Leo en el Blog de Miquel Duran sobre la eterna discusión universitaria sobre la relación entre Docencia e Investigación. Allí cita, a su vez, el artículo "una preciosa simbiosis" (Times Higher Education).
Parece que la relación entre la creación de conocimiento nuevo y la transmisión de conocimiento al máximo nivel tiene que ser necesariamente estrecha. Pero claro, siempre hay casos y situaciones que llevan a replanteársela.
Yo personalmente estoy convencido de que ambas actividades han de ir unidas (salvo en muy contadas ocasiones).
Contaba Feynman (creo recordar que en su autobiografía "Are you joking Mr. Feynman") que a él le habían propuesto muchas veces ir a trabajar a centros puros de investigación, de forma que se librase de la docencia. Su respuesta fue siempre negativa. Decía que la ciencia consiste en tener ideas originales, y que cuando pasan las semanas y no se te ocurre nada te puedes poner nervioso. En esos casos es cuando sales de clase y piensas en la magnífica clase que has dado, lo que ya te justifica el día y te permite pensar en tus temas de investigación relajadamente.
Estaría bien disponer de datos empíricos sobre la relación entre ambas actividades. Se podrían buscar estimadores de ambas y comprobar la correlación. Un estimador para la docencia podría ser la puntuación en las encuestas de estudiantes, y para investigación la ratio sexenios respecto de trienios. No sería raro que hubiese algún trabajo en este sentido, pero en cualquier caso, con los sistemas de información que van teniendo ya las universidades, no sería difícil recopilar los daros...
Parece que la relación entre la creación de conocimiento nuevo y la transmisión de conocimiento al máximo nivel tiene que ser necesariamente estrecha. Pero claro, siempre hay casos y situaciones que llevan a replanteársela.
Yo personalmente estoy convencido de que ambas actividades han de ir unidas (salvo en muy contadas ocasiones).
Contaba Feynman (creo recordar que en su autobiografía "Are you joking Mr. Feynman") que a él le habían propuesto muchas veces ir a trabajar a centros puros de investigación, de forma que se librase de la docencia. Su respuesta fue siempre negativa. Decía que la ciencia consiste en tener ideas originales, y que cuando pasan las semanas y no se te ocurre nada te puedes poner nervioso. En esos casos es cuando sales de clase y piensas en la magnífica clase que has dado, lo que ya te justifica el día y te permite pensar en tus temas de investigación relajadamente.
Estaría bien disponer de datos empíricos sobre la relación entre ambas actividades. Se podrían buscar estimadores de ambas y comprobar la correlación. Un estimador para la docencia podría ser la puntuación en las encuestas de estudiantes, y para investigación la ratio sexenios respecto de trienios. No sería raro que hubiese algún trabajo en este sentido, pero en cualquier caso, con los sistemas de información que van teniendo ya las universidades, no sería difícil recopilar los daros...
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