha perdido ya mucha fuerza. Ahora es "sólo" una tormenta tropical que está entrando en Canadá. A lo largo del fin de semana ha barrido la costa este de los Estados Unidos. A pesar de que no ha sido tan devastador como se esperaba, ha matado a casi dos decenas de personas, ha dejado cientos de miles sin luz y he generado múltiples problemas en muchos lugares.
A lo largo de toda la semana pasada se han venido haciendo declaraciones, dramáticas a veces, sobre una catástrofe que ocurre "una vez cada cien años". Y había también críticas por lo exagerado de las medidas. Lo de cerrar el metro de Nueva York ha sido muy criticado. Sin embargo, gracias a esa prevención las consecuencias han sido mucho menores de lo que cabría esperar. En todo caso, parece claro que mejor prevenir (aunque fuese excesivo en ocasiones) que curar, como hubo que hacer en Nueva Orleans con el Katrina, en 2005.
La obligatoriedad de las evacuaciones y los cierres de los servicios públicos son decisiones de los políticos, pero esas decisiones se han basado en las predicciones científicas de los meteorólogos. Unas predicciones que se cumplen con gran precisión (dentro de lo márgenes de incertidumbre esperables para estas cosas). Cuentan además con el impacto visual de las fotos de satélite. Ha habido quien ha dicho que la prevención era excesiva, pero nadie ha sostenido que no hubiera huracán. Supongo que, además de las fotos del satélite, está el hecho de que en unas horas, tres días como mucho, la lluvia y el viento se hacen evidentes. Es absurdo negar lo obvio.
En cambio la predicción de los mismos científicos (casi), climatólogos en este caso, sobre la evolución del clima global no resulta igual de creíble, más bien lo contrario. El que la predicción no se haga evidente a corto plazo permite enrocarse en el negacionismo. Un negacionismo agresivo que tacha de arrogantes a los cinetíficos que proponen que por la acción humana está cambiando el clima del planeta ("crazy bastards" les llamaba un locutor de radio hace un par de días). Aparte del componente religioso, está claro que lo que se pretende negando el problema es evitar las medidas de prevención. Si no hay calentamiento global no hay que hacer nada para evitarlo y podemos vivir igual (de bien) que hasta ahora.
Es una verdadera pena que el calentamiento global no consiga el crédito que merece, el mismo que los huracanes.
La foto la he tomado de aquí, de otro expatriado viviendo la experiencia
jueves, 25 de agosto de 2011
Sobre la tarea de los profesores
Tengo una amiga que trabaja para una administración educativa y que es contratada 9 meses al año. Cada año la despiden al acabar el curso y la vuelven a contratar en septiembre, cuando comienza. Me parece una indignidad, pero es un procedimiento totalmente legal, y a la administración le sale más barato que un contrato indefinido, o una plaza de funcionario propiamente dicha.
La historia que aparece en los periódicos Navarros estos días es justo la contraria, la de la actual Presidenta del Gobierno, que solicitó su reingreso en la UPNA por 19 días. Sin duda es legal, eso no se cuestiona, pero es otra indignidad.
La tarea del profesor universitario es una tarea de largo plazo. Docencia, investigación, transferencia de conocimiento, actividades que no fructifican de un día para otro, que requieren tiempo, compromiso y un ambiente adecuado. La docencia se planifica de un curso para el siguiente, los proyectos de investigación son como mínimo bienales. Es en ese ambiente de compromiso y de largo plazo dónde tienen sentido las licencias de estudios (como el año "sabático" que estoy disfrutando yo este año) y dónde no lo tiene un reingreso de 19 días.
He leído la disculpa de la profesora Barcian: en la incertidumbre de la investidura pidió el reingreso pensando que en caso de quedar en la oposición compaginaría la tarea política con la académica, como hacen otros parlamentarios. A mí no me vale. Podía haber reingresado en el caso de quedar en la oposición en vez de hacerlo con semejante urgencia, y habría quedado estupendamente (y no como una bromista). No habría puesto en entredicho su prestigio personal, el de "la clase política" o, lo que me importa más, la imagen social de la tarea del profesor universitario.
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NOTA: Me soplan por aquí que el reingreso era algo forzado por procedimientos administrativos, que al concluir la situación por la que se concede la licencia por "sevicios especiales" es necesario reingresar para conservar la plaza y, en su caso, volver a pedir una licencia equivalente para otro puesto. No soy experto en derecho administrativo, pero si esa fuera la causa la disculpa era muchísimo más sencilla y no tenía sentido entrar en asignaciones docentes ni cosas parecidas.
lunes, 22 de agosto de 2011
Reconociendo un buen diseño
Una taza no es un objeto complicado, y tras miles de años de alfarería, ¿qué se puede innovar en su diseño?
Pues casualmente he descubierto una innovación significativa: las ranuras en la base sobre la que se apoya. Parecerá una tontería, pero cuando las sacas del lavaplatos, en el culo de las tazas hay una zona cóncava que se queda llena de agua que hay que secar. La modificación de hacer unas ranuras en esa base da lugar a pequeños desagues en la concavidad, de forma que el agua escurre y el fondo queda seco. En la foto adjunta se pueden ver dos tazas en el lavaplatos, la clásica y la mejorada, que por cierto es de Ikea. No se si eso se ve en la foto, pero una tenía su charquito y la otra estaba completamente seca.
Las tazas tienen miles de años de historia, pero los lavaplatos no, y ese nuevo entorno de uso genera situaciones nuevas donde el diseño puede introducir mejoras. Una vez visto es fácil teorizar, pero los que han sido unos fenómenos son los de Ikea que lo vieron a tiempo. Por cierto, no se si este tipo de innovaciones podrán ser objeto de patentes... no serán muy útiles para evitar el plagio en cualquier caso.
jueves, 18 de agosto de 2011
Aunque la mona se vista de seda
Un refrán clásico dice que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, un refrán que parece ser que es muy antiguo, y que hace referencia a que no se puede fingir lo que en realidad no se es, y que el atrezzo, los elementos auxiliares, no ayuda en este pretensión. Sin embargo esto no siempre es así, como lo corrobora un famosísimo experimento del que justo hoy se conmemora el 40 aniversario. La idea general consiste en dividir al azar a un colectivo (estudiantes en el experimento) en dos grupos y asignarles roles diferentes: carceleros y presidiarios. A los 6 días hubo que suspender el experimento porque los participantes se habían metido tanto en su papel que la violencia y la crueldad habían pasado de lo tolerable (hay un montón de literatura respecto del experimento y otros parecidos para conocer detalles). Del experimento de la cárcel de Stanford se concluye que el hábito si hace al monje, que un estudiante (hippy y pacifista en su vida anterior) se convierte en un carcelero cruel con un poco de atrezzo.
Aún así, los refranes de la mona y del monje tienen sentido en muchas situaciones, probablemente en la mayoría. Si al mismo estudiante se le viste de traje y se le manda a un juicio con un maletín no se convierte en abogado en 6 días. No conozco estudios científicos que clarifiquen en que situaciones lo importante es la persona, el monje, y en cuales el entorno, el hábito (aunque seguro que los hay). Aún así me arriesgaría con un par situaciones en las que parece bastante obvio, podríamos denominarlas “la clase política” y las “reuniones de vecinos”.
Es evidente que los políticos no constituyen una clase social, sin embargo el papel que juegan hace que se les perciba así prácticamente en todos los países y a los de todos los partidos. Parece que la obra de teatro del poder tiene unos rasgos más universales aún que el propio sistema de gobierno en que se concreta. Es como una obra de teatro en la que los papeles están ya escritos; quien sea que le toque representar al político se vestirá elegantemente, irá en coche con chófer, tomará decisiones (que siempre dejarán gente insatisfecha), hablará en público con convencimiento, se reunirá con otros políticos, etc. Un conjunto de acciones que le identifican con la “clase política”.
Lo mismo pasa con las reuniones de vecinos (vale aquí los claustros de profesores, los consejos de departamento y muchas otras reuniones de “iguales”), da igual de qué comunidad y del tema del que se trate, todas parecen la misma: aburrida, verborréica, conflictiva y poco eficiente en la toma de decisiones. Cuando uno pensaba que “la mosca cojonera” era una persona concreta, abandona el grupo y su puesto es ocupado por otro en un par de reuniones. Ese papel no puede quedarse sin actor que lo desempeñe.
Visto así, se entiende que cambiar las personas cambie muy poco las dinámicas. En estas situaciones en las que la obra de teatro es más poderosa que los actores no es muy relevante que el Director del departamento (o presidente de la Junta de vecinos) sea fulano o mengano. Tampoco cambiar los componentes de la “clase política” es efectivo, lo que hace falta es reescribir la obra de teatro. Lo que no es nada evidente es cómo se consigue eso, porque en este caso no se puede hacer como en el experimento de la cárcel de Stanford y suspenderlo.
Aún así, los refranes de la mona y del monje tienen sentido en muchas situaciones, probablemente en la mayoría. Si al mismo estudiante se le viste de traje y se le manda a un juicio con un maletín no se convierte en abogado en 6 días. No conozco estudios científicos que clarifiquen en que situaciones lo importante es la persona, el monje, y en cuales el entorno, el hábito (aunque seguro que los hay). Aún así me arriesgaría con un par situaciones en las que parece bastante obvio, podríamos denominarlas “la clase política” y las “reuniones de vecinos”.
Es evidente que los políticos no constituyen una clase social, sin embargo el papel que juegan hace que se les perciba así prácticamente en todos los países y a los de todos los partidos. Parece que la obra de teatro del poder tiene unos rasgos más universales aún que el propio sistema de gobierno en que se concreta. Es como una obra de teatro en la que los papeles están ya escritos; quien sea que le toque representar al político se vestirá elegantemente, irá en coche con chófer, tomará decisiones (que siempre dejarán gente insatisfecha), hablará en público con convencimiento, se reunirá con otros políticos, etc. Un conjunto de acciones que le identifican con la “clase política”.
Lo mismo pasa con las reuniones de vecinos (vale aquí los claustros de profesores, los consejos de departamento y muchas otras reuniones de “iguales”), da igual de qué comunidad y del tema del que se trate, todas parecen la misma: aburrida, verborréica, conflictiva y poco eficiente en la toma de decisiones. Cuando uno pensaba que “la mosca cojonera” era una persona concreta, abandona el grupo y su puesto es ocupado por otro en un par de reuniones. Ese papel no puede quedarse sin actor que lo desempeñe.
Visto así, se entiende que cambiar las personas cambie muy poco las dinámicas. En estas situaciones en las que la obra de teatro es más poderosa que los actores no es muy relevante que el Director del departamento (o presidente de la Junta de vecinos) sea fulano o mengano. Tampoco cambiar los componentes de la “clase política” es efectivo, lo que hace falta es reescribir la obra de teatro. Lo que no es nada evidente es cómo se consigue eso, porque en este caso no se puede hacer como en el experimento de la cárcel de Stanford y suspenderlo.
He sabido de la efeméride por la criminóloga @NahikariSanchez. Y la imagen está tomada de aquí.
domingo, 14 de agosto de 2011
Contratos educativos
Ya hemos acabado la primera semana de colegios, del "elementary" y del "middle". La primera sensación, como tantas veces en este país, es que acabas de cruzar el cristal del televisor y te has metido en una película. Y es que todas las escuelas son físicamente muy parecidas, y en las películas las recogen a la perfección: los pasillos llenos de taquillas, las puertas de las aulas con un cristalito, los "principal", etc. Por no hablar de los emblemáticos autobuses amarillos. Pasada la fascinación estética, la cosa no difiere tanto de la que vivíamos allí: cada profesor con sus manías, un cero por hacer un ejercicio perfecto pero a boli en vez de a lápiz, los libros de texto forraditos y bien dispuestos; ni siquiera se percibe una diferencia de medios significativa.
Lo que más me ha llamado la atención de la semana es la profusión en el uso del "contrato". Yo creo que he firmado más de 15 papeles. Uno sobre las normas de seguridad del laboratorio de ciencias, hasta que no está firmado por el niño y los padres no entran; otro por cada asignatura dándote por enterado del programa previsto syllabus, otro con las normas de conducta y código de vestuario, en el que te dar por enterado y aceptas el régimen sancionador previsto. Y seguro que olvido alguno. Prácticamente todas las cosas que firmas son obviedades de sentido común, y supongo que cuando lo haces rutinariamente un año tras otro ni siquiera leerás lo que firmas, pero con la novedad lo he leído todo y me ha gustado ver cómo te hacen sentir parte, son normas y códigos para los estudiantes, pero se espera de las familias una participación activa en ello, y te lo hacen saber explícitamente y te exigen la firma.
En un país en el que para entrar ya has de firmar que no vas a matar al presidente, no es tan raro que sigas firmando, hasta que vas a animar a tu hijo a no quitarse las gafas de protección del laboratorio de ciencias.
lunes, 1 de agosto de 2011
Primer contacto con el sistema educativo de EEUU
Parece ser que bastantes cosas están organizadas por condados, y en el que habitamos nosotros, DeKalb County, la admisión de nuevos estudiantes a las escuelas públicas está centralizada en el International Center. En este lugar se entra por una punta, sin cita previa pero con unos cuantos papeles, y se sale por el otro lado, con dos sobre dirigidos al colegio que te han asignado. Entre medias has gastado tres horas o así.
A la llegada te dan un número y una hoja de instrucciones con los documentos necesarios y del proceso a realizar. Tienen estas hojas traducidas a más de 15 idiomas. Con el número esperas, en una sala que es el gimnasio de la foto, a que te atiendan en el primer paso, en este se verifica que tienes la documentación requerida, que consiste básicamente en: (i) acreditación de nombre y edad (partida de nacimiento, pasaporte, etc.), (ii) prueba de vacunación, (iii) prueba de residencia en el condado y (iv) notas del último curso realizado (esto último es lo único que puede faltar).
El paso dos tiene lugar en las mesas de la cafetería, en las que se procede a rellenar un montón de formularios asistidos por personal del centro (prácticamente todos son bilingües inglés- español). Mientras rellenas formularios se llevan al niño a un aula en la que realiza un examen de inglés y otro de matemáticas. El de matemáticas empieza literalmente con 1+1 y termina 30 preguntas después con cuestiones, todas muy básicas, de 2º de bachiller.
El paso cuarto es el de la toma de decisión, te reciben en una oficina con todos los papeles y la persona al cargo decide el centro que se le asigna al niño, el nivel al que irá y el grado de apoyo que necesita para ponerse a un nivel suficiente de inglés. Te comunican la información, sellan los papeles y te preparan dos sobres para el centro con fotocopia de todos tus papeles más los formularios que se han rellenado, ya en la carpeta que irá al archivador del centro.
Me ha sorprendido lo bien organizado del proceso y la excelente atención personal todo el tiempo, especialmente pensando que todos allí somos “inmigrantes”. También me ha llamado la atención el volumen de niños que pasan por este proceso, prueba de la cantidad de inmigración que sigue llegando a este país. Es también de resaltar el papel de los centros educativos en el mantenimiento de la política de vacunas.
A la llegada te dan un número y una hoja de instrucciones con los documentos necesarios y del proceso a realizar. Tienen estas hojas traducidas a más de 15 idiomas. Con el número esperas, en una sala que es el gimnasio de la foto, a que te atiendan en el primer paso, en este se verifica que tienes la documentación requerida, que consiste básicamente en: (i) acreditación de nombre y edad (partida de nacimiento, pasaporte, etc.), (ii) prueba de vacunación, (iii) prueba de residencia en el condado y (iv) notas del último curso realizado (esto último es lo único que puede faltar).
El paso dos tiene lugar en las mesas de la cafetería, en las que se procede a rellenar un montón de formularios asistidos por personal del centro (prácticamente todos son bilingües inglés- español). Mientras rellenas formularios se llevan al niño a un aula en la que realiza un examen de inglés y otro de matemáticas. El de matemáticas empieza literalmente con 1+1 y termina 30 preguntas después con cuestiones, todas muy básicas, de 2º de bachiller.
El paso cuarto es el de la toma de decisión, te reciben en una oficina con todos los papeles y la persona al cargo decide el centro que se le asigna al niño, el nivel al que irá y el grado de apoyo que necesita para ponerse a un nivel suficiente de inglés. Te comunican la información, sellan los papeles y te preparan dos sobres para el centro con fotocopia de todos tus papeles más los formularios que se han rellenado, ya en la carpeta que irá al archivador del centro.
Me ha sorprendido lo bien organizado del proceso y la excelente atención personal todo el tiempo, especialmente pensando que todos allí somos “inmigrantes”. También me ha llamado la atención el volumen de niños que pasan por este proceso, prueba de la cantidad de inmigración que sigue llegando a este país. Es también de resaltar el papel de los centros educativos en el mantenimiento de la política de vacunas.
Proximamente empezaremos con la matriculación propiamente dicha
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