lunes, 18 de noviembre de 2024

Metadatos del arte, el contexto de observación

Veía un vídeo de Ramón Nogeras sobre la importancia del contexto para modular comportamientos (este)  y me ha sugerido que esa es la mejor palabra para describir mi participación en los estas de física y danza: mi charla aporta un contexto desde el que contemplar la obra de arte tan abstracta como es la pieza de danza. La contemplación artística siempre requiere de un contexto privilegiado. El mismo cuadro bien colgado en una sala de un museo o mediotirado en un contenedor no producen la misma experiencia. Se han hecho experimentos (o bromas) de poner a un violinista extraordinario en una estación de metro y nadie le hacía el aprecio que sí en la sala de conciertos donde se pagan fortunas por escucharle. Y, al revés, poner en un museo cualquier "porquería" (¿un urinario tumbado?) y que sólo eso lo convierta en arte, en objeto de conversación. Además del gran contexto, el espacio de contemplación, está el contexto menor, ese al que le hemos dado en llamar "metadatos del arte" en muchas conversaciones en estos años pasados. Se trataría de un contexto específico de la obra en cuestión. El ejemplo más inmediato son las cartelas de las exposiciones, los títulos de las obras. Esas piezas de información son también contexto, pero especifico de la pieza concreta. La audio-guía de un museo en la que se explica la historia de una pieza concreta sería también un conjunto de metadatos. Estos más prolijos que la cartela y generados por un mediador, más allá del artista que sí es responsable del título (o su ausencia).

El texto que aporto previo a la coreografía de Carmen juega en ese mundo del contexto. Por un lado es parte de la obra porque sale de los propios creadores, por otro aporta contexto interpretativo específico (como el título). En Elektrical Body si había una introducción expresa de contextualización: "en esta pieza se pretende...", "la metáfora es...". Pero en Atardecer y en Luz Negra ya no es así. Simplemente se dan unas explicaciones científicas con cierto tono poético para que jueguen ese papel de contexto puramente preparatorio, como cuando en un museo te acercas a leer la cartela antes de dar dos pasos atrás y contemplar el cuadro.

¿Cuanto contexto es conveniente? ¿Cuantos metadatos se deben aportar a una pieza? Por un lado parece que pocos, que un exceso de explicación desvela demasiado, quita misterio y disfrute de descubrimiento (las endorfinas del momento eureka). Por otro lado el arte contemporáneo y la abstracción tienen unas claves de discurso interno que no están al alcance de muchísimo público potencial, estas personas agradecen unos apoyos más explícitos para su comprensión. Por cierto que esa "ausencia de claves", una falta de cultura compartida entre autoras y público, es lo que aleja a tantas personas de unas manifestaciones artísticas que son las únicas que tienen sentido artístico en sentido estricto hoy día (por definición de "contemporáneo").

Una primera aproximación a resolución de este dilema iría por la modulación de la cantidad de metadatos: que haya niveles estén a disposición y cada persona elegirá los que desee incorporar (como si quieres coger la audio-guía o no, incluso unos días sí y otros no). Pero esto es muy complicado en la práctica, especialmente en algunas disciplinas como las escénicas. En Atardecer la explicación inicial, que forma parte de la obra, es el grueso del contexto, no hay modulación y se incorpora a la pieza. En Luz Negra, al menos en el estreno, sí había modulación, había programa de mano, un QR en dicho programa que llevaba a un documental de 5 minutos y, además, las 8 frases en escena. Esas 8 frases no son eliminables, son el contexto mínimo, el que forma parte de la pieza, donde se consideró que en ese equilibrio que se busca estaba lo necesario.

Parece ser que una fuente de placer es el proceso psicológico por el que hacemos predicciones que a veces se cumplen y a veces no (refuerzo intermitente). Toda la estructura musical (armonía, escalas, ritmo) es un andamiaje que nos ayuda a predecir las siguientes notas. A veces acertarás y otras no. La música que te gusta es la adecuada a tu nivel de culturización musical de manera que estés en ese punto intermedio de acierto. Las canciones infantiles son demasiado triviales, aciertas siempre, y en la música atonal probablemente no aciertes nunca. En algún lugar está tu punto de disfrute. Lo mismo pasa con el disfrute de otras disciplinas artísticas. Sin duda el nivel de conocimiento, de culturización, te coloca en una posición diferente en cuanto a las "sorpresas" que puedes disfrutar. Creo que en ante determinadas piezas (de danza contemporánea por ejemplo) unos pequeños flases iniciales ayudan mucho a iniciar ese proceso de crear expectativas. Un título para la obra, un vestuario concreto, cierto atrezzo o escenografía ya dan ese contexto. A esos elementos contextuales es a los que se une el texto inicial de estas piezas de ciencia y arte, y se han intentado calibrar para que no estropee la experiencia de los muy acostumbrados a la disciplina y ayude suficiente a los desconocedores.

Por último, estaría el tema de qué tiene el artista en la cabeza cuando crea y si es exactamente eso lo que deben contener los metadatos. Quizá no siempre. Dado que en la mayor parte del arte contemporáneo si hay un proceso muy intelectual detrás, parte de esas ideas son los mejores metadatos. Pero puede haber procesos muy inconscientes (escritura automática, pintura de acción, etc.) en los que no existe ese armazón explícito verbalizable y hay que recrearlo si se quieren generar metadatos. En todo caso para el disfrute del espectador solo hacen falta unos cabos de hilo con los que empezar a tirar de la madeja, ideas que proporcionen hipótesis que las siguientes observaciones confirmarán a veces y otras no, y si lo hacen en proporciones variables darán lugar a una experiencia placentera.

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