A través de Juan José Ibañez me entero de la publicación de un curioso estudio que intenta cuantificar el alcance del fraude científico. Cómo el artículo original está publicado en libre acceso (ese movimiento maravilloso tan poco apoyado oficialmente) se puede acceder al trabajo íntegro.
Hace algún tiempo comentábamos sobre lo especialmente escandaloso de la desonestidad que afecta a lo esencial de la profesión del deshonesto (el bombero pirómano, el cura pedófilo o el científico mentiroso): oxímoron profesional.
El trabajo antes citado es un "metaestudio" que recoge y sistematiza los datos de otros estudios anteriores; una metodología análoga a la utilizada en medicina basada en la evidencia para extraer conclusiones de múltiples estudios clínicos. Una metodología que me es bastante ajena, por cierto, pero no puedo por menos que sorprenderme de algunos resultados: "In surveys asking about the behaviour of colleagues, admission rates were 14.12% (N = 12, 95% CI: 9.91–19.72) for falsification, and up to 72% for other questionable research practices".
Vamos que si a uno le preguntan cuanto de deshonestos son los demás el número es descomunal: 14% de falsificaciones y 72% de mala praxis en general. Este resultado puede significar una de las siguientes cosas (al menos):
1.- Los científicos son unos mentirosos compulsivos.
2.- Los científicos son unos insolidarios y ven la viga en el ojo ajeno (incluso cuando no la hay).
3.- Hay características de la actividad científica que vistos desde fuera se perciben como deshonestos.
Creo que las tres cosas son parcialmente ciertas, sobre todo las dos últimas.
Cuando se dice que una enfermedad afecta a tres cuartas partes de la población es que no es una enfermedad, sino una característica del ser humano. Del mismo modo si de verdad hay algo en la actividad de llos científicos que se ve en el 72% de los casos, ha de ser una característica consustancial de la actividad. En concreto la vehemencia en la convicción de los propios resultados. Hay un chiste clásico de laboratorio (que ahora no encuentro en la red) en el que se traducen las frases típicas de los artículos científicos: "the sample was treated with extreme care", sólo se nos cayó al suelo un par de veces; "a typical sample", la única que funcionaba; etc. Sin llegar a los extremos descarnados del chiste es verdad que uno publica sus mejores resultados, de sus mejores muestras. No es infrecuente que para tener una buena nuestra (en ciencia de materiales) se haya tenido que intentar 100 veces. ¿Hay que entender eso como deshonesto?
Respecto a la falta de solidaridad gremial, hay que reconocer que en este colectivo es espectacular. En una entrada de hace unos meses especulaba sobre la fuerte competencia a la que están (estamos) sujetos los científicos a la hora de conseguir fondos para la investigación, y cómo eso puede marcar muchos aspectos de la relación entre personas y grupos. Tampoco habría que minusvalorar el papel del "tráfico de ideas" (inspiraciones mútuas, copia de ideas de colegas, y similares, no siempre honestos). Se comenta a veces también que en un entorno en el que las diferencias de sueldo son inexistentes, el inevitable escalafón social se basa en el "prestigio", bien que hay que perseguir y que despunta más en la medida que el de al lado tiene menos. Sea por la razón que sea (seguramente suma de estas tres entre otras) desde luego los científicos no conforman un colectivo solidario en absoluto, y no me extraña nada que preguntados en secreto sobre la honestidad del vecino se malmeta sin fundamento.
Por último nos queda el fraude de verdad. A este respecto la última frase del abstract dice: "misconduct was reported more frequently by medical/pharmacological researchers than others". El auténtico fraude ha de estar movido por auténticas ganacias. Sólo alguien un poco trastornado falsificará unos resultados para ser más que el colega del despacho de al lado, pero por un pastón la cosa cambia. Y los pastones se mueven en determinados sectores industriales ligados con disciplinas científicas muy particulares: temas farmacéuticas y agrarios principalmente.
Se alarga ya mucho la entrada, aunque el tema de mucho más de sí, como dicen en las series televisivas: continuará. ((Actualización 20 jul 09 : la continuación aquí))
Hace algún tiempo comentábamos sobre lo especialmente escandaloso de la desonestidad que afecta a lo esencial de la profesión del deshonesto (el bombero pirómano, el cura pedófilo o el científico mentiroso): oxímoron profesional.
El trabajo antes citado es un "metaestudio" que recoge y sistematiza los datos de otros estudios anteriores; una metodología análoga a la utilizada en medicina basada en la evidencia para extraer conclusiones de múltiples estudios clínicos. Una metodología que me es bastante ajena, por cierto, pero no puedo por menos que sorprenderme de algunos resultados: "In surveys asking about the behaviour of colleagues, admission rates were 14.12% (N = 12, 95% CI: 9.91–19.72) for falsification, and up to 72% for other questionable research practices".
Vamos que si a uno le preguntan cuanto de deshonestos son los demás el número es descomunal: 14% de falsificaciones y 72% de mala praxis en general. Este resultado puede significar una de las siguientes cosas (al menos):
1.- Los científicos son unos mentirosos compulsivos.
2.- Los científicos son unos insolidarios y ven la viga en el ojo ajeno (incluso cuando no la hay).
3.- Hay características de la actividad científica que vistos desde fuera se perciben como deshonestos.
Creo que las tres cosas son parcialmente ciertas, sobre todo las dos últimas.
Cuando se dice que una enfermedad afecta a tres cuartas partes de la población es que no es una enfermedad, sino una característica del ser humano. Del mismo modo si de verdad hay algo en la actividad de llos científicos que se ve en el 72% de los casos, ha de ser una característica consustancial de la actividad. En concreto la vehemencia en la convicción de los propios resultados. Hay un chiste clásico de laboratorio (que ahora no encuentro en la red) en el que se traducen las frases típicas de los artículos científicos: "the sample was treated with extreme care", sólo se nos cayó al suelo un par de veces; "a typical sample", la única que funcionaba; etc. Sin llegar a los extremos descarnados del chiste es verdad que uno publica sus mejores resultados, de sus mejores muestras. No es infrecuente que para tener una buena nuestra (en ciencia de materiales) se haya tenido que intentar 100 veces. ¿Hay que entender eso como deshonesto?
Respecto a la falta de solidaridad gremial, hay que reconocer que en este colectivo es espectacular. En una entrada de hace unos meses especulaba sobre la fuerte competencia a la que están (estamos) sujetos los científicos a la hora de conseguir fondos para la investigación, y cómo eso puede marcar muchos aspectos de la relación entre personas y grupos. Tampoco habría que minusvalorar el papel del "tráfico de ideas" (inspiraciones mútuas, copia de ideas de colegas, y similares, no siempre honestos). Se comenta a veces también que en un entorno en el que las diferencias de sueldo son inexistentes, el inevitable escalafón social se basa en el "prestigio", bien que hay que perseguir y que despunta más en la medida que el de al lado tiene menos. Sea por la razón que sea (seguramente suma de estas tres entre otras) desde luego los científicos no conforman un colectivo solidario en absoluto, y no me extraña nada que preguntados en secreto sobre la honestidad del vecino se malmeta sin fundamento.
Por último nos queda el fraude de verdad. A este respecto la última frase del abstract dice: "misconduct was reported more frequently by medical/pharmacological researchers than others". El auténtico fraude ha de estar movido por auténticas ganacias. Sólo alguien un poco trastornado falsificará unos resultados para ser más que el colega del despacho de al lado, pero por un pastón la cosa cambia. Y los pastones se mueven en determinados sectores industriales ligados con disciplinas científicas muy particulares: temas farmacéuticas y agrarios principalmente.
Se alarga ya mucho la entrada, aunque el tema de mucho más de sí, como dicen en las series televisivas: continuará. ((Actualización 20 jul 09 : la continuación aquí))
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