Cosas de la serendipia: después del comentario de ayer me encuentro hoy en el aulario con este cartel (ya se que la cámara de mi móvil es penosa).
Las nubes de palabras (sean tags u otras cosas) sirven para dar una impresión de relación e importancia relativa, pero no deja de ser una impresión vaga. Si hubiese que estructurar la relación entre todas esas palabras tendríamos para un rato. Para ir empezando, a ver si dejo clara mi crítica a la "innovación".
Parece ser que la economía capitalista es cada vez más capitalismo 2.0, cosa que comenzó cuando la Thatcher & Cia. inventaron el capitalismo popular: que los trabajadores sean pequeños inversores en bolsa. Ahora se va más allá: que los trabajadores sean empresarios. Un periodista que lleva la comunicación de una empresa, un camionero dueño de su camión, un comercial... autónomos. Así la empresa (la de verdad) en vez de contratar un empleado contrata un servicio. Quizá salga algo más caro a corto plazo, pero a la larga las enfermedades, bajas o malos momentos del individuo le repercuten sólo a él, además hay menos estabilidad en la relación. No me interesa ahora profundizar en el juicio; al sindicalismo clásico le parecerá un horror aunque la posibilidad de diversificar clientes para el autónomo hace de ese modelo (si de verdad es recíproco) un mercado laboral más reticular y 2.0, algo cuando menos curioso. En este marco es estupendo que desde bien jóvenes los trabajadores asuman los valores correspondientes y no se sientan extraños como protagonistas de su propio empleo, que encarnen el espíritu emprendedor...
¿No hablábamos de innovación? La nube de conceptos de la figura está en un cartel del "Laboratorio Universitario de Creación de Empresas Innovadoras" (LUCE). En el nuevo capitalismo 2.0 se necesitan jóvenes emprendedores, perfecto. Y parece más fácil emprender un camino menos trillado que poner una panadería o un estanco, luego asociarle el apellido "innovadoras" a las empresas cuya creación persigue el "Laboratorio Universitario" no es una mala idea. Y si alguien consigue hacer viable una empresa que pinte arena de azul estupendo.
La parte en la que ya no está tan clara es cuando todo esto se mezcla con la Investigación de toda la vida, esa en la que nos sentimos herederos de Galileo y Newton...
Las nubes de palabras (sean tags u otras cosas) sirven para dar una impresión de relación e importancia relativa, pero no deja de ser una impresión vaga. Si hubiese que estructurar la relación entre todas esas palabras tendríamos para un rato. Para ir empezando, a ver si dejo clara mi crítica a la "innovación".
Parece ser que la economía capitalista es cada vez más capitalismo 2.0, cosa que comenzó cuando la Thatcher & Cia. inventaron el capitalismo popular: que los trabajadores sean pequeños inversores en bolsa. Ahora se va más allá: que los trabajadores sean empresarios. Un periodista que lleva la comunicación de una empresa, un camionero dueño de su camión, un comercial... autónomos. Así la empresa (la de verdad) en vez de contratar un empleado contrata un servicio. Quizá salga algo más caro a corto plazo, pero a la larga las enfermedades, bajas o malos momentos del individuo le repercuten sólo a él, además hay menos estabilidad en la relación. No me interesa ahora profundizar en el juicio; al sindicalismo clásico le parecerá un horror aunque la posibilidad de diversificar clientes para el autónomo hace de ese modelo (si de verdad es recíproco) un mercado laboral más reticular y 2.0, algo cuando menos curioso. En este marco es estupendo que desde bien jóvenes los trabajadores asuman los valores correspondientes y no se sientan extraños como protagonistas de su propio empleo, que encarnen el espíritu emprendedor...
¿No hablábamos de innovación? La nube de conceptos de la figura está en un cartel del "Laboratorio Universitario de Creación de Empresas Innovadoras" (LUCE). En el nuevo capitalismo 2.0 se necesitan jóvenes emprendedores, perfecto. Y parece más fácil emprender un camino menos trillado que poner una panadería o un estanco, luego asociarle el apellido "innovadoras" a las empresas cuya creación persigue el "Laboratorio Universitario" no es una mala idea. Y si alguien consigue hacer viable una empresa que pinte arena de azul estupendo.
La parte en la que ya no está tan clara es cuando todo esto se mezcla con la Investigación de toda la vida, esa en la que nos sentimos herederos de Galileo y Newton...
No hay comentarios:
Publicar un comentario