Conocí a Ricardo Pita hace ocho años, cuando estaba planteándose venir al Servicio de Publicaciones de la Upna (que dependía del Vicerrectorado de Nuevas Tecnologías e Innovación Educativa). El jueves pasado le despedíamos unos cuantos compañeros en su marcha hacia otro servicio de publicaciones.
Aunque parezca contradictorio, Ricardo es un trabajador oscuro y brillante a la vez. Trabajador en primer lugar porque su capacidad de hacer cosas, y de considerar propios todos los proyectos es abrumadora. Oscuro porque intenta no figurar; entre timidez y modestia, siempre aparece en segundo o tercer plano (nunca faltan candidatos para el primero). Brillante porque el resultado del trabajo es espectacular. Las publicaciones de estaos años han ido apareciendo a tiempo, elegantes (sin ostentación), técnicamente bien hechas, y sin erratas. A mi que se me pasan a miles (no hay mas que ver unos cuantos posts para encontrar a montón) me parece mágica esa capacidad de corregir pruebas y localizar los errores.
Seguro que a la marcha de Ricardo se le pueden encontrar matices de política interna, y desde luego de las publicaciones universitarias se podría hablar mucho, pero de momento nos quedamos con la afectuosa despedida de un compañero y la sensación de que el hueco que deja en la Upna no será fácil de cubrir adecuadamente.
Seguro que a la marcha de Ricardo se le pueden encontrar matices de política interna, y desde luego de las publicaciones universitarias se podría hablar mucho, pero de momento nos quedamos con la afectuosa despedida de un compañero y la sensación de que el hueco que deja en la Upna no será fácil de cubrir adecuadamente.
2 comentarios:
Muchas gracias por tu comentario, Joaquín. Qué voy a decir, estoy encantado con lo que has escrito (y con la despedida del otro día, claro, y con el regalo del e-book). Pero, en fin, en estos casos es cuando me sale con más fuerza la timidez. Gracias, de verdad. Ricardo
De nada. Gracias a ti por lo que nos has ayudado todos estos años.
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