jueves, 29 de noviembre de 2012

Universidad y discapacidad, el congreso

La semana pasada asistí al I Congreso Internacional Universidad y Discapacidad. Magníficamente organizado desde la Fundación ONCE, contaba con el apoyo de otras dos fundaciones: Vodafone y Universia.

La intersección entre universidad y discapacidad tiene varios frentes. Es curioso que como logo se use esa idea de intersección con diagramas de Venn. Yo diría que el grueso de la actividad del congreso se puede clasificar en tres grandes temas:

1.- La atención a los estudiantes universitarios con discapacidad (y otros miembros de la comunidad universitaria en menor medida). Censos y análisis estadísticos, la transición desde la secundaria a la universidad, las adaptaciones físicas de los espacios universitarios, las adaptaciones académicas (y la evaluación de su justa medida), la involucración (o no) del profesorado, la movilidad internacional, etc.

2.- Las actividades formativas sobre accesibilidad, diseño universal. Másteres oficiales y propios, asignaturas, etc.

3.- El papel de la universidad como formadora de futuros profesionales sensibles a la diversidad funcional: la necesidad de incluir alguna formación sobre estos temas en todas las titulaciones, especialmente en las más directamente relacionadas con la ellos (arquitectura e ingenierías).

Como resumen extremo de las conclusiones, diría que en las dos primeras, aunque queda mucho por hacer, la velocidad de avance de los últimos 10 años es considerable (a ver si no se detiene o incluso retrocede con la crisis). En el caso del tercer punto, no ha habido tan avance, la renovación de todos los planes de estudio derivada del proceso de Bolonia ha eludido sistemáticamente el cumplimiento de la legislación en cuanto a la inclusión de la formación en accesibilidad y diseño universal. Ese incumplimiento ha sido validado por la ANECA. Parece, sin embargo, que a la hora de renovar las certificaciones de las titulaciones la ANECA va ha hacer más hincapié en ese cumplimiento, al menos en las titulaciones que se consideran más directamente relacionadas con el tema. Veremos.

El congreso ha estado bien organizado, nos han hecho agradable la vida a los congresistas, y la accesibilidad ha estado muy cuidada en todo el congreso (no sólo en sesiones plenarias o protocolarias como a veces ocurre). Como en todos los congresos, lo mejor fue interaccionar con los colegas (lo que ahora se llama "networking" y parece más serio).

En la página web del congreso se recoge toda la información, incluidas filmaciones de las sesiones. Por cierto, mi tarticipación está en ESTE vídeo, entre el minuto 43 y el 50.

martes, 27 de noviembre de 2012

¿Gráficas como depósitos de agua?

Hace unos días veía esta gráfica en un congreso. De hacho es una fotografía de la proyección, por eso es tan mala la calidad, pero no me resisto a comentarla. Para centrarse en la visualización y no en el contenido, no citaré de dónde procede ni a qué correspondían realmente las categorías A y B.

Vemos una visualización de datos numéricos, una gráfica, en la que se dan dos datos y, aparentemente se pretende ponderar su auténtico valor con la visualización. Los números, que son porcentajes, están expresamente incluidos (¡bien!) y son 50,4% y 51,5%

La metáfora gráfica escogida es la de un depósito de agua. Un depósito con forma de elipsoide de revolución  que está mediolleno. Es de suponer que el nivel de llenado es la variable que se correlaciona con el número a representar, pero ¿cómo se hace esa correlación? Pues no lo sabemos, y además hay varias formas de hacerlo. Podríamos hacer que la altura de líquido fuera proporcional a la magnitud, o que el volumen de líquido fuera lo que es proporcional a la magnitud. Ambas cosas serían equivalentes en un depósito cilíndrico (visto de lado, preferentemente), pero no en uno esférico o elipsoidal. Para terminar de estropearlo, los estudios psicológicos demuestran que la magnitud cuya percepción más se parece a la cantidad real es el área. Vamos, que la metáfora del tanque lleno de líquido sería adecuada con tanques de paredes rectas, y cuanto más lateral la perspectiva mejor... Lo que no es el caso en la figura que nos ocupa.

Una visualización de datos debe ser fidedigna con los datos, es decir, debe transmitir una percepción acorde con ellos y, además, permitir la recuperación de los datos originales con operaciones sencillas. Los depósitos esféroidales no cumplen, aunque sean más bonitos que las clásicas barras, no funcionan.

Por cierto, es probable que no me hubiera fijado en todo esto si, al menos, la representación hubiera sido correcta, pero ¿de verdad el tanque de la derecha representa un 51,5%? He imprimido la figura y he estado un rato con la regla y la calculadora para obtener los siguientes datos:
- La altura de llenado es el 72% de la altura total
- El área azul es el 78% de la correspondiente al tanque lleno
- El volumen ocupado es el 84 % del total

Las mismas cuentas con el tanque de la izquierda me dan para las tres magnitudes cerca del 54%, lo que podría ser correcto dados los errores de medida y de cálculo, pero el de la derecha, se mire como se mire, sobreestima considerablemente el valor nominal del 51,5% que se da.

Como me decían por tuiter, "la estética por encima de la información, cuánto daño ha hecho la (mala) infografía"

martes, 20 de noviembre de 2012

Tesis en tres minutos

La Universidad Pública de Navarra ha organizado este año la primera edición del concurso "Tesis en Tres Minutos", adhiriéndose a una iniciativa que surgió inicialmente en la Universidad de Queensland (Australia). La idea consiste en que los estudiantes que han defendido recientemente sus proyectos final de carrera, final de máster o tesis doctorales, las expongan para todos los públicos en un tiempo muy corto. Normalmente son temas muy especializados, a los que el estudiante ha dedicado muchas muchas horas, así que es especialmente valioso el esfuerzo de divulgación y de síntesis a que obliga el formato del concurso.

En la conformación del jurado tuvieron la deferencia de contar conmigo, así que pude disfrutar de primera mano de una de las eliminatorias y de la final. Me gustaron mucho todas las intervenciones. De hecho elegir un ganador en la final de tesis resultó complicadísimo. Da gusto, estas son las cosas que hacen que te reconcilies con el mundo en general y la universidad en particular.

A continuación incluyo los vídeos (gracias a UPNA-TV por la tarea) de los ganadores en las tres categorías (proyectos final de carrera, trabajos fin de máster y tesis doctorales) y enlaces a reseñas de prensa del evento.

Proyecto Final de Carrera: Jorge Piedrafita (ver en otra ventana)

Trabajo Fin de Máster: Nerea Flores (ver en otra ventana)

Tesis Doctoral: Gabriel Davidov:


RNE-1, europapress.es, lavanguardia.com, noticiasterra.es, noticias.lainformacion.com, eleconomista.es,    

viernes, 16 de noviembre de 2012

Ayuda exterior



El proceso de desmantelamiento del procomún continúa inexorable. Hoy le toca al museo de la ciencia de Navarra. Si, ya se que técnicamente no es un museo, pero si tuviera ese nombre sería más difícil desentenderse de la necesidad de tal institución, como de hecho ocurre con otros museos (aunque mejor no dar ideas). La desaparición de la inversión pública en ciencia obliga a cada agente a buscarse la vida. Algunos se lanzan al crowdfounding, pedir poco dinero a muchas personas... lo que antes se llamaba limosna, vamos. Otros buscan patrocinios entre las entidades que tienen para dar poco dinero y menos interés. Esa búsqueda de ayuda exterior, un poco más lejos de dónde la encontrábamos habitualmente, va a haber que llevarla a los confines de la galaxia, y quien mejor que un planetario para conseguir tal proeza. Lástima que esa ciencia sea ciencia ficción y solo ocurra en las viñetas del genial Oroz.

Detalles sobre el devastador alcance del recorte (93% de lo presupuestado), por ejemplo AQUÍ

La viñeta la publica el Diario de Navarra de hoy

jueves, 15 de noviembre de 2012

Con la educación no se juega

Mientras escribo estas líneas, unos trabajadores están frotando las paredes de esta institución educativa pública para limpiar las pintadas que ayer se pusieron en defensa... de la educación pública (entre otras cosas).

La pintada que recoge la foto es un paradigma del anacronismo de los medios de lucha social que permanecen vigentes. ¿De verdad ensuciar las paredes de la universidad pública es una "respuesta" a los ataques a la universidad pública?

Creo que era una canción de Keith Richards donde decía: "an inch is better than a mile, in the right direction" (una pulgada es mejor que una milla en la dirección correcta). Vale que no hacer nada no solucionará nada, pero hay acciones que no solo no ayudan, sino que nos llevan en dirección contraria.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Desgobierno universitario por responsabilidad homeopática

Supongamos una universidad muy seria, llena de grandes científicos bien repartidos entre todos los órganos de gobierno. Como ningún grupo humano es homogéneo, aparece un profesor convencido de algo acientífico (como la efectividad curativa de la homeopatía más allá del efecto placebo o la calidad y profundidad del mensaje de Emilio Duró). Siguiendo con las hipótesis, el profesor díscolo propone una actividad universitaria relacionada con su creencia. En los pasillos y en la cafetería todos comentan sobre lo absurdo de la propuesta y lo indignante de que "nuestra institución" avale semejantes paparruchas. Un observador externo pensaría que dicha actividad nunca llegaría a ponerse en marcha. Nada más lejos de la realidad.

Se convoca una reunión del área de conocimiento del profesor atípico, hay 15 personas en la reunión (por ejemplo), y ninguno se anima a enfrentarse directamente con el proponente. Pero si es un compañero nuestro, además hace unos años hizo unas investigaciones muy interesantes, cómo le vamos a hacer pasar el mal trago, bueno y al que hable en contra también, generar mal ambiente en el área no es buena política, etc. etc. Con la tranquilidad que da pensar que hay muchísimas aprobaciones que quedan por delante, el área de conocimiento aprueba la actividad por asentimiento, sin siquiera votar.

A las dos semanas hay Consejo de Departamento. En el orden del día viene la aprobación de la "indignante" propuesta anticientífica. A la hora de presentarla, el Director recuerda que viene con el aval unánime del área de conocimiento. Nadie abre la boca y queda aprobada por unanimidad del Departamento. A la salida algunos comentan sobre la barbaridad que acaban de aprobar, y se comisiona a un lanzado para que llame a un Vicerrector y le insista en que tiene que parar una iniciativa que ellos mismos acaban de aprobar.

A los pocos días la Comisión de Títulos Propios (pongamos por caso, dependerá de la actividad de que se trate) da el visto bueno a una propuesta que viene con el apoyo unánime del Departamento. Unas semanas más tarde el Consejo de Gobierno, con el voto a favor del Rector y casi todos los Vicerrectores aprueba la infumable iniciativa. Hubo un Vicerrector (el que recibió la llamada) que insistió en votar en contra y casi ocasiona un incidente diplomático con el Director del Departamento implicado que, lógicamente, defiende los acuerdos tomados por el Consejo al que representa.

Aunque pueda parecer exagerado, esa viene a ser la forma en que se toman muchísimas decisiones importantes en la universidad, diluyendo la responsabilidad de un órgano en el siguiente y de ese en el siguiente y así hasta que en la decisión final no queda un átomo de sensatez. Exactamente igual que en el preparado homeopático no queda traza de la sustancia original tras las sucesivas diluciones. Y en este caso también creemos que cuantos más órganos de gobierno, controles y normas (más diluciones al fin y al cabo), más potente y efectivo es el resultado final (más democrático, representativo y consensualdo).

La figura la he cogido de aquí

domingo, 4 de noviembre de 2012

Pedagogía y práctica educativa

Pululando por la red me encuentro con resumen de diferencias entre colaborar y cooperar en lo relativo al aprendizaje. Basta echarle un vistazo para darse cuenta de que el autor es mucho más a favor de colaborar que de cooperar.


Me he puesto a pensar que es lo que hacen mis estudiantes cuando trabajan en grupos en las prácticas y no he sabido asignarlos a una u otra palabra, porque en algunas de las categorías caen en lo colaborativo y en otras en lo cooperativo (quizá en algunas hasta en terceras opciones).

Antes de lanzarme directamente a opinar (y decir alguna barbaridad infundada) busco documentación con la que profundizar (1) y descubro que:  unos autores utilizan los términos colaborativo y cooperativo de manera intercambiable , en el sentido de estudiantes que trabajan de forma independiente en una tarea de aprendizaje común. Otros, sin embargo, hacen hincapié en una clara distinción epistemológica (Bruffee, 1995). Los partidarios de la distinción entre ambos señalan que el aprendizaje cooperativo difiere del colaborativo en que, en el primero, la utilización de grupos apoya un sistema de enseñanza que mantiene las líneas tradicionales del saber y la autoridad en el aula (Flannery, 1994). Para otros autores, el aprendizaje cooperativo no es más que una subcategotría del colaborativo (Cuseo, 1992). Hay aún otros que sostienen que "el enfoque más razonable" consiste en contemplar el aprendizaje colaborativo y el cooperativo situados en un continuo que va de lo más estructurado (cooperativo) a lo menos estructurado (colaborativo) (Mills y Cottell, 1998). Como quienes insisten en una drástica distinción entre el aprendizaje cooperativo y el colaborativo lo hacen por razones epistemológicas, quizá sea conveniente clarificar la naturaleza del argumento.

Vale, no sigo leyendo. Está claro que esos términos que en el lenguaje común son sinónimos, en el desarrollo disciplinar de la pedagogía, tienen significados muy diferentes. Está claro también que esa discusión nominalista, como todas las discusiones nominalistas bien llevadas, puede arrojar luz sobre lo que se está analizando y sus características más relevantes. Pero si algo me queda meridianamente claro es que profundizando por esos derroteros no voy a mejorar las prácticas de mis estudiantes... al menos en un tiempo razonable (quizá si me leo con calma las 235 páginas del libro si).

No se si quedarme con la idea de que soy el típico profesor "practicón" que desprecia la ciencia que sustenta su actividad (la pedagogía), o si realmente la pedagogía le aporta poco a la práctica de la profesión (más allá de un marco de reflexión). Cuando vi el afamado documental "la educación prohibida" una de las cosas que más me llamó la atención fue la llamada a la anarquía metodológica: no hay pedagogía, no hay que intervenir, la metáfora del bosque (que no necesita nada para crecer y florecer). Lo sorprendente no es que alguien haga un documental sosteniendo esas ideas, sino que tenga una acogida tan entusiasta por parte de tantos profesionales de la educación... A los "teóricos" no les gustó tanto, claro; y para muestra la crítica que publicó Mariano Fernández Enguita en El Pais (estupenda, por cierto).

En realidad si que tengo la sensación de que la pedagogía le falta "un hervor" para constituirse en guía inequívoca y científicamente fundada de la práctica de la actividad que estudia (2). Probablemente sea esa la causa de que tantas veces se manifiesten conflictos entre teóricos y prácticos. También debe ser la causa de que, en educación, proliferen tantos gurus que ensombrecen el enfoque genuinamente científico.

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Notas:

(1) "Técnicas de aprendizaje colaborativo" E. F. Barkley, K. P. Cross y C. H. Major, Ediciones Morata, Madrid 2006. El párrafo está copiado textualmente de la página 18. Las citas ahí contenidas no las he consultado.

(2) Aunque desde que sé que juzgar disciplina enteras es un clásico defecto de fábrica de los físicos (véase aquí) me cuesta más reconocerlo, la verdad. 

viernes, 26 de octubre de 2012

Sobre padres y profesores

Tras 19 años tratando con profesores de primaria, y esforzarme lo indecible por respaldares siempre (no como los de 2009 en el chiste adjunto), mi crisis de fe se desborda ya por las esquinas.

Este año además de las recomendaciones de entorno sobre la tarea de mi hijo (un espacio adecuado bien iluminado, etc.) nos han enviado directrices pedagógicas: un folio sobre cómo ayudarle a resolver los problemas de matemáticas (como leer el enunciado, ordenar los datos, etc.). Supongo que así podemos cerrar un círculo en el que los padres delegan en los profesores la formación de sus hijos y estos les devuelven el encargo convirtiéndoles en profesores auxiliares de matemáticas. Nos hemos vuelto todos locos.

Respecto de las tareas, a mi me parece que deberían no existir, al menos hasta muy mayorcitos. Y cuando existan, deberían tener como objetivo la adquisición de hábitos de trabajo independiente. El apoyo de los padres, más allá de recordarles que hay que hacerla y facilitarles las condiciones, es contraproducente para ese objetivo. Eso por no comentar la profundización en la desigualdad entre escolares de distintas familias (las que tengan padres más versados y las que menos). Y a mi que me gustaba el papel de ecualización social de la escuela...

En el fondo esas instrucciones han sido una gota que ha colmado un vaso que se llenaba ya a chorros, como los siguientes dos: 

(1) Cuando la huelga es "suya" bien que se pidió el apoyo de las familias, pero cuando la huelga la convocan las familias se sienten ofendidos (no detallaré concreciones de esa ofensa para evitar anécdotas hirientes, pero haberlas haylas)

(2) La atención a la diversidad de un niño que sabe mucho más inglés que sus compañeros (por razones casuales, pero de una evidencia arrolladora) es... ninguna. Si acaso aumentar la cantidad de ejercicios que tiene que hacer; o sea que si los ejercicios te aburren porque te resultan muy fáciles el premio es hacer muchos más, aburrirte más. La "justificación pedagógica" de esta desatención a la diversidad es que, como no lo sabe todo (inglés no es perfecto) siempre podrá mejorar algo con los ejercicio que ya están planteados.

Uno de los hechos que más me cuesta respetar es el de profesores y profesoras de la escuela pública que, como padres, mandan a sus hijos a las privadas (concertadas o no es indiferente aquí). Es decir que lo que quieren para ellos como trabajadores no es lo que quieren como clientes. Como trabajadores queremos una responsabilidad en el trabajo muy limitada, con descansos en la actividad que lo sean al 100% (en recreos, comedores, pasillos o guardias no somos "docentes", estamos en servicios mínimos de vigilancia). En cambio como clientes queremos que nuestro hijo esté profesionalmente atendido el 100% de su tiempo, incluyendo pasillos, patios y comedores. Como trabajadores queremos conciliar nuestra vida laboral y familiar con una comprimida jornada de mañana, como clientes queremos una escuela que nos ayude a conciliar con horario extenso... No sigo, la idea está clara. Es perfectamente legítimo querer lo mejor como trabajador y como padre... pero a mi no me entra en la cabeza que puedan ser dos cosas distintas. 

Es una verdadera lástima acabar con una sensación tan mala de un colectivo que está formado por personas maravillosas en su inmensa mayoría. No se como hemos conseguido ese (anti)milagro que el colectivo sea mucho peor que los miembros que lo componen...

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Actualización (27 oct 2012, 19:30). Veo que han puesto el artículo en Menéame (aquí). Hay algunos comentarios interesantes, aunque es un entorno que no me gusta mucho y en el que no voy a participar

viernes, 12 de octubre de 2012

Aprendizajes en laboratorios de 5º de carrera

Llevo semana y media en el laboratorio con un grupo de 25 estudiantes de 5º de Ingeniería Industrial (una de esas carreras a punto de desaparecer comida por la "peculiar" reforma boloñesa). Hacemos prácticas de instrumentación industrial. Me está sorprendiendo su falta de iniciativa real. Son capaces de hacer las cosas complicadas que les pidas que hagan, pero no son capaces de imaginar cosas sencillas por su cuenta. Parece que la formación que han recibido en los 4 años anteriores les convierte en habilidosos laborantes, pero en absoluto en ingenieros (ni científicos ni nada parecido).

Seguramente este año me estoy sensibilizado con este problema debido a la toma mi conciencia sobre la importancia de que sea uno mismo el que defina como resolver un problema. No es una reflexión original, sino la incorporación al caso de lo que cuenta Dan Meyer. Pongo a continuación un vídeo suyo corto (4:15 m), hay más cosas suyas en la red (por ejemplo esta excelente charla en TED, su blog merece también un vistazo cuando menos)


Este año he cogido los guiones de las 4 prácticas que llevamos años haciendo y las he reescrito. Se han convertido en "experimentos", en los que disponen de un material y tienen que resolver una cuestión: calibrar un sensor, caracterizar una perturbación térmica, caracterizar una respuesta dinámica, etc.. Les he eliminado la explicación de las medidas que han de tomar (menos aún cuántas), las preguntas que teníamos en los textos para guiar el razonamiento, y toda la información superflua. Tras tomar conciencia de esta aproximación, me parece que esa información (la eliminada) es una guía infantil. Meyer tiene toda la razón, la realidad no tiene este tipo de pistas.

De momento tengo a los estudiantes cabreados, perdidos y preguntándome cosas que no les respondo ¡¡¡¿qué es exactamente lo que tenemos que hacer?!!!

Faltan varias semanas para saber como termina el asunto. En todo caso, el desarrollo de la experiencia me demuestra que lo estaba haciendo mal en años anteriores (y es un mal generalizado en mi Escuela, y probablemente en muchas otras). Le podemos llamar "competencia de resolución de problemas" en la jerigonza actual, o simplemente madurar, pero les hacemos un flaco favor a los estudiantes dirigiéndoles demasiado las tareas de laboratorio. Creo que es mejor que vean menos cosas y que resuelvan más.

Seguiremos informando.

PS. Por cierto, lo muchísimo que queda por aprender en esto de la enseñanza tras 25 años de profesión, y lo poco que se nota por ahí en "el colectivo"

viernes, 5 de octubre de 2012

Tarjetas universitarias patrocinadas

La UPNA es una de las muchas universidades que tiene el carné universitario patrocinado por el banco Santander. Una tarjeta multifunción que, entre otras muchas cosas, es lo que utilizan los miembros del PAS para fichar. Alguien se ha dado cuenta de que el control de su tiempo de trabajo se efectúa mediante un objeto con publicidad de un banco y le ha parecido, cuando menos, antiestético, incluso "inmoral". Y se ha iniciado una campaña interna para evitar esta situación. Dados los tiempos que corren es una reivindicación más que comprensible, pero es síntoma de un problema mucho más grave.

Formando yo parte del equipo rectoral se instauró el primer carné universitario patrocinado, sería el año 2001 o así. Firmamos un convenio con la Caja de Ahorros de Navarra que le supuso a la universidad mucho dinero de libre disposición, un patrocinio de esos que a toda institución le encanta tener. ("Mucho" es más de un millón de euros anuales). El carné que se instauró no incorporaba funcionalidades financieras, solo la imagen de la Caja. En aquel tiempo más del 90% de los universitarios eran clientes de esa entidad bancaria, por lo que no era necesario captar clientes, sino más bien evidenciar el retorno social de una institución tan arraigada en la comunidad. Apenas hubo entonces sensación de que la universidad se vendía al capital, más bien de que la institución universitaria se hacía mayor y se integraba en pie de igualdad con otras instituciones de la sociedad a la que sirve, estableciendo alianzas de interés mutuo.

La sociedad se ha transformado mucho en estos 10 años, y muy especialmente el sector bancario. Ya no existe la Caja de Ahorros de Navarra. Tras un intento (un tanto megalómano) de extenderse fuera de Navarra, y contagiada de la mala práctica del sector de subestimar el riesgo inmobiliario dando más créditos de lo razonable, se hundió. Los pedazos hoy forman parte de una caja catalana. En este camino hacia su desaparición se deshizo del socio que era la universidad de su territorio, y el hueco lo ocupó rápidamente el Santander. Este banco ha tenido siempre una vocación de patrocinio del mundo universitario de habla hispana verdaderamente notable. Ignoro si las razones últimas hay que buscarlas en la psicología de su presidente, en una estrategia de marketing a largo plazo finamente diseñada o en algún otro lugar, pero tampoco importa. Ese patrocinio ha sido siempre muy respetuoso con los ritmos y hasta con las manías de las universidades. Han pedido muy poco a cambio del dinero invertido, casi lo único ha sido tener presencia corporativa: el logo en la tarjeta y poder ser uno más de los servicios que se prestan en los campus (i.e. disponer de una oficina). Pero justo eso es lo que molesta ahora a algunos, probablemente muchos, que haya que convivir con una presencia corporativa que se percibe como responsable principal de la catastrófica situación económica en la que nos vemos sumidos. No el Santander en exclusiva, claro, pero para muestra un botón.

Lo más terrible de esta historieta no es el logo en el carné o el monto del patrocinio, que es una gota en el mar de los recortes y angustias por las que pasa el presupuesto universitario, sino el cambio social que evidencia. En una sociedad estable y próspera luchamos por conseguir que la universidad fuera una institución integrada, una más, un entorno confiable para todos. Se entró en las redes de las "fiestas institucionales" (apertura de año judicial, del curso académico, despedidas de arzobispos, bienvenidas de capitanes generales, etc. etc.), se establecieron contactos con empresas de diversos sectores para formalizar acuerdos de largo plazo (cátedras patrocinadas, etc.), con instituciones (el parlamento, el defensor del pueblo, etc.). La sociedad ha dejado de ser tan próspera y estable, y el encaje institucional de la universidad en ella está en entredicho. Ya no vemos a las autoridades que vienen a la apertura del curso como los representantes electos de la sociedad a la que servimos y de la que formamos parte. Ya no vemos a las empresas del entorno como otros agentes del desarrollo local (como nosotros mismos somos), al menos a todas, hay sectores enteros "proscritos" como el bancario. Ese cambio social y las percepciones que genera en la comunidad universitaria nos vuelve a poner al margen. La universidad va cambiando su papel de un agente social más luchando por el desarrollo, a un agente crítico, un entorno incómodo que manifiesta el desagrado con la sociedad.... a la que se supone que sirve. Y no es que falten razones para este cambio de papel, ni que esa función crítica no sea una seña de identidad histórica de la institución universitaria. Es que resulta muy triste asistir a todas las involuciones que están ocurriendo al hilo de la crisis económica, y entre ellas, la función social de la universidad.