¿Cómo es posible que quieran reducir el amor a un conjunto de reacciones químicas? Se preguntan algunos. Se escandalizan de que cada vez se conozca más del sustraro físico de las emociones. Como si el hecho de tener un sustrato le quitara realidad, importancia o humanidad a las emociones mismas. Esa idea de que el conocimiento empobrece la experiencia humana es de larga tradición; se quejaba Keats en su poema de que Newton destruía la belleza del arco iris al explicar su sustrato físico, destejiendo el arco iris.
El conocimiento del sustrato físico de las emociones es especialmente importante cuando éstas se tornan patológicas. La pena es un sentimiento natural, quizá no de los más agradables pero importante en nuestra experiencia personal y que ayuda a conformar nuestro comportamiento. Sin embargo cuando la pena se vuelve crónica y se independiza de las causas que pudieron originarla (una muerte, un desengaño, …) , la cosa se vuelve problemática. Entonces ya no hablamos de pena sino de depresión.
Hay quien no entiende que la depresión es algo más que estar triste y apenado, hay quien piensa que la persona con depresión es “culpable” de su situación (no es esfuerza bastante, no “lucha”)… Estos prejuicios suman incomprensión y estigma social al sufrimiento que ya de por si produce la enfermedad a quien la sufre. Estos prejuicios, en gran medida, nacen de la ignorancia.
Nuestra vida se desarrolla (al menos) en dos planos distintos, el de la experiencia consciente y el de su sustrato fisiológico. En el primero sentimos cariño o pena mientras que en el segundo aumenta nuestro nivel de cortisol o se activa determinada zona del cerebro. Ambos planos interaccionan entre sí en un delicado equilibrio. Y cuando el equilibrio se rompe por alguna disfunción y sobreviene la enfermedad también tiene reflejo en ambos planos y ha de restablecerse delicadamente. Tan incompleto (y falso) es pensar que “una pastilla” reparará el plano fisiológico y todo se resolverá como pensar que “luchando” mentalmente en el plano consciente ocurrirá lo mismo.
Confiemos en que el conocimiento científico continúe avanzando en todo este abanico de cuestiones y se pueda ir destejiendo la depresión.
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Con este texto quiero contribuir a la iniciativa "7 de abril, hablemos de la depresión" promovida por la OMS en última instancia y por Dolores Bueno desde Naukas y Next Door Publishers de forma más próxima.
Relacionado con esto (parcialmente) había escrito antes sobre el suicidio (1 y 2) y sobre los dos planos de la realidad.
La figura es un cuadro de Alex Alemany, tomado realmente de este sitio.
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