Tras algunas semanas sin que me funcione el correo electrónico que me han asignado (se supone) en el Ga Tech, y ante la manifestación de impotencia del chico de IT de mi centro, me dirijo a la Oficina de Tecnologías de la Información, el punto central del campus para estas cosas. En tan aparentemente nimia excursión hay tres cosas que me han llamado la atención mucho (como para que me apetezca comentarlo aquí, vamos):
1.- No eran los coches, sino las carreteras y los aparcamientos.
El edificio que alberga la OIT es uno, que acaban de inaugurar, y que alberga disciplinas comunes de primer curso de muchas titulaciones. Todo el hall y los pasillos están llenos de espacios amplios, con gradas para sentarse, sillones, zonas de mesas, espacios para grupos pequeños, etc. La ocupación era altísima, y el silencio llamativo, incluso de una cafetería apenas llegaba ruido (en una hora del bar de la UPNA les exportamos a éstos decibelios para todo un año). Pero lo interesante de verdad es que todos tenían un ordenador portátil, alguno en uso, otros cerrado, pero todos lo tenían por ahí. El tiempo que fui Vicerrector de Nuevas Tecnologías andábamos siempre preocupados por el fomento de las TIC, poniendo "aulas de informática", y comprando ordenadores fijos (bueno, también se invirtió en mejorar la infraestructura de red, seamos justos). Vale que de esto hace 10 anos, pero estaba claro ya entonces que ese no era el camino. El ordenador, el terminal, es cosa del usuario final y la institución le ha de proporcionar los servicios para que funcione: conexiones eléctrica y de red, espacios donde utilizarlo y probablemente software (el más especifico al menos). Cada uno va con su coche por las carreteras y aparcamientos que ponemos entre todos, el modelo es el mismo. Me ha impresionado contemplar, a un golpe de vista, varias decenas de estudiantes todos con su portátil.
2.- Lo virtual se ha apoderado de lo físico
Cuando finalmente he llegado a la oficina, dos personas charlaban amigablemente tras un mostrador, y al dirigirme a ellos me han mandado a rellenar un ticket en el sistema de incidencias (creo que es el Remedy el que tienen aquí) en un ordenador en la punta del mostrador. Al terminar de meter mis datos (cosas como el numero de la tarjeta de identificación que me han dado aquí) y la descripción de lo que me pasa, en la pantalla sale un mensaje en el que te dicen que te sientes, que te llamaran con el numero de tu incidencia (el 2285, nada menos). La sala estaba totalmente vacia, asi que me he sentido bastante ridículo sentándome a esperar a que me llamaran. Afortunadamente la espera ha sido solo de un par de minutos. Tras explicarle verbalmente al joven lo mismo que acababa de teclear en el ordenador, en un minuto tecleando ha resuelto el problema... En 1/5 parte del tiempo que he pasado allí en total. Me acuerdo como si fuera ayer cuando instauramos un sistema de gestión de incidencias (el RT en nuestro caso), como lo comentamos con gente de otras universidades, y las vueltas que le dimos. Jamás hubiera imaginado entonces que podría llegar a tomar un papel tan esencial como para estar en la recepción del lugar de atención física. Por cierto, hace tres semanas que rellene una incidencia en la página web del servicio a la que nunca contestaron. De hecho no se si lo miran, porque he intentado ensenarles el numero de referencia de aquella incidencia y no le ha interesado nada al joven. En fin, algo tan complicado como dar de alta una dirección de correo electrónico, está finalmente resuelto.
3.- La culpa sigue siendo del otro (circularmente)
Lo primero que me han preguntado en la oficina OIT ha sido si había hablado con el informático de mi departamento, cosa que si había hecho, y el me había mandado allí.... He sentido que me libraba de que me mandaran otra vez al informático del departamento por las canas de la barba. Mucho Rmedy en las oficinas centrales, pero luego si le pueden echar el marrón al técnico periférico mejor (y viceversa!). Está visto que las miserias humanas no se eliminan así como así con la tecnología
La foto es de un rincón del lugar de trabajo del técnico de mi departamento
2 comentarios:
No es justo querido Joaquin no recordar que algún vicerrector y equipo rectoral apostó ya en el 2001 por dotar a los alumnos de una titulación de ordenadores portátiles ... abrazos Water-lilly
No me pareció relevante, al menos para el hilo conductor de la entrada. Pero es un tema que no rehuyo, al revés, me encanta.
Aquel esfuerzo (aborrecido por los profesores de la titulación) tenía otro sentido. En una titulación de informática, los estudiantes necesitaban el ordenador a todas horas. La propuesta de los profesores era que cada asignatura tuviera un "laboratorio" (un cuarto con ordenadores fijos). Así, los estudiantes iban cambiando de laboratorio, usando cada uno una hora al día. Parecía económica y didácticamente razonable que en vez de 5 o 6 ordenadores fijos por estudiante (no olvidemos que era el primer año de implantación de una nueva titulación) inutilizados el resto del día, tuvieran uno portatil cada uno.
¿Cómo acabó la cosa? Los profesores tienen sus "laboratorios" con su llave y sus ordenadores fijos, por supuesto.
Yo veo aquel suceso como un ejemplo de la imposibilidad de gobernar una institución como la Universidad, del arraigo de las viejas ideas y la dificultad de innovar. Sigo creyendo que era una buena idea, pero no tuvo posibilidades de ser probada.
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