domingo, 30 de noviembre de 2008

Botijos y ollas exprés

Mañana me toca la primera de las "conferencias" en institutos dentro del programa "charlas de divulgación científica para estudiantes de bachillerato" que organiza la UPNA. En el catálogo se puede consultar la lista completa de charlas que se ofrecen. La mayoría de mis compañeros aprovechan para hablar de las disciplinas a las que dedican su investigación y en las que son expertos. A mi lo que me divierte es la posibilidad de darle vueltas a los aspectos científicos de cosas muy cotidianas.

La charla de este año en esta línea de ciencia de la vida cotidiana se titula "botijos y ollas exprés". Pretendo de cada una de esos dispositivos cotidianos una excusa para llegara uno de los dos mecanismos de cambio de fase de líquido a gas: la ebullición y la evaporación. La primera es un fenómeno (de equilibrio) que le ocurre a todo el líquido a la vez, y que ocurre a una temperatura determinada, que varía con la presión. La segunda, la evaporación, es un fenómeno de superficie, que depende de condiciones locales (humedad del aire, superficie de contacto, ventilación, ...) y que ocurre a todas las temperaturas.

El agua que se evapora se lleva unas cuantas calorías, el calor latente de vaporización (1): el agua al evaporarse enfría. Este hecho se utiliza tradicionalmente en el botijo (su pared porosa exuda agua que al evaporarse refrigera el recipiente), en cantimploras (en las que el exudado de agua se sustituye por un fieltro que hay que mojar). Lo utiliza la naturaleza como mecanismo de refrigeración de los animales de sangre caliente (el sudor), y lo utilizamos tecnológimante optimizado en neveras y aires acondicionados.

Por otro lado, para cocinar los alimentos hay que mantenerlos un tiempo a una temperatura alta. De ese modo se producen las reacciones químicas en que consiste "cocinarse". Tres procedimientos típicos de cocina consisten en sumergir el alimento en distintos fluidos calientes: aire del horno (asar), aceite hirviendo (freír) o agua hirviendo (cocer). Como la temperatura de ebullición del agua se ve afectada por la presión a la que esto ocurre, variaciones de presión darán lugar a variaciones en el tiempo de cocción. Así, en la alta montaña las cosas tardan mucho en cocer (o incluso no se cuecen) mientras que en la olla exprés, donde la presión alcanza 2 atmósferas, la temperatura de ebullición sube hasta 125ºC, con lo que los tiempos de cocción se dividen por 4 (más menos uno).

Todo esto, desarrollado con calma, como en 50 minutos, será el objetivo de la charla de mañana, a ver si consigo que resulte de interés. Ahora que eso deberían juzgarlo ellos...
-----------
(1) También en la ebullición existe el calor latente de cambio de fase, pero como este proceso ocurre a una temperatura alta, el efecto de ese trasvase de energía no da lugar a fenómenos "cotidianos" reseñables.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Administrativos y ventanillas

Hace unos días escribía sobre un par de problemas que me surgieron con la administración de la UPNA. Ayer se me quejaban algunas de las personas implicadas en los sucesos. Les pedí perdón personalmente, pero procede aclarar el asunto: mi queja e incomprensión va contra los procedimientos en sí mismos, no contra las personas que trabajan en ponerlos en práctica.

Hay un procedimiento para evitar que los profesores se vayan de vacaciones con dinero público, y que no lo consigue, o que al menos nunca ha detectado un caso. La inspección del procedimiento se preocupa por que los expedientes estén completos, no porque el proceso sea eficiente y razonable. Esas son las cosas que me preocupan. Y seguro tampoco le hacen feliz a las personas que tienen que coleccionar los papeles y mantenerlos ordenaditos.

Y este caso ha surgido un poco por casualidad, pero hay legión en la universidad. Y si cada vez que encontramos uno nos dedicamens a ver si el problema es del PDI, del PAS, del Gobierno de Navarra o de la Cámara de Comptos perdemos el tiempo de resolverlo. La capacidad autonormativa de la Universidad se desperdicia a menudo en procedimientos costosos, difíciles y poco operativos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

La perspectiva fuera de las gráficas

¿Que se representa, votos o escaños? (o quizá otra cosa). ¿Cual es NaBai y cual IU? ¿Hay alguna secuencia en el orden de los partidos? Quizá el número, pero es imposible de saber. La suma de los dos quesitos más próximos al observador ¿es mayor o menor que la mitad de la tarta?

¡Que gráfica tan mala! Lejos de clarificar los datos numéricos y de hacerlos visualmente perceptibles, los esconde. Sería más bien una "antigráfica". Esta antigráfica procede de un artículo en el que ni siquiera se incluyen los datos representados. Por lo menos se cita la fuente original, en la que si están los datos y la ficha técnica del estudio.

Técnicamente, la maldad de la gráfica procede de la perspectiva. Así no se puede apreciar el verdadero valor de las porciones, ya que los ángulos quedan deformados. Además, la magnitud que causa una impresión más directa es el área, que no es proporcional al dato en esta representación (aunque si en la tarta vista de frente). El quesito que se nos presenta de frente (el rojo) aparece subjetivamente aumentado por el borde, mientras que el más alejado (el negro en este caso) aparece subjetivamente disminuido. La maldad técnica probablemnete no sea inocente, porque el titular que se ilustra con la gráfica dice: "Cambia el mapa electoral: el PSN, instigador de la ruptura PP-UPN, único beneficiado". Y justo ese beneficio es el que se enfatiza con el quesito artificialmente engordado.

El quesito fucsia (UPN) corresponde a 17 escaños (34%), mientras que el rojo (PSN) corresponde a 13 (26%). ¿Lo hubieras adivinado?

martes, 25 de noviembre de 2008

El que la lía no lo puede arreglar


Estoy con un problema de reconocimiento académico de un Erasmus y se hace la luz. ¿Cuál es el problema de fondo? En los planes de estudios actuales de ingenierías superiores el proyecto final de carrera está cuantificado entre 10 y 15 créditos (lo que equivaldría a una asignatura de entre 100 y 150 horas de clase). Sin embargo supone un trabajo a dedicación completa de al menos 6 meses, y más bien 9. Vamos, que lo que se pone en el papel (oficial) y lo que se exige no concuerda en absoluto.

Eso se hizo así para que los estudiantes estuvieran en la universidad más tiempo del que hubieran querido, no solo individualmente, sino socialmente, establecido a través de decisiones políticas (las directrices generales propias de las titulaciones).

Difícilmente las mismas personas que colaron esa morcilla en los planes anteriores van a hacer los nuevos, adaptados al EEES, con mejores criterios. Es más, visto que esas trampas cuelan, ahora vamos al absurdo supino de grados de cuatro años y masteres de uno que, mágicamente, darán las competencias de varios de los grados.

Tengo la misma sensación que cuando se convoca a los banqueros (y economistas en general) a que nos saquen de la crisis que ellos han cultivado y producido.

Me parece más que patente el consenso entre los actores no es la mejor forma de gestionar este tipo de asuntos. En mi opinión hacen falta criterios de racionalidad impuestos desde poderes públicos, obviamente democráticos, pero fuertes.

La foto de aquí

lunes, 24 de noviembre de 2008

Resumen del resumen de prensa

O como dirían en El Intermedio "fritanga de medios".

Primero me encuentro con unos números de estudiantes un poco raros. Es difícil saber de dónde salen, pero confiando en que se hayan generado de la misma forma, es llamativa la comparación con la privada, son muy parecidas en tamaño, pero muy distintas en el origen del estudiantado.

Luego el Diario de Navarra editorializa sobre el desajuste entre la oferta de la UPNA y la demanda de primeras matrículas. El tema es complicado, y que se saque en según que momento y por según quien no deja de tener su punto de maldad. Pero sin duda que hay cosas muy palmarias, desde hace mucho tiempo, y que no se afrontan. Incluso se organiza un foro de expertos y no se evidencian.

La de cal la da un estudiante (supuestamente al menos) que en una carta al director del Diario de Noticias disecciona con brillantez el asunto: Bolonia tiene luces y sombras, dediquémonos a potenciar las luces, eso si, con unos recursos económicos que ahora nos quieren recortar los políticos. Si de verdad esto lo ha escrito un estudiante motu propio, desde luego que me reconcila con la profesión.

Más etiquetas para la ciencia

Como la serendipia es así, poco después de escribir sobre la sección en que colocan la ciencia los periódicos, me encuentro con la sección en que coloca los libros de ciencia el Corte Inglés, al menos el de Pamplona.

La sensación que me produjo debe ser parecida a la que tengan los indios y vaqueros de juguete encerrados en el mismo sobre sorpresa...

No contentos con estar en la misma fila de palabras, está la última, y no hay más que ver el primer estante para darse cuenta de la verdadera importancia relativa.

¿Se ponen las etiquetas respondiendo a lo que buscan los clientes (averiguado con estudios de marketing y demás) o lo decidirá el jefe de planta (o director de periódico en su caso)a bulto? ¿Será distinta la agrupación en secciones de libros en los Corte Ingleses de distintas ciudades?

sábado, 22 de noviembre de 2008

Cultura y otras etiqutas

No entiendo porqué la detección de glaciares en Marte es "sociedad" mientras que una ópera es "cultura". Las etiquetas sirven para facilitar el trabajo, no todos los periodistas se dedican a las mimas cosas y de algún modo se han de organizar. Pero esa división va más allá, y refleja la forma de estructurar el conocimiento.

A mi me parece que la ciencia es uno de los mayores componentes de la cultura, sin embargo para los sacerdotes de ese término es algo muy alejado. Y a la hora de buscarle una etiqueta, a veces no queda otra que el absurdo cajón de sastre de "sociedad".

Una buena opción es evitar el rótulo "cultura", y referirse al cine, el teatro y hasta la literatura como "ocio y espectáculos", que en mi opinión es lo que son en su inmensa mayoría.

En fin, se trata de pequeñas miseria nominalistas sin mayor trascendencia real, pero que ejemplifican ese error tan común, y tan poco inocente, de considerar que la ciencia no es cultura.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Y al césar lo que es del césar

Hace casi un año, en una de las primeras entradas de este blog, me quejaba de que la UPNA no participaba en la semana de la ciencia (2007). Y es verdad que no participó, y aunque hubo más de un comentario extraño alrededor del asunto, la explicación oficial de que con el cambio de equipo rectoral se habían pasado los plazos es muy razonable (y seguro que es verdad también).

Este año, como los navarros son así, en vez de una semana como en todas partes, aquí hay dos, y la participación de nuestra universidad es extensa, intensa, variada e interesante. Y sólo se puede tener credibilidad en la crítica cuando esta es equitativa, para lo malo y para lo bueno.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Revista anual del Campus Virtual Compartido del G9

Dentro de unos minutos salgo para Badajoz, a la Universidad de Extremadura, que hace de anfitriona en la Asamblea de Rectores del G9 que se reúne hoy y mañana.

En esta asociación de universidades, el programa de compartición de asignaturas virtuales de libre configuración que llamamos Campus Virtual Compartido, es la actividad de mayor repercusión: 86 asignaturas y 4.000 estudiantes.

Como Director del Campus Virtual Compartido, me toca transmitir el informe de cierre de curso. Si Iberia no lo impide, esta tarde lo haremos.

La foto, tomada de aquí, es de una reunión anterior y especialmente curiosa, porque se reunieron los Rectores en activo con los ex que lo fueron a lo largo de toda la historia del grupo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Gráficas: metáforas visuales

Me acabo de encontrar esta imagen y no he podido evitarla. Ya hace unos días veíamos una auténtica gráfica de tarta autorreferencial estupenda. Allí la tarta física representaba la variable "tarta que no me he comido" (obviamente), y el plato "tarta que ya me he comido". Aquí tenemos un ejemplo no tan minimalista, pero que también deja muy clara la metáfora visual en que se basan los "gráficos de tarta".

Otra cuestión es que, aunque nosotros percibamos las cosas casi siempre en perspectiva (es muy improbable mirar una tarta exactamente desde arriba, como si ocurría en la otra, por cierto) las gráficas de tarta presentadas así llevan a engaño y deberían evitarse... Y si no se puede, porque la tentación estética es demasiado fuerte, por lo menos que el ángulo respecto a la vertical sea pequeño, como ocurre en esta imagen.

La imagen proviene originalmente de aquí, y yo he llegado a ella desde Microsiervos, a través de Esquizopedia, maravillas de la blogosfera.