Hace unos días comentábamos la aparición del informe de la fundación CYD. Tantos datos numéricos compilados para muchas universidades dan mucho juego periodístico. Cada Universidad, Comunidad Autónoma o periódico, puede airear la clasificación que mejor le convenga. A nosotros nos ha tocado el número uno en gasto corriente por estudiante. Un titular así deja claro lo bien que nos trata nuestro gobierno, y lo atinado del recorte presupuestario que se produjo en los presupuestos de este año (¡y aún querían más!).
Ha estado muy bien el Rector recordando que el reducido tamaño (somos la segunda universidad pública más pequeña, tras La Rioja) supone un sobrecoste, y que el gasto por alumno disminuiría aumentando el número de titulaciones. Estupendo guiño al reciente asunto de medicina (entre otros posibles). Se podría haber insistido más en la hemorragia económica que supone el cumplimiento de la ley foral, aprobada por unanimidad, que nos exige la implantación de estudios presenciales en Tudela.
Me contaban hace unos años sobre el milagro agrícola que estaba consiguiendo Isrrael, que con sus cultivos hidropónicos sacba el máximo rendimiento de la poca agua disponible, y conseguía significativas cosechas en el desierto, eso sí, a un coste importante. No puedo evitar el simil: en nuestro desierto intelectual, está siendo necesaria una fuerte inversión para aprovechar gota a gota el no muy abundante talento existente. Con un poco de suerte las valiosas cosechas de egresados se apreciarán en próximas generaciones.
Ha estado muy bien el Rector recordando que el reducido tamaño (somos la segunda universidad pública más pequeña, tras La Rioja) supone un sobrecoste, y que el gasto por alumno disminuiría aumentando el número de titulaciones. Estupendo guiño al reciente asunto de medicina (entre otros posibles). Se podría haber insistido más en la hemorragia económica que supone el cumplimiento de la ley foral, aprobada por unanimidad, que nos exige la implantación de estudios presenciales en Tudela.
Me contaban hace unos años sobre el milagro agrícola que estaba consiguiendo Isrrael, que con sus cultivos hidropónicos sacba el máximo rendimiento de la poca agua disponible, y conseguía significativas cosechas en el desierto, eso sí, a un coste importante. No puedo evitar el simil: en nuestro desierto intelectual, está siendo necesaria una fuerte inversión para aprovechar gota a gota el no muy abundante talento existente. Con un poco de suerte las valiosas cosechas de egresados se apreciarán en próximas generaciones.
3 comentarios:
Hace unos años pedía consejo a un amigo, profesor de Contabilidad de Costes sobre cómo diseñar una contabilidad analítica útil para una empresa un poco particular.
Llevábamos un rato hablando y me vió obsesionado por calcular todo tipo de parámetros unitarios "coste por Kg", "margen por kg", etc. En resumen, me veía obsesionado por hacer divisiones e imputar todo tipo de gastos. Me preguntó "¿esas divisiones te aportan información o te están ocultando algo?". Tiré la toalla y me dí cuenta de que efectivamente, aunque aparentemente sea más fácil de comprender por parte del profano, la información excesivamente "trabajada" oculta muchas cosas que presentando los datos de forma más cruda queda en relieve.
El gasto por estudiante es una soberana tontería. Es ridículo comparar el gasto que genera un estudiante de una carrera técnica con uno de filosofía, por ejemplo. Es ridículo, como bien dices, en el caso de tener aberraciones como el campus de Tudela.
Lo que no me parecería mal, es que cuando un ciudadano utiliza un servicio público fuese consciente de su coste.
Un saludo
Desde luego que es fundamental saber lo que cuestan las cosas, especialmente las que le cuestan a otros.
Tu alusión a la contabilidad de costes me ha sugerido una posible persona tras el personaje por primera vez desde que te pasas por aquí... Una larga visita alos preparativos del naufragio ni confirma ni desmiente. Otra vez será
Veo que eres un gran investigador, pero lo tienes jodido, muy jodido :D
Un abrazo
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