viernes, 29 de marzo de 2013

Visualización de la suma de ángulos de un triángulo

Eso de que los ángulos de un triángulo suman 180º es un enunciado que nos lo enseñan de tan pequeños que no parece necesario demostrarlo. Formalizarlo requiere un cierto esfuerzo, pero visualizarlo no tanto.

La figura adjunta es un redibujo de la prueba que se encuentra aquí (y a la que he llegado por @jjgjibaja).

Trazando una paralela a la base del triángulo que pase por el vértice opuesto, los tres ángulos se transportan fácilmente sobre dicha recta y se ve que la cubren de lado a lado, media circunferencia (PI/2, o 180º). 

Una más para la colección de visualizaciones: Pitágoras, binomio cuadrado, seno cuadrado más coseno cuadrado, sumas de potencias, ...

miércoles, 27 de marzo de 2013

Calidad y modelos educativos

En el Consejo de Departamento de hace un rato nos comentaban sobre el plan de calidad sobre la docencia universitaria que se quiere poner en marcha, y cómo se va a comenzar una serie de reuniones y propuestas de indicadores. Vaya por delante mi reconocimiento a las personas que, con su mejor voluntad y entendimiento (que no es pequeño) van a lucharse este proyecto, pero...

Me parce imposible establecer un plan de calidad sobre un tema si no tenemos claro (explícito y compartido) el modelo del tema en cuestión. Intento explicarlo con un ejemplo. Hay quien piensa que un profesor de universidad debe crear contenidos, contribuirán pues a su valoración los "apuntes" que deje en el servicio de reprografía de su centro, pero hay quien piensa que lo mejor es seguir un libro de texto, o utilizar material digital actualizado recogido en el LMS institucional (el Moodle o similar) o quien sólo lo considera un mérito si está en abierto, en un blog o página personal. Si no nos ponemos de acuerdo en cual es el modelo de actividad docente que tenemos en la cabeza, cualquier medida que cojamos en el ejemplo anterior va a resultar lesiva para alguien... para alguien que lo está haciendo muy bien, solo que en otro modelo de enseñanza. De hecho yo me siento capaz de defender cualquiera de las opciones anteriores (salvo quizás la de escribir tus propios apuntes de manera generalizada).

En estos momentos, muchos de los elementos del proceso de enseñanza están cuestionados, dando como resultado posiciones antagónicas en posibles indicadores de actividad (y eventualmente de calidad). Por poner otro ejemplo, si un profesor opta por la clase invertida (the flipped classroom) ¿cómo le evaluamos las clases? y si otro gasta todas las horas en lecciones "magistrales" ¿cómo le evaluamos sobre resolución de problemas?

Dejando aparte los ejemplos, parece que la calidad de algo es una medida de cuánto se parece ese algo a un modelo ideal. Y un proceso de calidad, uno que incentivará modificaciones en el camino de parecerse al ideal. Es por tanto imprescindible que exista un modelo para que se pueda establecer un plan de calidad. Otra cosa es que el modelo sea explícito, y otra más que sea compartido por un grupo de personas. Hasta donde yo se no hay modelos docentes institucionales explícitos, ni de universidad, ni de centro ni de departamento. Los modelos que cada uno tiene en su cabeza, en mi opinión, varían muchísimo de persona a persona. La figura que ilustra la entrada, por ejemplo, representa un modelo de estudio de la ingeniería muy común (tanto como para hacer chistes como ese) y que mi no solo no me hace gracia, sino que me parece la antítesis de lo que debe ser la universidad en el siglo XXI.

Si reconocemos la ausencia de ese modelo común, habrá que reorientar la tarea, pero aún se pueden hacer cosas interesante, se me ocurren dos:
i) Corporativamente no se establece un modelo completo pero si unos mínimos, compatibles con la mayor parte delo modelos que tengamos en mente.
ii) Verificar la coherencia individual de cada profesor (mediante un autoinforme, por ejemplo).

miércoles, 20 de marzo de 2013

Primer jueves de la ciencia

El jueves pasado se celebró la primera edición de "los Jueves de la Ciencia en IDpunto0", un evento que pretendemos repetir cada mes. Recuperamos la idea de los dos 100Cia+Birras de hace unos años (1, 2) en un formato un poco más sencillo, sin actores pero con dos "oficiantes", servidor y el gran Javier Armentia

Asistieron unas 30 personas al sótano del IDpuntoCero (Jarauta 28), un curioso garito con ipads en las mesas y teles en las paredes en las que proyectar.

Empezamos con las efemérides, nada menos que el día de PI y el cumpleaños de Einstein, difícilmente se puede encontrar un día mejor para empezar. Luego hablamos (bueno, Javier que es el que sabe de eso) de la inaguración del telescopio ALMA,  el E-ELT y la posible no participación de España (y la protesta con recogida de firmas), lo que se ve en el cielo estos días (astronomía natural) y como encontrar "iridium flares" y pasos de la ISS (astronomía artificial). La presentación con las imágenes que se proyectaron está aquí.

Luego comenzamos con los experimentos: cosas que hacer con una tónica. Lo primero echarle trocitos de chocolate (idea copiada a Claudi Mans). A diferencia de lo que ocurre en agua, dónde se hunden, en la tónica, al igual que en agua con gas, suben y bajan gracias al efecto de las burbujas de CO2 que se adhieren al chocolate. Y funciona con chocolate y no con otras cosas porque al ser graso resulta hidrófobo; y rechazar al agua es lo mismo que atraer las burbujas. Después iluminamos los tres vasos con luz ultravioleta, comprobando la luminiscencia de la tónica (debida a la molécula de quinina) que no presentaba al agua, ni con ni sin gas.

Tras las explicaciones, las preguntas y las peticiones para la siguiente edición (como que explicásemos "leyendas urbanas" como el sentido de giro de los torbellinos de los desagües) terminamos la sesión, con muy buen sabor de boca, la verdad.

Casi se me olvida, se obsequió a los asistentes con un juguetito científico, una peonza de Tippe (esa que se pone de pié de forma absolutamente antiintuitiva). El obsequio, la difusión, la página web y el apoyo hay que agradecérselos al Club de Amigos de la Ciencia.

Nos vemos en la próxima, el 11 de abril, a las 20:00 en IDpunto0 (Jarauta, 28, Pamplona) 

lunes, 18 de marzo de 2013

Velocidad del sonido "croudmeasured" (con la ayuda del público)

A lo largo de 2010 recopilé varias formas de medir la velocidad del sonido "de sobremesa" (resumen, un vídeo, la más sencilla). Supongo que de alguna manera es una colección. Por tanto no podía dejar pasar una nueva pieza para la misma. La encuentro en el blog de Carlos Chordá (@CarlosChNav.):


En un concierto multitudinario, en el Mall de Washington, la gente levanta las manos al ritmo de la música. Pero hay mucha mucha gente, y se extienden a lo largo de una longitud que el sonido tarda unos dos segundos en atravesar. Eso hace que el movimiento colectivo de levantar las manos reproduzca la onda del sonido. Aquí no es que se mida la velocidad del sonido, es que se ve como se desplaza. ¡Fantástico!

lunes, 4 de marzo de 2013

MOOCs made in Spain, ¿reeditamos el OCW?

La universidad vive la fiebre de los MOOC (masive opne online courses), de nuevo una iniciativa de las mejores universidades del mundo ha pillado a contrapié a todo el sector.

Hace una década, el MIT  comenzó a publicar de forma abierta los contenidos de sus asignaturas en el proyecto Open Courseware. En aquel momento todos pensábamos que la documentación preparada por nuestros profesores era un valor fundamental, y llevábamos un tiempo quitando de las páginas personales contenidos que, por su gran valor, mejor no regalar. Error sobre error, los profesores que cerraron (o descafeinaron) sus páginas personales perdieron una década en un camino de ida y vuelta, y el movimiento corporativo se vio ridiculizado cuando los mejores empezaron a regalar su contenido. Atraídos por la espectacularidad del movimiento se desató la fiebre de copiar el proyecto, nosotros también queremos OCW. Así se comenzó un proceso supuestamente libre y abierto, con una cantidad de restricciones legales, tecnológicas y organizativas verdaderamente pasmoso. No se si se habrá evaluado seriamente aquel esfuerzo: costes (tiempo de profesores y técnicos sobre todo) y beneficios (... no se me ocurre ninguno).

Lo pero del OCW es que es un escaparate de un producto inexistente. Las universidades españolas son un negocio de proximidad, atienden a los jóvenes locales. Tan es así que no hay procedimientos de admisión para oras personas (puede haberlos en algún caso, pero complicadísimos). Más grave aún es que no tenemos unos precios adecuados para esos hipotéticos estudiantes captados en el exterior. Si finalmente ingresan pagarán lo mismo que los locales, entre un 10 y un 20% del coste real. Así que cuantos más trajeamos más dinero perderíamos.

Los que han inventado los MOOC sabrán porqué los hacen: campañas de marketing de productos que si existen (no hay más que ver lo que cuesta un año allí), recopilación de datos de aprendizaje para diseñar mejores productos, etc. Pero copiar la caja, el formato, la campaña de marketing, sin saber para qué no parece muy inteligente. Sin embargo la presión de la moda es tan fuerte que casi nadie se puede sustraer, igual que pasó con el OCW, o con la asistencia a ferias internacionales de universidades.

No se porqué me ha venido a la cabeza un vídeo clásico:



La figura está tomada de aquí

domingo, 3 de marzo de 2013

La evolución del tuitero

Hoy he visto un tuit que me ha recordado a otros tiempos, tiempos en los que la gente contaba pequeñas cosas de su vida, cómo lo que les costaba levantarse de la cama o lo rica que estaba esa copita de después de cenar. La gente a la que sigues, claro; tuiter es tan variado como personas hay, como la calle; y de la misma forma que no toda la ciudad es mi barrio (no digamos ya el mundo), no todo tuiter es mi timeline.

Y es que entre la gente que sigo ese tipo de comentarios ya no están de moda, aunque si lo estaban hace tiempo. También había otras costumbres, como tuitear números redondos de tuits o de seguidores, como recomendar personas los viernes (los famosos #followfriday), o comentar de vez en cuando lo que hacías para comer, poesías de seis palabras y muchos experimentos más. 
Estas cosas ya no se hacen casi, y se echan de menos. Unos más abiertamente incluso teorizan sobre ello ("¿El ocaso socioafectivo de Twitter o una etapa personal de desencanto?"), otros de forma más íntima, pero yo creo que todos los viejos del lugar añoran detalles de los viejos tiempos.

Desde hace unas semanas Twitter permite recuperar todos los tuits de una cuenta (sólo para cuentas en inglés), la figura adjunta es la gráfica de todos los míos tal como los muestra la aplicación con que se consulta ese archivo histórico. Casi 4 años, algo más de 20.000 tuits (número por cierto que no tuiteé esta vez). El encuentro con esa base de datos permite darse cuenta de forma muy clara de esa evolución. Lees lo que escribías hace 3 años y casi te ruborizas. Pero esos comentarios personales son los que hicieron que trabaras amistad (¿tuitamistad?) con una serie de personas a las que ahora parece que no debes molestar con tus comentarios doméstico gastronómicos (o socioafectivos, como queramos llamarlos). También son esas interacciónes más afectivas las que diferencian tuiter de un canal de noticias en titulares (reddit, meneame o cosas así). Aquí son personas las que recomiendan lecturas y comentan noticias, por eso son recomendaciones mucho más potentes. Así, si cargamos las tintas en la vertiente "recomendadora" sobre la personal, se irá perdiendo el interés.

Como bien comenta @juanfratic, no está claro si es que tuiter como sociedad se aleja de lo socioafectivo o que uno personalmente entra en otra etapa. Porque en esos 4 años se pasa por diversas etapas, algunas, porqué no decirlo, de fascinación y auténtica adicción. Pasados los enamoramientos adolescentes (a pesar de ser talluditos los individuos de los que hablamos) parece que el uso de la herramienta se serena, y profesionaliza más. 

Probablemente las dos cosas son caras de la misma moneda. Individualmente, un conjunto de personas hemos entrado en una fase postadictiva, más serena, del uso de tuiter, y eso hace que la visión conjunta del colectivo resulte más acartonada, más seria y menos personal. Del mismo modo que con 29 años llegué recién casado a un barrio de nueva construcción y casi todos los vecino hacíamos las cosas en fase (cambiar de coche, tener un hijo, etc.), al barrio de tuiter llegamos un montón de vecinos en momentos vitales análogos y también vamos pasando etapas en fase.

A estas alturas la vida digital es parte consustancial de la vida (de los que nos hemos volcado en ella, al menos), y por si no estaba convencido de ello, en el MOOC que estoy haciendo sobre investigación científica 2.0 , me encuentro con el @miquelduran parafraseando a Ortega con "yo soy yo y mis circunstancias digitales". Y de mis cricunstancias digitales tuiter ha sido, con diferencia, la más satisfactoria e intensa. Espero que la natural evolución del barrio no termine por arruinarlo.


Actualización (17:30). Por los comentarios en G+ me entero de esta entrada de @soniadiez en la que pondera el valor de esas "pijadas", que es como llama a las pequeñas cosas intrascendentes de la vida cotidiana que se comparten en las redes sociales. Lo resumiría en la frase (suya) "puede ser una pijada o un ejercicio básico de comunicación, empatía y diálogo"... Tampoco es que pretenda yo sobrevalorarlas , pero me parecen necesarias en su justa medida.

miércoles, 27 de febrero de 2013

I Jornada Tecnología y Discapacidad Intelectual

El pasado viernes asistí a la I Jornada Tecnología y Discapacidad Intelectual organizada por la Fundación Síndrome Down de Madrid. Presentábamos una comunicación sobre el concepto de e-pokayoke y su aplicación en la disminución de los requerimientos cognitivos de puestos de trabajo (con tres ejemplos). Aquí el plural me incluye a mi y a los compañeros de Job Accommodation Ion Esandi y a Patxi Fabo, que es quien realmente presentó la comunicación. Desde que contábamos estas ideas por primera vez, hace 5 años, hemos aprendido mucho, se ha creado la empresa Job Accommodation como spin-off universitario, hemos formalizado la metodología de colaboración con las entidades sociales como Aprendizaje-Servicio, y se ha extendido el concepto original a unas cuantas aplicaciones variadas. 

Volviendo a la jornada, los grandes ámbitos en los que se presentaban aplicaciones tecnológicas son el de la educación, el empleo y el ocio, siendo la primera la dominante con mucho. Por otro lado, el nivel fue muy heterogéneo, desde pequeños trabajos de un profesor con 8 alumnos a complejos proyectos de investigación de años de desarrollo y millones de euros de inversión, pasando por presentaciones corporativas de empresa. Como siempre en los entornos relacionados con la discapacidad, el ambiente fue de entrañable camaradería.

Supongo que una jornada de este tipo es una gran oportunidad para educadores y terapeutas que están a diario con las personas con discapacidad y que pocas veces tienen tiempo y oportunidad de echar un vistazo  a lo que hacen otras personas con problemáticas similares a las suyas. Un vistazo impresionista, con pinceladas diversas, donde algunos presentan herramientas sofisticadas y otros aplicaciones sencillas pero efectivas, claramente a su alcance. 

Sin duda que este tipo de jornadas en las que se mezclan usuarios (familiares), atención directa e investigación son interesantes, pero echo de menos algún foro más específicamente centrado en el avance del conocimiento científico en estos asuntos. Hace años que le vengo oyendo a Miguel Angel Verdugo glosar su eslógan "con el mismo corazón pero con más cabeza".

Nuestra presentación:



miércoles, 20 de febrero de 2013

Luz que interacciona con unas canicas

Mapping Ignorance es el nombre de un blog, un proyecto de divulgación científica de nivel medio alto que ha puesto en marcha la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco. Es un blog que acoge contribuciones de múltiples autores, y desde hoy me he unido al grupo con la contribución How light interacts with a bunch of marbles, cuya idea principal es la siguiente:

Las ondas electromagnéticas son vibraciones del campo eléctrico (y magnético) en el espacio. Esas vibraciones se caracterizan por su longitud de onda (la distancia entre dos máximos consecutivos). Las ondas electromagnéticas con longitudes de metros son las que se utilizan en radiodifusión. Más pequeñas son las de la telefonía móvil o las microondas (de ahí su nombre). Las ondas electromagnéticas de las millonésimas de metro de longitud de onda son la luz visible. La interacción de la luz visible con objetos de tamaños parecidos al de su longitud de onda da lugar a fenómenos muy interesantes. Una forma de construir una estructura con características ópticas interesantes aprovechando esos fenómenos son las agrupaciones de esferas, como las canicas de la figura adjunta. En ese tipo de materiales la luz de algunos colores (longitudes de onda) atraviesa el material sin problemas, mientras que para otros es muy opaco. Este comportamiento resulta útil en diversas aplicaciones tecnológicas. Claro que para que esos materiales funcionen con la luz tienen que estar hechos de esferas de millonésimas de metro. Mucho más fácil es construirlas de canicas; eso sí, entonces los efectos se producen con ondas también mucho más grandes, las microondas. Eso es lo que se muestra en la figura, una construcción de canicas entre dos antenas de microondas conectada a un equipo que las emite y detecta. Las leyes físicas aplicables en ambas situaciones son idénticas, por lo que los resultados del modelo "inflado" son directamente extrapolables al caso óptico.

Con ese sistema experimental se han realizado diversas medidas que nos permiten comprender mejor las diversas formas en que interacciona la radiación con las esferas. Algunas de esas interacciones están demostrando ser capaces de aumentar localmente la intensidad luminosa (haciendo una especie de efecto lupa sofosticado) y con ello la eficiencia de células solares cuando se colocan en su superficie.

La misma historia con bastante más profundidad, en inglés, y referencias a los artículos técnicos originales en Mapping Ignorance. Le agradezco mucho a César Tomé la invitación a participar allí y a Juan Ignacio Pérez la inspiración del proyecto.

lunes, 18 de febrero de 2013

Algunos comentarios sobre la First Lego League

Ayer participé como parte del jurado en la edición Navarra de la First Lego League (First no viene de "primera" sino de las iniciales que dan nombre a una asociación). Para quien no lo conozca, se trata de una competición en la que equipos de jóvenes tienen que construir un robot que haga unas pruebas predeterminadas. Además han de desarrollar un proyecto científico y mostrar cómo lo han hecho (para que se puedan juzgar algunos temas de valores). Existe desde hace muchos años, y la competición se extiende a nivel mundial. Reflexionar sobre una iniciativa tan compleja, antigua y extendida seguro que da para una tesis doctoral. Yo me voy a limitar a un par de apuntes que me han llamado la atención.

1.- Educación no formal. Al hilo del proyecto que se plantean los chicos, aprenden una barbaridad.

2.- La fuerza educativa del proyecto. Con un planteamiento mínimo de reglas, y la intención de hacer un buen papel en la competición, la motivación se hace tremenda. Y de ahí el trabajo, la estructuración del equipo y el aprendizaje se dan de manera casi automática

3.- Cooperar frente a competir. Este dilema central del comportamiento humano aparece reflejado en la FLL por todas partes. De hecho este año había una prueba que implementaba en la competición una curiosa  versión del clásico dilema del prisionero. Observo que los chicos tienden a colaborar, y cuanto menor edad más claramente. En cambio muchos de los adultos de alrededor (entrenadores, patrocinadores, familias) marcan más el aspecto competitivo (tampoco todos, por supuesto).

4.- Desigualdad en la línea de salida. Había equipos de chicos pequeños, y otros de mayores (en el límite de la edad permitida). Había equipos modestos y con poca dirección y otros fuertemente patrocinados y con asesores casi profesionales (o sin casi). Estas desigualdades llegan incluso a resultar intolerables para algunas personas, que critican el torneo por ello. Comparto la preocupación. Se contraargumenta comparando, por ejemplo, con la liga de fútbol, donde también las diferencias de financiación son abismales. De hecho el Madrid y el Barça juegan una liga distinta a los demás. Podríamos aceptar la comparación, pero solo en parte. Aquí se trata de niños y de una actividad eminentemente formativa, no como el fútbol, que es un espectáculo profesional. Mi conclusión es que participar desde la desigualdad, sabiéndolo e incorporándolo al proceso formativo (con ayuda de los entrenadores, por supuesto) es un valor extra. 

5.- Perfiles de los equipos:
- "Superprofesionales": Entrenados con esmero, con la creatividad de los competidores muy mediatizada por el personal de soporte, pero muy efectivos en los resultados
- "Publicitarios": Entrenados desde un centro escolar que pretende mostrar a través de la actuación de los chicos lo estupendo de su actividad.
- "De servicio social": Animados por un profesor, un grupo de chicos que se ve desde el principio que estarán lejos de ganar, encuentran una actividad con la que divertirse y salir de otras rutinas diarias mucho menos enriquecedoras. Para ellos la competición es casi lo de menos, como cuando en la copa le toca el Barça a un equipo de tercera, que van para fotografiarse con Messi.
- "Normales": Chicos interesados por si mismos, con ayuda de padres o profesores pero sin entrometerse demasiado. Lo que uno pensaría que debería ocurrir en todos los equipos, pero luego resulta que no es tan común.

Todas las peculiaridades que pueden arrojar sombras son una oportunidad para interesantes reflexiones. En resumen, una iniciativa excelente.

Es muy de agradecer el esfuerzo todas las personas e instituciones que la apoyan y hacen posible. Pepe y Machús, por ejemplo que son el rostro visible que nos contacta y acompaña a los voluntarios de los jurados científicos y técnicos.

viernes, 15 de febrero de 2013

Copiar en exámenes y demostrar competencias

Nos contaban el otro día de un grupo de estudiantes que, ante una tarea planteada, se han organizado, han preparado con antelación documentación pertinente, han planteado el trabajo en equipo, han utilizado tecnología y la han resuelto con éxito. Lástima que la tarea fuera un examen y todas las deseables habilidades puestas en juego para resolverlo estuvieran expresamente prohibidas para la ocasión.

Con el final del semestre de primavera en nuestra universidad, se han conocido una cantidad inusitada de estudiantes que han copiado en sus exámenes, y anda muy revuelto el personal. Y es que no somos tontos y nos nos consuela el mal de muchos (una mitad de estudiantes de Harvard u 80.000 estudiantes británicos).

Parece que si nos damos unas reglas, es para cumplirlas, y quien se las salte merece un reproche moral (y probablemente algo más), no cabe duda. Pero no se puede terminar ahí el análisis de la cuestión.

Es interesante ver que hay quien reclama que copiar es de listos, lo que es de tontos es dejar que te pillen. Por cierto, ese llamamiento no lo encuentro en herederos del Lazarillo de Tormes, sino en ESTE artículo de una revista estadounidense que se proclama portavoz de la generación Y. La percepción de las normas no como colectivas, sino como impuestas, especialmente en esa juventud aún adolescente, produce ese rechazo  que lleva a circunvenirlas casi por deporte. A la vista de esto me pregunto si los estudiantes que han copiado habían recibido explicaciones sobre el porqué del examen y sus normas, si se había hecho un esfuerzo de comunicación para que se sintieran más incluidos en la normativa a la que se verían sujetos.

Otra interesante observación es la escalada tecnológica que experimentan los procedimientos de engaño en los exámenes (ver, por ejemplo), y como la lucha contra ellos requeriría también de la incorporación de medios sofisticados con los que contraatacar, desde inhibidores de señal de móvil hasta cámaras con detección automática de gestos extraños (como parece ser que ya se usan en algunos aeropuertos).

Pero a mi me parece que la deshonestidad en los exámenes es como el dedo que apunta a la luna, y que todo lo anterior son detalles del dedo, y que estamos olvidando el asunto esencial. Mejor ocuparse de la enfermedad que empeñarse en minimizar un síntoma. ¿Cual es la luna... o la enfermedad (que se pone uno metafórico y se pierde)? Los exámenes centrados en la memoria y el trabajo individual son disfuncionales, enormemente disfuncionales. El párrafo del principio y la viñeta que acompaña el texto no son chistes, en mi opinión son buenos diagnósticos de la situación. ¿Qué es lo que queremos evaluar en los estudiantes? Idealmente su capacidad de resolver problemas reales en un entorno real basándose en los conocimientos de que se trate. Si ese es el objetivo, un examen individual y memorístico no cumple la función, sorprendentemente, copiar en el examen la cumpliría mejor.

Si, si, ya se que los que estamos ahora poniendo exámenes los sufrimos en su momento, y gracias a ellos somos los excelentes profesionales que somos (¿de verdad "gracias a ellos"? ¿De verdad nunca copiamos nosotros?) y nos sentimos seguros reproduciendo lo que vitalmente aprendimos, mucho más que lo que podamos racionalizar a posteriori. Pero igual podíamos sobreponer nuestra profesionalidad a esos sentimientos.

En resumen, creo que hay que proceder a irse olvidando del examen tradicional como base de la evaluación de los estudiantes y tender a pruebas que demuestren la adquisición competencias significativas. Resolver un problema académico solo (con o sin libros) y en un tiempo corto no es una simulación realista de nada que ocurra en entornos profesionales, es una competencia, pero no es significativa. Cómo concretar esa idea en cada asignatura requiere su estudio de detalle. Pero propongo avanzar en esa dirección.

Y por supuesto, sin perjuicio de que los que se han pasado de listos en el sistema que les ha tocado vivir, sufran las justas consecuencias de sus actos.

La viñeta la he tomado de aquí

ACTUALIZACIÓN 19 de septiembre de 2013. La cosa acabó con un compromiso de no copiar que han de firmar los estudiantes de la UPNA a la que se matriculan. Ese compromiso aparece en el inicio del artículo que publica hoy El País sobre el tema de copiar en los exámenes.