Leo hoy la noticia sobre la presentación de un primer borrador de estatuto del profesorado universitario. También es interesante ver la saga de comentarios que se van generando en el periódico al respecto.
La verdad es que me produce un sentimiento ambivalente. Por un lado está muy bien que la situación laboral del PDI entre en la agenda política. Que se estudie la problemática de este colectivo, que no es menor: 30% de pérdida de poder adquisitivo desde 1989 (fecha de las transferencias masivas a las CCAA) hasta hoy.
Hace unas semanas me contaba una amiga que había solicitado su habilitación para catedrática (ese es un proceso ya existente, no lo que se propone ahora). Tuvo que introducir sus méritos curriculares en una aplicación informática vía web, de la que salió impreso un currículum de más de 300 páginas. Mínimo una semana de trabajo exclusivamente dedicada a alimentar la bicha burocrática. ¿De verdad se aprecia la posibilidad de ser catedrático en el quinto decimal del tipo de participación en un congreso en Murcia hace 15 años? No lo creo
Si hay sospechas de "tramposos", habrá que establecer mecanismos para su detección, y sobre todo voluntad política para "erradicarlos". Pero esta manía de pedir papeles a ver si es que no los tienen, o se desaniman y no se presentan me recuerda al chiste de Gila en el que pillaba al asesino con indirectas ("aquí alguien ha matado a alguien"). En la realidad eso no funciona, al revés, en las marañas burocráticas se disipa la responsabilidad y hasta las falsificaciones puras y duras quedan impunes.
La única evaluación universitaria que ha gozado de prestigio en los últimos años ha sido la de los sexsenios, en la que se piden cinco referencias (dos folios) y se juzga en serio ("suspendiendo" razonablemente). Curiosamente la que menor movimiento de papeles genera.
La verdad es que me produce un sentimiento ambivalente. Por un lado está muy bien que la situación laboral del PDI entre en la agenda política. Que se estudie la problemática de este colectivo, que no es menor: 30% de pérdida de poder adquisitivo desde 1989 (fecha de las transferencias masivas a las CCAA) hasta hoy.
Hace unas semanas me contaba una amiga que había solicitado su habilitación para catedrática (ese es un proceso ya existente, no lo que se propone ahora). Tuvo que introducir sus méritos curriculares en una aplicación informática vía web, de la que salió impreso un currículum de más de 300 páginas. Mínimo una semana de trabajo exclusivamente dedicada a alimentar la bicha burocrática. ¿De verdad se aprecia la posibilidad de ser catedrático en el quinto decimal del tipo de participación en un congreso en Murcia hace 15 años? No lo creo
Si hay sospechas de "tramposos", habrá que establecer mecanismos para su detección, y sobre todo voluntad política para "erradicarlos". Pero esta manía de pedir papeles a ver si es que no los tienen, o se desaniman y no se presentan me recuerda al chiste de Gila en el que pillaba al asesino con indirectas ("aquí alguien ha matado a alguien"). En la realidad eso no funciona, al revés, en las marañas burocráticas se disipa la responsabilidad y hasta las falsificaciones puras y duras quedan impunes.
La única evaluación universitaria que ha gozado de prestigio en los últimos años ha sido la de los sexsenios, en la que se piden cinco referencias (dos folios) y se juzga en serio ("suspendiendo" razonablemente). Curiosamente la que menor movimiento de papeles genera.
A ver si se impone la sensatez y se corta este camino de exigencia de infinito papeleo, porque ahí se esconde la inutilidad legislativa, la falta de autoridad política real y se deja camino libre a las trampas que supuestamente se prtetenden evitar.
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