Me encuentro esta viñeta por internet y me imagino a un locutor de telediario muy serio y encorbatado hablando de "la volatilidad de los mercados"...
Volatilidad es un término científico que se cuantifica en magnitudes definidas de forma precisa (presión de vapor, punto de ebullisción, etc.) y que permiten predecir cuando y cómo pasará a fase vapor un material.
En el mundo de las finanzas recogen el término y, aparentemente, también se define con precisión cuantitativa (1, 2). Pero si nos fijamos ¡es una medida a posteriori!. Cuando los agentes que actúan en los mercados están nerviositos, cambian rápidamente los precios (como ironiza la viñeta), podemos por tanto hacer una medida de cuánto cambian los precios y llamarle volatilidad. Solo que es una descripción de lo que ha pasado, y ese número no nos dice nada sobre su evolución posterior ni sobre nada más. Es asignar una etiqueta a un hecho pasado. Es como si un químico solo pudiera medir la volatilidad de las sustancias que ya se han evaporado y que, además, esa medida no sirviera para predecir futuras evaporaciones (ni nada).
Construir conocimiento científico de la economía es muy complicado. Pero si además en ese empeño se esconden postureos (de que llevamos la tarea más avanzada de lo que en realidad está) y magufeos (de todo tipo que pretenden conocer la piedra filosofal con la que curar todos los males) la cosa pinta fatal.
También por tuiter, un amigo economista enuncia perfectamente cual es mi problema con la economía, no se distinguir a los "veterinarios equinos" de los ludópatas. Pero creo que ellos no ayudan en este camino. Todos se reivindican como expertos, y no hay un movimiento serio de algunos para expulsar a los otros de la profesión. En el fondo tampoco es tan raro, también se vende homeopatía en las farmacias. Solo que para los no farmacéuticos es más fácil entender el valor terapéutico y qué lo tiene y qué no. También hay una agencia nacional del medicamento.
Decía Varoufakis en televisión que la economía es la única disciplina en la que dos premios Nobel piensan cada uno del otro que es un charlatán. Claro que Varoufakis es de lo más vilipendiado por mis amigos economistas... Por eso no avanzo nada en mi comprensión de la disciplina y su evolución, no me fío de nadie y no tengo tiempo para hacer la carrera. Que le vamos a hacer, paciencia.
sábado, 21 de noviembre de 2015
martes, 17 de noviembre de 2015
Je suis polvo de estrellas
Dice Pseudópodo, un interesante bloguero, que tan cierto es que seamos polvo de estrellas como puré de patatas. Que en realidad no "somos" ninguna de esas cosas. Con la primera frase pretendemos resumir de forma poética (o quizá cursi para algunos) el hecho de que muchos átomos de los que forman nuestro cuerpo se formaron en explosiones de supernova de estrellas anteriores a nuestro sol. En el mismo sentido, que seamos puré de patata es un enunciado equivalente (poético feísta) relativo a lo extraordinario de nuestro metabolismo capaz de extraer energía y materia del puré de patata para conformarnos y activarnos.
Totalmente cierto que ese tipo de frases no son ciencia. Totalmente cierto también que en los últimos tiempos ha surgido un movimiento "fan" de la ciencia que en ocasiones adopta actitudes acientíficas (quizá a veces hasta anticientíficas) en su disfrute de los resultados científicos. Se trata de un disfrute estético, intelectual y vital profundamente humano. La gente que hace cola para acceder a Naukas Bilbao lo hace con el mismo afán que ante un concierto de su grupo favorito. Con el mismo ímpetu que hacen cola los beatos en la plaza de San Pedro para ver al Papa. Ni ver al papa es religión, ni ir a un concierto es música, ni escuchar a un divulgador es ciencia. Es obvio.
No hablamos de ciencia, sino de ímpetus humanos. El desprecio del contrario también forma parte de ese ímpetu. Los Mods o los Rockers, los de los Beatles o Rolling, los moros o los cristianos. ¿Quienes son los contrarios del movimiento fan por la ciencia? Por un lado las pseudociencas, y por otro las creencias dogmaticas. Ambas son contrarias al espíritu científico real, otra cosa es que en algunas ocasiones (quizá muchas) las actitudes pop de los fans lleven sus desprecios más allá de lo científicamente justificado o razonable. Tampoco es tan terrible. Otros lo vienen haciendo tradicionalmente de forma mucho más exagerada y terrible en sus consecuencias (llevando personas a la muerte por tratamiento absurdos, o decapitando o quemando gente directamente).
En el laboratorio hago ciencia e intento ser todo lo objetivo que puedo. Al salir, me pongo camisetas con motivos en los que creo, que me convencen, me motivan y me hacen disfrutar. Acudo a espectáculos y leo divulgación científica. Disfruto de los Mods, los Beatles y ... el ateismo. Y entre el polvo y el puré no tengo ninguna duda. Je suis polvo de estrellas.
Totalmente cierto que ese tipo de frases no son ciencia. Totalmente cierto también que en los últimos tiempos ha surgido un movimiento "fan" de la ciencia que en ocasiones adopta actitudes acientíficas (quizá a veces hasta anticientíficas) en su disfrute de los resultados científicos. Se trata de un disfrute estético, intelectual y vital profundamente humano. La gente que hace cola para acceder a Naukas Bilbao lo hace con el mismo afán que ante un concierto de su grupo favorito. Con el mismo ímpetu que hacen cola los beatos en la plaza de San Pedro para ver al Papa. Ni ver al papa es religión, ni ir a un concierto es música, ni escuchar a un divulgador es ciencia. Es obvio.
No hablamos de ciencia, sino de ímpetus humanos. El desprecio del contrario también forma parte de ese ímpetu. Los Mods o los Rockers, los de los Beatles o Rolling, los moros o los cristianos. ¿Quienes son los contrarios del movimiento fan por la ciencia? Por un lado las pseudociencas, y por otro las creencias dogmaticas. Ambas son contrarias al espíritu científico real, otra cosa es que en algunas ocasiones (quizá muchas) las actitudes pop de los fans lleven sus desprecios más allá de lo científicamente justificado o razonable. Tampoco es tan terrible. Otros lo vienen haciendo tradicionalmente de forma mucho más exagerada y terrible en sus consecuencias (llevando personas a la muerte por tratamiento absurdos, o decapitando o quemando gente directamente).
En el laboratorio hago ciencia e intento ser todo lo objetivo que puedo. Al salir, me pongo camisetas con motivos en los que creo, que me convencen, me motivan y me hacen disfrutar. Acudo a espectáculos y leo divulgación científica. Disfruto de los Mods, los Beatles y ... el ateismo. Y entre el polvo y el puré no tengo ninguna duda. Je suis polvo de estrellas.
lunes, 16 de noviembre de 2015
La ciencia de todos
El miércoles pasado (11 de noviembre) tuvo lugar el acto central de las Semanas de la Ciencia de Navarra. En el Café Teatro Zentral, siete científicos de instituciones diferentes, dieron pequeñas charlas ante un público que pasaba de las 200 personas.
El formato de las minicharlas (copiado de Naukas Bilbao, para qué engañarnos) funciona muy bien. Utilizar un local céntrico de moda, al que van a tocar todas las bandas importantes que pasan por Pamplona, también estuvo bien. Y que el público respondiera llenando el local y disfrutando (muchos de pie) durante hora y media también es también fantástico, no cabe duda.
Pero para mi lo mejor de todo fue la posibilidad de reunir tal diversidad de ponentes, de instituciones. Y es que las instituciones que desarrollan su labor en un mismo sector les pasa como a las personas, que en ocasiones colaboran, pero otras muchas no. Hay rencillas, afanes de protagonismo, envidias, sentimientos de abandono, etc. Por eso es especialmente interesante que todas vayan conjuntamente, que se haya percibido que se trataba de un acto de promoción del sector. Por que la ciencia no es de la Univerdidad (menos de alguna universidad concreta), ni de los organismos públicos de investigación, de ni de los centros tecnólogicos, ni de asociaciones. La ciencia es de todos, y es una labor que nos concierne a todos hacerla llegar al público. Es por eso que haberlo conseguido, en medio de la Semana dedicada a ello, es una noticia estupenda. El año que viene más, e incorporando a quien haya podido quedarse fuera inadvertidamente si lo hay).
Presentados por Javier Armentia, los ponentes fueron:
• Ignacio López Goñi (Universidad de Navarra): ¿Por qué no es saludable el canibalismo (según la OMS)?
• Joaquín Sevilla (Club de Amigos de la Ciencia): ¿Por qué vuela un avión?
• Antonio Aretxabala (Ateneo Navarro): ¿Se puede predecir un terremoto?
• Paula Noya (Aditech): ¿De dónde sale el color de las vidrieras de las catedrales?
• Fernando Jáuregui (Planetario) ¿Por qué el cielo es azul?
• Javier Rodrígez (AEMET) ¿Qué hay detrás de las predicciones meteorológicas?
• Francisco Falcone (Universidad Pública de Navarra) ¿Estamos conectados?
Programa completo de las semanas aquí.
La foto de los participantes procede del FB del Planteriario, de aquí.
El formato de las minicharlas (copiado de Naukas Bilbao, para qué engañarnos) funciona muy bien. Utilizar un local céntrico de moda, al que van a tocar todas las bandas importantes que pasan por Pamplona, también estuvo bien. Y que el público respondiera llenando el local y disfrutando (muchos de pie) durante hora y media también es también fantástico, no cabe duda.
Pero para mi lo mejor de todo fue la posibilidad de reunir tal diversidad de ponentes, de instituciones. Y es que las instituciones que desarrollan su labor en un mismo sector les pasa como a las personas, que en ocasiones colaboran, pero otras muchas no. Hay rencillas, afanes de protagonismo, envidias, sentimientos de abandono, etc. Por eso es especialmente interesante que todas vayan conjuntamente, que se haya percibido que se trataba de un acto de promoción del sector. Por que la ciencia no es de la Univerdidad (menos de alguna universidad concreta), ni de los organismos públicos de investigación, de ni de los centros tecnólogicos, ni de asociaciones. La ciencia es de todos, y es una labor que nos concierne a todos hacerla llegar al público. Es por eso que haberlo conseguido, en medio de la Semana dedicada a ello, es una noticia estupenda. El año que viene más, e incorporando a quien haya podido quedarse fuera inadvertidamente si lo hay).
Presentados por Javier Armentia, los ponentes fueron:
• Ignacio López Goñi (Universidad de Navarra): ¿Por qué no es saludable el canibalismo (según la OMS)?
• Joaquín Sevilla (Club de Amigos de la Ciencia): ¿Por qué vuela un avión?
• Antonio Aretxabala (Ateneo Navarro): ¿Se puede predecir un terremoto?
• Paula Noya (Aditech): ¿De dónde sale el color de las vidrieras de las catedrales?
• Fernando Jáuregui (Planetario) ¿Por qué el cielo es azul?
• Javier Rodrígez (AEMET) ¿Qué hay detrás de las predicciones meteorológicas?
• Francisco Falcone (Universidad Pública de Navarra) ¿Estamos conectados?
Programa completo de las semanas aquí.
La foto de los participantes procede del FB del Planteriario, de aquí.
viernes, 6 de noviembre de 2015
Una crisis sistémica
Con el título "Una crisis sistémica" ha dado esta tarde una conferencia el geólogo Antonio Aretxabala, dentro de un ciclo organizado por el Ateneo y celebrado en el Planetario.
Nos ha ilustrado con multitud de datos un discurso bastante catastrofista. En resumen, hemos pasado el máximo de producción de combustibles fósiles (y de otras materias primas) y vamos abocados a una potente crisis de decrecimiento brusco. De hecho lo que nos venden como una crisis económica más, sería el comienzo de esa crisis sistémica que obligará a reestructurar la civilización tal como la conocemos.
Quizá toda la profundidad del catastrofismo pueda ser excesiva, pero sin duda hay argumentos demoledores. Si dibujamos el consumo de combustibles fósiles en una escala temporal que comience con el neolítico, y concluya en período equivalente en el futuro (ver figura), todo el petróleo se acumula en una linea vertical muy estrecha. En esa gráfica el día de hoy quizá está un poco antes o un poco después del máximo, pero seguro que no estamos lejos. Y la bajada por esa curva va a tener profundas consecuencias.
Al concluir la presentación, el público se mostraba descorazonado. Alguna pregunta apuntaba a un hipotético club de poderosos que supuestamente rige los destinos de la humanidad y que estaría detrás de tan sombrío futuro (para los no poderosos). Claro, es necesario buscar responsables ajenos, descargar la responsabilidad en "los malos". Otros preguntaban sobre cómo reorganizar su vida de acuerdo con esata expectativa de futuro. Parece que nos cuesta asumir para nuestra civilización lo que es evidente para nuestras vidas: que tiene un final más o menos próximo. Asumido ese final, a disfrutar del camino ¿no?
La civilización siempre está en la frontera entre el optimismo del desarrollo y el catastrofismo por el agotamiento de recursos. Cada generación mantiene la esperanza de que no sea a ella a la que le toque el inevitable triunfo de lo segundo.
Nos ha ilustrado con multitud de datos un discurso bastante catastrofista. En resumen, hemos pasado el máximo de producción de combustibles fósiles (y de otras materias primas) y vamos abocados a una potente crisis de decrecimiento brusco. De hecho lo que nos venden como una crisis económica más, sería el comienzo de esa crisis sistémica que obligará a reestructurar la civilización tal como la conocemos.
Quizá toda la profundidad del catastrofismo pueda ser excesiva, pero sin duda hay argumentos demoledores. Si dibujamos el consumo de combustibles fósiles en una escala temporal que comience con el neolítico, y concluya en período equivalente en el futuro (ver figura), todo el petróleo se acumula en una linea vertical muy estrecha. En esa gráfica el día de hoy quizá está un poco antes o un poco después del máximo, pero seguro que no estamos lejos. Y la bajada por esa curva va a tener profundas consecuencias.
Al concluir la presentación, el público se mostraba descorazonado. Alguna pregunta apuntaba a un hipotético club de poderosos que supuestamente rige los destinos de la humanidad y que estaría detrás de tan sombrío futuro (para los no poderosos). Claro, es necesario buscar responsables ajenos, descargar la responsabilidad en "los malos". Otros preguntaban sobre cómo reorganizar su vida de acuerdo con esata expectativa de futuro. Parece que nos cuesta asumir para nuestra civilización lo que es evidente para nuestras vidas: que tiene un final más o menos próximo. Asumido ese final, a disfrutar del camino ¿no?
La civilización siempre está en la frontera entre el optimismo del desarrollo y el catastrofismo por el agotamiento de recursos. Cada generación mantiene la esperanza de que no sea a ella a la que le toque el inevitable triunfo de lo segundo.
miércoles, 28 de octubre de 2015
Accesibilidad universal y diseño para todos
Me invitan a dar una charla a estudiantes de trabajo social sobre un tema que me hace mucha ilusión recuperar. Dejo aquí las transparencias,para poder proyectar desde aquí mismo, y para que queden por si le interesan a alguien más.
lunes, 26 de octubre de 2015
La cuarta vía
Muchos años después (31), el interés se desplaza hacia una cuarta vía: el conocimiento. Siempre ha debido estar ahí, solo que es algo tan pedante y juega en una división aparentemente tan distinta que ha pasado totalmente desapercibido. Sin embargo el “momento ahá” (o efecto eureka) pone en marcha el circuito de recompensa del cerebro igual que un orgasmo, igual que deglutir un chuletón (y si no igual igual, suficientemente parecido). De las distintas fuentes de drogas intracraneales (aka neurotransmisores de los circuitos del placer) el conocimiento es probablemente la más sana. Eso sí, también es la más friki.
Sin dejar de disfrutar de lo que nos vaya quedando de las otras tres, ¡A por la cuarta vía!
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Pequeña epifanía personal (o momento ahá) sugerida por la charla de José Cervera (@retiario) en las jornadas D+I de Zaragoza, en octubre de 2015, en la foto. Un resumen en tuits de esa charla se puede encontrar aquí.
jueves, 22 de octubre de 2015
Experimentos tabernarios en Zaragoza
Nos invitan a las jornadas de Divulgación Innovadora a contar la experiencia de los experimentos tabernarios que hacemos en Ciencia en el Bar una vez al mes desde hace ya tres años.Hablo en plural por que esta es una actividad compartida con el gran Javier Armentia.
De alguna forma hemos ido concretando la idea inicial, y podríamos enunciar un "manifiesto" de la ciencia en el bar que seria:
Lo de llevar la ciencia a los bares no es un intento de banalizarla, sino de bajarla del pedestal. La ciencia ocurre en laboratorios, en centros académicos con solemnes ceremonias llenas de birretes, o en congresos científicos de lenguaje muy técnico, templos a los que el ciudadano no puede acceder normalmente y si lo hace, no entenderá nada. Démosle la vuelta a la cuestión, que los científicos vayan a dónde los ciudadanos hacen su vida. En sus casas solo se puede entrar por las ventanas tecnológicas que son los medios de comunicación, asunto que no nos interesa ahora. Otro lugar donde se desarrolla la vida ciudadana son los bares. De hecho en estos espacios públicos es muy habitual quedar para compartir espectáculos deportivos o música. ¿Por qué no ciencia? Eso sí, tiene que ser en un tono y formato de entretenimiento, no se trata de convertir el bar en una sala de conferencias, sino de imbuirse en el tono tabernario para contar historias que resulten próximas e interesantes. Historias y experimentos; hay un montón de trucos de bar y pequeños experimentos con poco material que permiten comprobar en directo que la ciencia funciona en la vida cotidiana, y que no es (solo) una cuestión de batas y laboratorios.
Para la media hora de experimentos en Zaragoza hemos pensado en un menú tabernario en dos sentidos: primero tres más demostrativos hechos con cerveza (¿hay algo más de bar?). Luego tenemos otros tres, también con pequeño material habitual, que puede hacer el público, incluso organizar retos entra mesas (o grupos) a ver quien lo hace mejor o lo consigue. Retarse y apostar son actitudes de taberna que aquí pretendemos reconducir hacia la experimentación científica. Veremos. A posteriori ya pondremos alguna foto y el listado de experimentillos. De momento nos vemos en Zaragoza.
De alguna forma hemos ido concretando la idea inicial, y podríamos enunciar un "manifiesto" de la ciencia en el bar que seria:
Lo de llevar la ciencia a los bares no es un intento de banalizarla, sino de bajarla del pedestal. La ciencia ocurre en laboratorios, en centros académicos con solemnes ceremonias llenas de birretes, o en congresos científicos de lenguaje muy técnico, templos a los que el ciudadano no puede acceder normalmente y si lo hace, no entenderá nada. Démosle la vuelta a la cuestión, que los científicos vayan a dónde los ciudadanos hacen su vida. En sus casas solo se puede entrar por las ventanas tecnológicas que son los medios de comunicación, asunto que no nos interesa ahora. Otro lugar donde se desarrolla la vida ciudadana son los bares. De hecho en estos espacios públicos es muy habitual quedar para compartir espectáculos deportivos o música. ¿Por qué no ciencia? Eso sí, tiene que ser en un tono y formato de entretenimiento, no se trata de convertir el bar en una sala de conferencias, sino de imbuirse en el tono tabernario para contar historias que resulten próximas e interesantes. Historias y experimentos; hay un montón de trucos de bar y pequeños experimentos con poco material que permiten comprobar en directo que la ciencia funciona en la vida cotidiana, y que no es (solo) una cuestión de batas y laboratorios.
Para la media hora de experimentos en Zaragoza hemos pensado en un menú tabernario en dos sentidos: primero tres más demostrativos hechos con cerveza (¿hay algo más de bar?). Luego tenemos otros tres, también con pequeño material habitual, que puede hacer el público, incluso organizar retos entra mesas (o grupos) a ver quien lo hace mejor o lo consigue. Retarse y apostar son actitudes de taberna que aquí pretendemos reconducir hacia la experimentación científica. Veremos. A posteriori ya pondremos alguna foto y el listado de experimentillos. De momento nos vemos en Zaragoza.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Modelos (físicos)
Para entender las reacciones nucleares en cadena se suele utilizar una analogía en la que los núcleos atómicos son trampas de cazar ratones y una pelota de ping pong. La trampa cargada (con el muelle tenso) con la pelota encima representa el átomo antes de la fisión. Esa pieza es susceptible de dividirse en dos (la trampa y la pelota) y liberar energía en el proceso, que se manifiesta en la velocidad con que salen ambas. Lo mismo ocurre con el núcleo atómico físil, puede dividirse en trozos y liberar energía. En el caso de la reacción nuclear en cadena algunos productos de la reacción inducen otros núcleos a fisionarse. Lo mismo pasa en nuestro modelo. Además es precioso, y se han hecho multitud de vídeos al respecto. Probablemente el más espectacular sea este:
Como siempre, las analogías no son perfectas. Ejemplifican una parte del fenómeno original, pero no otras. Con el modelo de las trampas y las pelotas es muy difícil imaginar formas de controlar la reacción, algo que ocurre de manera natural en los reactores nucleares. En el caso de la fisión del uranio 235, la fisión se produce por distintas vías, hay diferentes conjuntos de productos posibles (y siempre más de dos), en el modelo hay una sola vía que da lugar a solo dos productos (trampa y pelota)... Es absurdo pensar que un modelo sustituye al fenómeno que modeliza, pero a veces nos dejamos llevar por esa idea errónea.
Por otro lado, hay situaciones tan interesantes que uno piensa que seguro que son un buen modelo de algo. Esta "gamberrada" de tirar un montón de pelotas en unas escaleras mecánicas es uno de ellas. Las pelotas se ven entre dos tendencias, el arrastre de la escalera a subir y la gravedad a bajar. ¿Qué podría modelizar esto? Un material para láser sin emisión inducida... no se, se me va la olla ¿o no?
Como siempre, las analogías no son perfectas. Ejemplifican una parte del fenómeno original, pero no otras. Con el modelo de las trampas y las pelotas es muy difícil imaginar formas de controlar la reacción, algo que ocurre de manera natural en los reactores nucleares. En el caso de la fisión del uranio 235, la fisión se produce por distintas vías, hay diferentes conjuntos de productos posibles (y siempre más de dos), en el modelo hay una sola vía que da lugar a solo dos productos (trampa y pelota)... Es absurdo pensar que un modelo sustituye al fenómeno que modeliza, pero a veces nos dejamos llevar por esa idea errónea.
Por otro lado, hay situaciones tan interesantes que uno piensa que seguro que son un buen modelo de algo. Esta "gamberrada" de tirar un montón de pelotas en unas escaleras mecánicas es uno de ellas. Las pelotas se ven entre dos tendencias, el arrastre de la escalera a subir y la gravedad a bajar. ¿Qué podría modelizar esto? Un material para láser sin emisión inducida... no se, se me va la olla ¿o no?
sábado, 10 de octubre de 2015
Los profesores universitarios que investigan son mejores docentes. ¿Seguro?
Por si alguien tiene mucha prisa, la respuesta corta es que si, el consenso de varios metaestudios sobre el tema muestra una correlación positiva aunque no muy fuerte entre productividad científica y calidad docente. El que no sea muy fuerte significa que aunque la tendencia estadística está ahí, hay muchísimos contraejemplos individuales.
Esta cuestión está de actualidad por que se acaba de publicar un estudio del que se hacían eco los medios precisamente con ese titular: “Los profesores universitarios que investigan enseñan mejor” (1, 2). El título del trabajo es “(How) Do research and administrative duties affect university professors’ teaching” (3) (se puede leer el preprint aquí (3’) ). El artículo se basa en un estudio de más de 600 profesores de la Universidad Jaime I de Castellón, y encuentra una correlación clara entre calidad docente y productividad investigadora con carácter general. Pero también con matices, por ejemplo que cuando la investigación pasa de un punto, la docencia se resiente. Aunque los datos se tomaron entre 2002 y 2006, se analiza el impacto del Real Decreto que modificó la carga docente del profesorado en 2012 (y que ya comentamos aquí (4) en su día), concluyendo que ha supuesto una reducción de la calidad docente de más del 7%.
A la hora de realizar este tipo de estudios es más fácil enunciar lo que se quiere comprobar que medirlo. Se trata de las actividades investigadora y docente; sobre ambas se han derramado ríos de tinta (o de bits, que habrá que plantearse actualizar el dicho). La investigación, dentro de lo que cabe, se mide con criterios bastante consensuados tanto de cantidad (publicaciones) como de calidad (citas) y se mide con frecuencia y presión. La docencia sin embargo es una actividad cuya evaluación está mucho menos consensuada y no se practica de forma sistemática, al menos con metodologías congruentes en diferentes universidades. Por otro lado las diferencias pueden ser importantes entre áreas, tanto en lo que es una buena clase como en los estándares de investigación como en las tradiciones de evaluación.
Así pues, tanto la metodología como el objeto de estos estudios resultan complejos. Por ello es fácil encontrar estudios que dan lugar a correlaciones negativas (como este (5) de departamentos de Ciencias Políticas) como positivas (como este (6) de departamentos de Derecho o este (7) de Economía). Es por tanto necesario recurrir a metaestudios, evaluaciones comparativas de múltiples estudios ponderados por en tamaño de la muestra y otras consideraciones de fiabilidad y representatividad. Una revisión de este tipo muy exhaustiva, publicada en 2004 (8), concluía que la correlación es positiva pero débil, como comentábamos al comienzo de este texto.
Si pasamos de la mera correlación a plantear posibles relaciones entre la docencia y la investigación, cómo se potencian o interfieren, la lista es enorme, y la literatura al respecto muy extensa (mucho más que los estudios cuantitativos). La revisión antes citada (8, pgs 8 y 9) presenta un listado muy completo y sintético de estos argumentos, tanto de los que apoyan la correlación positiva (las sinergias entre ambas actividades) como las negativas (sus interferencias).
Probablemente es imposible establecer una conclusión definitiva, universal y fuerte del tipo “los profesores que investigan son mejores docentes” (o la contraria). En algunos ámbitos hay una tendencia fuerte en un sentido y en otros la contraria, pero al promediar respecto de muchos se suaviza la tendencia.
Cuando vi ese titular me llamó la atención por que coincidía con mis sensaciones (generadas a lo largo de 25 años de profesión). Tengo la sensación de que entre mis colegas, los más capaces lo son en todo, en clase, en investigación, en gestión o en cualquier otra actividad a la que se dediquen. Y esto es así con carácter muy general. Puedo recordar contrajemplos: el gran docente que no investiga, el gran investigador que pasa de sus alumnos, o el que lleva toda su vida de cargo en cargo y no se recuerda como sería en otras actividades. Pero son casos aislados frente a una gran mayoría, la “de la correlación positiva”. La evidencia experimental disponible parece congruente con esa imagen (sesgo de confirmación mediante).
----------
La figura está tomada de (6), ya que ejemplifica una correlación positiva débil, que parece el consenso de los metaestudios. No me he atrevido a pone la del preprint del trabajo de actualidad, en parte por su actualidad y en parte por que es más compleja de analizar.
Referencias (aunque están enlazadas en el texto, se incluyen listadas):
(1) http://www.dicyt.com/noticias/los-profesores-universitarios-que-investigan-ensenan-mejor
(2) http://www.agenciasinc.es/Noticias/Los-profesores-universitarios-que-investigan-ensenan-mejor
(3) http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/00036846.2015.1037438?journalCode=raec20
(3’) http://eprints.ucm.es/16615/1/1222.pdf
(4) http://joaquinsevilla.blogspot.com.es/2012/04/dedicacion-del-profesorado.html
(5) http://alexandreafonso.me/2015/08/13/does-better-research-mean-better-teaching/
(6) http://siemslegal.blogspot.com.es/2015/08/the-slight-positive-relationship.html
(7) https://www.uam.es/otros/jaeet13/comunicaciones/02_Rendimiento_de_la_educacion/Rodriguez_Rubio.pdf
(8) http://webarchive.nationalarchives.gov.uk/20130401151715/http://www.education.gov.uk/publications/eOrderingDownload/RR506.pdf
Esta cuestión está de actualidad por que se acaba de publicar un estudio del que se hacían eco los medios precisamente con ese titular: “Los profesores universitarios que investigan enseñan mejor” (1, 2). El título del trabajo es “(How) Do research and administrative duties affect university professors’ teaching” (3) (se puede leer el preprint aquí (3’) ). El artículo se basa en un estudio de más de 600 profesores de la Universidad Jaime I de Castellón, y encuentra una correlación clara entre calidad docente y productividad investigadora con carácter general. Pero también con matices, por ejemplo que cuando la investigación pasa de un punto, la docencia se resiente. Aunque los datos se tomaron entre 2002 y 2006, se analiza el impacto del Real Decreto que modificó la carga docente del profesorado en 2012 (y que ya comentamos aquí (4) en su día), concluyendo que ha supuesto una reducción de la calidad docente de más del 7%.
A la hora de realizar este tipo de estudios es más fácil enunciar lo que se quiere comprobar que medirlo. Se trata de las actividades investigadora y docente; sobre ambas se han derramado ríos de tinta (o de bits, que habrá que plantearse actualizar el dicho). La investigación, dentro de lo que cabe, se mide con criterios bastante consensuados tanto de cantidad (publicaciones) como de calidad (citas) y se mide con frecuencia y presión. La docencia sin embargo es una actividad cuya evaluación está mucho menos consensuada y no se practica de forma sistemática, al menos con metodologías congruentes en diferentes universidades. Por otro lado las diferencias pueden ser importantes entre áreas, tanto en lo que es una buena clase como en los estándares de investigación como en las tradiciones de evaluación.
Así pues, tanto la metodología como el objeto de estos estudios resultan complejos. Por ello es fácil encontrar estudios que dan lugar a correlaciones negativas (como este (5) de departamentos de Ciencias Políticas) como positivas (como este (6) de departamentos de Derecho o este (7) de Economía). Es por tanto necesario recurrir a metaestudios, evaluaciones comparativas de múltiples estudios ponderados por en tamaño de la muestra y otras consideraciones de fiabilidad y representatividad. Una revisión de este tipo muy exhaustiva, publicada en 2004 (8), concluía que la correlación es positiva pero débil, como comentábamos al comienzo de este texto.
Si pasamos de la mera correlación a plantear posibles relaciones entre la docencia y la investigación, cómo se potencian o interfieren, la lista es enorme, y la literatura al respecto muy extensa (mucho más que los estudios cuantitativos). La revisión antes citada (8, pgs 8 y 9) presenta un listado muy completo y sintético de estos argumentos, tanto de los que apoyan la correlación positiva (las sinergias entre ambas actividades) como las negativas (sus interferencias).
Probablemente es imposible establecer una conclusión definitiva, universal y fuerte del tipo “los profesores que investigan son mejores docentes” (o la contraria). En algunos ámbitos hay una tendencia fuerte en un sentido y en otros la contraria, pero al promediar respecto de muchos se suaviza la tendencia.
Cuando vi ese titular me llamó la atención por que coincidía con mis sensaciones (generadas a lo largo de 25 años de profesión). Tengo la sensación de que entre mis colegas, los más capaces lo son en todo, en clase, en investigación, en gestión o en cualquier otra actividad a la que se dediquen. Y esto es así con carácter muy general. Puedo recordar contrajemplos: el gran docente que no investiga, el gran investigador que pasa de sus alumnos, o el que lleva toda su vida de cargo en cargo y no se recuerda como sería en otras actividades. Pero son casos aislados frente a una gran mayoría, la “de la correlación positiva”. La evidencia experimental disponible parece congruente con esa imagen (sesgo de confirmación mediante).
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La figura está tomada de (6), ya que ejemplifica una correlación positiva débil, que parece el consenso de los metaestudios. No me he atrevido a pone la del preprint del trabajo de actualidad, en parte por su actualidad y en parte por que es más compleja de analizar.
Referencias (aunque están enlazadas en el texto, se incluyen listadas):
(1) http://www.dicyt.com/noticias/los-profesores-universitarios-que-investigan-ensenan-mejor
(2) http://www.agenciasinc.es/Noticias/Los-profesores-universitarios-que-investigan-ensenan-mejor
(3) http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/00036846.2015.1037438?journalCode=raec20
(3’) http://eprints.ucm.es/16615/1/1222.pdf
(4) http://joaquinsevilla.blogspot.com.es/2012/04/dedicacion-del-profesorado.html
(5) http://alexandreafonso.me/2015/08/13/does-better-research-mean-better-teaching/
(6) http://siemslegal.blogspot.com.es/2015/08/the-slight-positive-relationship.html
(7) https://www.uam.es/otros/jaeet13/comunicaciones/02_Rendimiento_de_la_educacion/Rodriguez_Rubio.pdf
(8) http://webarchive.nationalarchives.gov.uk/20130401151715/http://www.education.gov.uk/publications/eOrderingDownload/RR506.pdf
jueves, 8 de octubre de 2015
Cosas que vuelan
Este es el título de un taller que se hizo en Naukas Kids (Bilbao, spt. 2015), y en en el festival Actúa Navarra de las SER (Pamplona, mayo 2015).
La idea es hacer un taller de verdad: una actividad en la que los participantes hagan cosas con las manos (no utilizar la palabra taller para esconder otra charla). Pero por otro lado, ha de haber un hilo conductor formativo para que sea realmente un taller de algo y no puras manualidades... es un difícil equilibrio, pero se intenta.
En el taller cosas que vuelan se intenta transmitir tres ideas que son muy importantes en diversas cosas que vuelan. No todas las ideas se emplean en todas las cosas (que vuelan) ni son las únicas, por supuesto. Pero son ideas importantes:
1.- Planear. Cerca del suelo (un cerca de varios kilómetros) el espacio está lleno de aire, y nos podemos apoyar en él para volar. Vale, eso más que volar es caer con estilo (Buzz Lightyear dixit), pero ya es un gran paso.
2.- Propulsión a chorro. Para ir más allá del puro planeo, la cosa que vuela ha de ganar impulso. Una opción es la ley de acción y reacción, expulsar algo con energía.
3.- Las hélices. Muchas cosas que vuelan de verdad utilizan motores. Las hélices son los dispositivos que convierten el movimiento de giro de los motores en impulso para volar. Las hélices son unos dispositivos que, cuando los hacemos girar, golpean el aire y lo lanzan hacia atrás consiguiendo el mismo efecto que la propulsión a chorro... propulsión.
El taller consiste en poner en práctica esas ideas con manualidades que permitan experimentarlos. Algunas serían:
PLANEAR
La idea es hacer un taller de verdad: una actividad en la que los participantes hagan cosas con las manos (no utilizar la palabra taller para esconder otra charla). Pero por otro lado, ha de haber un hilo conductor formativo para que sea realmente un taller de algo y no puras manualidades... es un difícil equilibrio, pero se intenta.
En el taller cosas que vuelan se intenta transmitir tres ideas que son muy importantes en diversas cosas que vuelan. No todas las ideas se emplean en todas las cosas (que vuelan) ni son las únicas, por supuesto. Pero son ideas importantes:
1.- Planear. Cerca del suelo (un cerca de varios kilómetros) el espacio está lleno de aire, y nos podemos apoyar en él para volar. Vale, eso más que volar es caer con estilo (Buzz Lightyear dixit), pero ya es un gran paso.
2.- Propulsión a chorro. Para ir más allá del puro planeo, la cosa que vuela ha de ganar impulso. Una opción es la ley de acción y reacción, expulsar algo con energía.
3.- Las hélices. Muchas cosas que vuelan de verdad utilizan motores. Las hélices son los dispositivos que convierten el movimiento de giro de los motores en impulso para volar. Las hélices son unos dispositivos que, cuando los hacemos girar, golpean el aire y lo lanzan hacia atrás consiguiendo el mismo efecto que la propulsión a chorro... propulsión.
El taller consiste en poner en práctica esas ideas con manualidades que permitan experimentarlos. Algunas serían:
PLANEAR
- Aerodeslizador con CD
PROPULSIÓN A CHORRO
- Globo guiado por cuerda
- Globo con salida de aire rígida
HELICES
- Hélice de papel
- Molinillo que convierte viento (soplido) en giro. Si tuvieramos un motor que diera vueltas al eje, produciría viento, y con ello propulsión.
La versión del Actúa Navarra, con 15 niños, y 60 minutos estuvo bastante bien, se hicieron ejemplos de las tres ideas y resultó ilustrativo.
A continuación dejo el vídeo del Naukas Kids, fue una locura, con 120 niños (ya cansados, además), pero lo pasamos bien, creo que ellos también. Sólo nos dio tiempo a hacer un avión de papel y el aerodeslizador, pero bueno, lo hicieron ;-)
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