domingo, 30 de julio de 2023

Cacharrismo de Young

 El experimento de la doble rendija de Young es uno de los más famosos de la historia de la ciencia. La prueba irrefutable de que la luz es una onda. Ese experimento resulta que se puede hacer en casa de forma mucho más sencilla de lo que puede parecer. Solo hace falta un puntero láser de los que se venden en los bazares, un trozo de papel de aluminio y un cúter (para hacer las ranuras en el papel de aluminio). El "montaje" experimental es el siguiente:

Una pared a cierta distancia de las dos ranuras cortadas en el papel de aluminio nos sirve de pantalla. En el caso de la fotografía la distancia era de 4m aproximadamente. Al ir allí observamos el patrón de iluminación que se ha formado:

Como el laser no es puntual, ni las ranuras limpias (rectas y paralelas) hay un cierto follón, pero si nos fijamos en la línea de mayor intensidad, el patrón es bastante claro, con máximos y mínimos equiespaciados, como cabe esperar. Vemos que la separación es de unos 3,3 mm. 

Además de la observación experimental cualitativa ¿podemos hacer números? Tenemos todos los datos, se trata de longitudes fáciles de medir (o estimar al menos). Solo nos tenemos que fiar de la longitud de onda del láser (que es de 650 nm).

No quiero alargar la entrada con la deducción de la ecuación que relaciona las distintas longitudes que aparecen, pero no es nada difícil. En el vídeo de ESTE enlace hay una explicación (en inglés, pero que se entiende muy bien) muy clarita y que se sigue sin problemas. En la siguiente figura sigo la nomenclatura del vídeo. En ella partiendo de la separación entre máximos (Y= 3,3 mm) y la distancia a la pared (L=4m) y la longitud de onda del láser se obtiene la separación entre ranuras:

Lo que sale es 0,86 mm. Si se pone Y=3,3 en vez de 3 como en la figura, sale d= 0,78 mm. En todo caso se trata de "algo menos de un milímetro", cosa que parece cierta en la figura del sistema experimental.

Hacer un experimento tan importante y famoso de forma "cacharrista", con materiales realmente baratos me resulta muy satisfactorio. La idea de que la ciencia no es "lo que pasa en los laboratorios" o en la alta tecnología, sino en todas partes, es muy importante, y el cacharrismo incide en la asimilación de esa universalidad.

Este pequeño experimento ayuda además a entender el "poder de la ciencia". Disponer de un sistema experimental con cierta flexibilidad y un modelo manejable (en este caso una ecuación lineal que relaciona 4 longitudes) permite poner a prueba la solidez de la pareja experimentalmente:

  • ¿Qué pasa si hay una sola ranura?
  • ¿Y si en vez de ranuras son agujeros (hechos con un alfiler)?
  • ¿Y si en vez del láser rojo usamos uno verde?
  • ¿Y si acercamos o alejamos el papel de aluminio de la pared?
  • ...

A continuación dejo algunas de las fotos hechas experimentando a propósito de esas preguntas, las dejo sin más comentarios (aunque creo que todas se explican bien). Un experimento genial que da mucho juego.

sábado, 29 de julio de 2023

Mi participación en SUMAR

 La historia comenzó en septiembre de 2022 con el encargo de coordinar un grupo de trabajo (lo conté en su día aquí). Efectivamente se conformó el grupo de trabajo, variado y entusiasta, y nos videorreunimos varias veces y cruzamos muchos documentos hasta concluir la tara en plazo y forma. Para navidades de 2022 el documento sobre Ciencia e Innovación a 10 años vista estaba terminado. Se debería haber hecho público, tanto el documento como la lista de participantes, pero eso se retrasó tanto que acabó no ocurriendo.

En noviembre de 2022 vino Yolanda Díaz a Pamplona. La visita formaba parte de la gira de "escucha" que hizo por distintas ciudades. Aparte de una escucha territorial, por decir así (que incluía reuniones con personajes locales y un "mitin") también hubo una escucha temática o sectorial. Como el grupo de Ciencia e Innovación se coordinaba desde Pamplona me pidieron que organizara una reunión con personal dedicado a la ciencia (científicas, pero también personal técnico, de gestión, etc.). El 9 de noviembre tuvimos esa reunión en el Planetario y se permitió a los medios que tomaran imágenes (pero no audio). Un par de fotos bonitas de ese día (que me pasaron de la organización de Sumar):


 Las imágenes que tomaron los medios ese día las han utilizado como recurso para ilustrar cualquier noticia sobre Yolanda Díaz. Hoy mismo (29 de julio del 23) me comentaba un amigo que me había visto en tele5. Y todo el mundo piensa que son imágenes más o menos actuales y que mi relación con la vicepresidenta es supercercana... Y la verdad es que todo fue aquel ratito.


 Aparte de esa ficción televisiva seguimos trabajando. En mayo de 2023 se puso en marcha la segunda fase del "Proyecto de País". La idea era abrir a debate público los documentos que habíamos preparado los 35 grupos de trabajo mirando a 10 años vista, entre ellos, claro, el "nuestro" de ciencia e innovación. El equipo de Sumar creó una web con la intención de automatizar bastante la exposición al público en general. Además había que enviar el documento a distintas entidades y personas relevantes para cada sector. Todo esto se iba poniendo en marcha poco a poco cuando todo saltó por los aires. La convocatoria de elecciones generales requería dejar de mirar a 10 años vista y ¡hacerlo a 10 días!

Lo que quedaba del grupo de trabajo inicial (y no sin tensiones) convertimos el documento en unas "línea programáticas" que finalmente, tras ser ligeramente enmendadas por los partidos que formaron la coalición (en un proceso en el que no participé y que se me escapa completamente) acabó en el programa electoral oficial de Sumar.

Hasta ese momento mi papel había sido el de independiente que asesora (coordinando a un grupo de expertos) en el tema concreto de ciencia e innovación. Pero en esos 10 días de reorganización hacia las elecciones me llamaron para pedirme que me incorporara como candidato cerrando la lista por Navarra. Si los spin doctors de la coalición consideraban que con eso podía ayudar a ganar votos no iba yo a negarme. De hecho me hizo mucha ilusión el ofrecimiento. 

Ver el nombre en la papeleta tenía su cosa nostálgica, todavía guardo aquellas en las que salía mi padre, hace muchos años y por una ideología muy diferente (de hecho no sé si le hubiera gustado verme ahí). El saló, fue diputado en las cortes constituyentes y senador en la primera legislatura, yo no, por supuesto. Mejor, con salir en la papeleta suficiente homenaje a esa tradición familiar.

Como candidato y cabeza visible del programa de ciencia e innovación me pidieron que asistiera como representante al tradicional debate que organiza la COSCE sobre política científica (ver vídeo). No quedé mal del todo, igual hago una entrada sobre ese debate con más detalles. También, en los pocos análisis que he visto sobre el programa de ciencia nos ponían muy bien (ver Th Huf. Post).

La gente de Sumar en Navarra (Contigo- Zurekin) ha sido amable conmigo. En realidad, para ellas no dejo de ser un paracaidista que les colocaran desde Madrid, alguien a quien no conocían. No deja de ser un cierto marrón. Javier Erro, que sí que es amigo de batallas anteriores a todo esto ha ayudado mucho a ese encaje. 

Mi participación en la campaña electoral ha sido muy limitada: 

  1. Presentación de la candidatura (TV Navarra
  2. Asistir a la visita que hizo Yolanda a Pamplona (nos saludamos 1 minuto, se acordaba del Planetario) (tuit con video)
  3. Una declaración de 2 minutos en eso que llaman "canutazos" 
  4. Acompañar a las cabezas de lista el día de las elecciones para que las imágenes que sacan los medios de esos momentos fueran más coloridas (tuit con video)

Y hasta aquí la historia. Al menos por ahora, porque varias veces pensé que ya había terminado esa relación y siempre se ha reavivado. Con la política tengo una relación ambivalente, me parece una actividad fundamental (y por supuesto no todos "son iguales"), pero es algo muy ingrato y ya tenía otros planes para estos pocos años antes de la jubilación.

miércoles, 26 de julio de 2023

Adiós Netflix (hola RTVE Play)

Hace unas semanas la cuenta de Netflix que compartía con mi hija me dejó de funcionar. Se cumplía lo que habían anunciado, si no vives en el mismo lugar no puedes compartir cuenta. Se ponía en práctica una decisión que, en la práctica, supone una importante subida de tarifas. Claro que en esta casa podíamos permitirnos una suscripción a este servicio, pero ¿realmente merece la pena?

En el mundo en que vivimos es difícil saber que “merece la pena”. Los intangibles que entran en esa cuenta son muchos. Hace años calculé que con el dinero de poseer un mantener un coche podía disfrutar de una mezcla de transporte público, taxi y coches de alquiler que daría mucho mejor servicio. Pero los pequeños beneficios de sensación de libertad, inmediatez y, por qué no decirlo, de estatus que supone un coche me convencieron. A pesar de todo me “merece la pena” tener coche, cosa que cada vez le pesa más a mi conciencia medioambiental.

Volviendo al streaming audiovisual, yo en realidad veo muy pocas cosas. Si es por llenar los pocos ratos que dedico al audiovisual, con otro servicio que ya tenemos y la plataforma gratuita de radiotelevisión española hay más que suficiente. Claro que si quieres ver algo concreto que sólo está en Netflix… ya, pero por ese camino habría que tenerlas todas, es un “por si acaso” demasiado caro. Por último, si la plataforma hubiera subido el precio porque tiene problemas financieros aún, pero es que lo ha hecho porque no crece lo suficiente, algo que fácilmente se entiende como avaricia. 


Decidido no reengancharse al servicio, he empezado a usar algo más RTVE Play, y en el cambio se observan diferencias curiosas que merecen un comentario. Netflix pugna por tu atención, quiere que te quedes allí, no te deja ver créditos ni elegir con calma, arranca vídeos, pone el siguiente episodio, te agobia con prisas para que no pases un segundo sin estar bombardeado por contenidos que, con un poco de suerte (para ellos) te resultan inexcusables y te quedas allí. Para ello te conoce bien, se acuerda de lo que has visto, te ofrece seguir donde dejaste lo anterior o contenidos acordes con tu perfil. RTVE Play en comparación resulta ascético, ni sabe quien eres ni le importa. Es la versión digital de un videoclub. Aquí tienes lo que puedes ver, coge lo que quieras y lo pones, y si quieres retomar una película a medias ya te acordarás tú y “rebobinarás” hasta allí. Por otro lado, la oferta es amplia pero no con la sensación de infinitud que da Netflix. Es interesante la colección de películas altamente gafapasta que ofrece (las que ponen en los ciclos de la 2 de cine clásico, europeo, español, etc.), así como que cada una está un tiempo limitado y van cambiando. Una oferta realmente interesante, por el contenido y por lo acotado de la oferta, que facilita la selección.

Resulta difícil no antropomorfizar robots y, entre ellos, servicios tecnológicos. En esa línea, veo la interfaz de Netflix como un camarero obsequioso en extremo (“I will be your servan tonight” que te dicen a veces camareros en USA), pero a la vez ladino, que con su jabonosa cháchara te acaba coloca los productos que le interesan a él. Por el contrario el servicio europeo no es ni siquiera servicio, es muy parecido a la estantería de DVDs que aún no he retirado de casa (¡aunque haga años que desapareció el reproductor de DVDs!). Quizá esté racionalizando demasiado una decisión (que, como todas, sabemos que se toma sentimentalmente) pero estoy contento de haber echado al baboso yankee y volver la mirada a la estantería.


miércoles, 5 de julio de 2023

De gordos y entornos "obesogénicos"

 
Cuando hay un entorno que favorece conductas poco deseables y personas que caen en ella, es políticamente importante saber dónde poner el acento.

Ante la gran disponibilidad de alimentos calóricos baratos, aparece una epidemia de obesidad, aunque no todas las personas se vuelven obesas. Se puede argumentar, por tanto, que los gordos tienen la culpa de su situación y señalarles por ello. También se puede considerar que el entorno es muy problemático y que intervenir en él mejoraría mucho la obesidad como problema social. Lo primero apenas cuesta esfuerzo y tranquiliza al acusador, se aleja del problema al diferenciarse de él y, con su señalamiento, tranquila su conciencia. Pero nada va a cambiar. Intervenir en el entorno es mucho más complejo dado que requiere estudiar científicamente las correlaciones y causalidades de los problemas, prohibir cosas que a priori eran apetecibles y gastar dinero en promover acciones. Es mucho menos satisfactorio de forma inmediata, pero es la vía que puede resolver realmente problemas.

La persona fumadora, obesa, el violento en la relación de pareja, quien bebe demasiado… Son muchísimas las situaciones en las que una conducta indeseable tiene, sin duda, una responsabilidad individual, pero también en un entorno social que la favorece en mayor o menor medida. Limitarse al señalamiento moral del mal comportamiento y abogar por la dureza en su corrección es una opción política, sin duda. La del individualismo y el sálvese quien pueda (tristemente cada vez más en boga). La preocupación por generar un entorno social que no favorezca los comportamientos indeseables es también un a opción política.

Es desde esa segunda opción política desde la que he considerado el “escándalo” de la “trama” saudí de corrupción en la ciencia española (en un artículo muy criticado). Sin duda que no pretendo salvar la cara de comportamientos delictivos e inmorales. Solo pretendo, por un lado, que nos aseguremos bien de que todas las reputaciones que se están machacando realmente hayan incurrido en esos comportamientos reprochables y, por otro, indicar mi desacuerdo político con el linchamiento público (1) del incumplidor individual frente a la tarea de reconstrucción del entorno social en que se dan.

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(1) El caso que conozco de primera mano es el de Humberto Bustince, citado en el último artículo de la saga con nombre, apellidos, "aspiración a dirigir un centro" (cosa que quizá le haya llevado a esto) y todo tipo de acusaciones que, hasta donde conozco de primera mano, son falsas. No me corresponde a mi demostrar esa falsedad, pero sí enfadarme por ella. Una cosa es denunciar malas prácticas, de forma genérica o de forma individualizada, y otra el linchamiento.