
Hoy quiero darle las gracias especialmente a Eugenio. Gracias a él y a personas como Javier Armentia (con la colección y con la Asociación), Martin Gardner (La ciencia: lo bueno, lo malo y lo falso), Federico di Troccio (Las mentiras de la ciencia), ... gracias a ellos los que somos más vagos disponemos de compendios fiables en los que encontrar los datos necesarios para mantener el pensamiento crítico operativo. Uno no puede estudiarlo todo a fondo, y está muy bien que haya personas que en nombre de todos los "incrédulos" persigan a los doblacucharas hasta que descubran su truco, exijan comprobaciones a los mentalistas (que nunca llegan a pasar). De entre las tareas que exige el avance de la ciencia, la persecución de timadores me parece una de las más ingratas, pero también de las más necesarias. Por eso creo que hay que animar mucho a los que dedican a ello su tiempo.
Lo dicho: muchas gracias
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