miércoles, 28 de junio de 2017

El Vermú de la Ciencia. Públicos disjuntos

Acaba de terminar la tercera temporada de "El vermú de la ciencia". Se ha emitido los domingos siempre que no hubiera fútbol u otras alteraciones de la programación. Se trata de una sección del programa "A vivir Navarra" (la parte local de A vivir que son dos días) en Ser Navarra. Conducido por Álvaro Valderrama, Javier Armentia y yo charlamos de algún tema científico con un poquito de humor. Por cierto, que coleccionamos los podcast AQUÍ.

Pero no se trataba (solo) de hacer publicidad, sino de comentar una observación que me viene llamando la atención: la repercusión del programa en tuiter y en el mundo real son prácticamente disjuntas. Cuando comentas en tuiter que va a comenzar el programa o de lo que va, apenas hay ninguna respuesta. Sin embargo, en el mundo real deben oírlo varios miles de personas (extrapolando de aquí). Además de vez en cuando me encuentro con alguna persona que confiesa que nos escucha habitualmente. O sea que oyentes si hay, lo que pasa es que no deben estar en tuiter o, al menos, no a la vez.

Ejemplos como el reciente espectáculo de Eurovisión (no comments) muestran que la tele no solo es compatible con tuiter, sino que se refuerzan: es más divertido ver esas cosas comentando en redes. En cambio la radio ocupa otro tipo de nichos de actividad y es más difícil esa compatibilidad con las redes sociales. Escuchamos la radio mientras hacemos otras cosas, cocinar por ejemplo (especialmente a la hora del vermú), cosas que no se pueden hacer mientras tecleas en la mayoría de los casos.

Es fácil de entender, y más cuando te das cuenta de que ambos públicos (el de la radio y el de tuiter) son muy pequeños en comparación con toda la población. Seguramente eso es lo que resulta tan raro: a fuerza de pasar tiempo en redes sociales se acaba generando la ilusión de que eso es el mundo y observaciones como esa arruinan la ilusión y de devuelven al suelo. Hala pués, ya desde el suelo continuemos explorando todos los posibles canales para la divulgación.

lunes, 26 de junio de 2017

Divulgación y docencia (UIMP)

Esta semana se celebra en Santander el curso de verano "Divulgación y cultura científica: diálogo Universidad- Sociedad", y los organizadores han sido tan amables de invitarme a hablar sobre divulgación y docencia. Las transparencias de la charla:


domingo, 25 de junio de 2017

Pentagramas en el cielo

(Esta entrada apareció en Naukas hace unos días)

Me dice Adela que le tengo que explicar que son esas cosas tan raras en el cielo.

Son nubes artificiales. Homogenitus y homomutatus. El resto de la entrada es la versión larga (ma non troppo).

Los gases que expulsan los aviones, y que son el resultado de quemar el combustible, incluyen un montón de vapor de agua. Dependiendo de las condiciones del aire en cada momento ese vapor de agua puede hacer distintas cosas. Muchas veces simplemente se dispersa en forma de vapor y nunca lo vemos. El vapor de agua es invisible, transparente como el aire. En otras ocasiones el vapor se condensa en forma de pequeñas gotitas de agua que quedan suspendidas en el aire y se congelan. Casi seguro que las de la foto son eso, nubes hechas de cristalitos de hielo procedentes de los gases de aviones que pasaban. En la vertical de Pamplona, un día de cielo muy estable, a la altura de crucero de los aviones probablemente el aire tenía poca humedad y estaba muy quieto. Así que las trazas de cada avión permanecían tiempo suficiente como para que se fueran acumulando líneas. La foto está hecha desde la puerta de la escuela de música de Mutilva, supongo que por eso vi en ellas pentagramas.

¿Por qué expulsan vapor de agua los aviones? Casi todos los combustibles consisten en moléculas orgánicas que son cadenas de carbonos con hidrógenos en el resto de los enlaces que no se emplean en encadenar los carbonos. También contienen pequeñas cantidades de otros elementos (oxígeno, azufre, nitrógeno, ...), pero a grandes rasgos son compuestos de carbono e hidrógeno. Al quemarse reaccionan con oxígeno y se separan, dejan de estar unidos carbón e hidrógeno para que cada uno de ellos se vaya por su lado con el oxígeno (que está hecho un ligón que se va con todos). El uno en forma de CO2 (dióxido de carbono) y el otro en forma de agua, H2O. Ese agua es la que resulta de la combustión en forma de vapor y condensa después en las estelas de los aviones. Hay un montón de experimentos domésticos (o tabernarios) que se basan en la condensación del agua procedente de la combustión para generar efectos llamativos. Como al condensar se reduce mucho el volumen ocupado, cuando tiene lugar en un recipiente cerrado baja la presión. Con esa disminución de presión se puede succionar el agua de un plato, meter un huevo duro en una botella o espachurrar una lata de refresco, que serían los tres experimentos más clásicos basados en esta situación.

Hay otras situaciones que hacen que los aviones produzcan estelas. Cuando el aire está cargado de humedad, el paso del avión puede inducir la condensación de ese agua que ya estaba allí. Eso es más probable cerca del suelo (en despegues o aterrizajes) y cerca del mar, que donde es más habitual tener aire cargado de humedad. Son especialmente llamativos los conos de nube que se producen alrededor de aviones de caza cuando rompen la barrera del sonido sobre el mar, y de entre las fotos de ese fenómeno la más famosa (con una curiosa historia detrás).



En todo caso, sea de agua aportada por el avión o preexistente en lugar por el que pasa, las estelas de los aviones están formadas por agua que se condensa a partir del vapor. Aunque el fenómeno a grandes rasgos es sencillo, los detalles cuantitativos de cómo se produce son muy complejos. Por un lado está la necesidad de centros de nucleación para que se produzca la condensación. Se ha comprobado que el biofuel aporta menos de estos centros y, por tanto, produce menos estelas a igualdad de condiciones. Por otro lado está la eficiencia de los motores: para producir el mismo empuje los motores más eficientes expulsan gases más fríos, con lo que el agua que contienen se condensa y congela con más facilidad. Toda esta variabilidad hace que desde el suelo no podamos prever cuando se va a crear una estela, cuando no, cuando va a ser duradera y cuando se va a dispersar con rapidez. Lo mismo que nos ocurre con todas  las nubes que hay en el cielo y que hace tan maravilloso ese inmenso lienzo azul.

La Organización Meteorológica Mundial añadió varias tipologías al Atlas Internacional de Nubes en marzo de 2017. Entre ellas la nube generada por el hombre, que dicho en latín queda homogenitus. Y el resultado de la evolución de esas nubes con el tiempo, dado que evolucionan, mutan de forma, se han bautizado como homomutatus.

Por cierto, también hay una versión conspiranoica sobre este tema, pero es algo tan absurdo que no merece más comentario.

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Referencias
https://en.wikipedia.org/wiki/Contrail
http://www.aemet.es/es/noticias/2017/03/Nuevo_Atlas_Nubes
http://naukas.com/2011/05/04/la-fisica-de-las-estelas-blancas-de-los-aviones/
http://www.atlasobscura.com/articles/the-wildly-misunderstood-aeronautics-event-captured-in-this-photograph
http://naukas.com/2015/02/24/la-presion-y-la-vela/

miércoles, 7 de junio de 2017

Lo bueno, lo malo y lo feo con gráficas

Me han invitado del Ateneo Navarro a dar una charla sobre el tema este de las gráficas, la idea era recoger gráficas "divertidas". Veremos que tal. Las imágenes preparadas para la ocasión estas:



Graficas ateneov4 from Joaquín Sevilla


La charla fue retransmitida en streaming y quedó grabado el vídeo, aquí.