El vaso dela foto da una agradable (en verano) impresión de frescor. Aunque es transparente y se ve el hielo dentro, no es de ahñi de donde procede esa sensación, sino de su apecto "empañado" por fuera, de esas gotitas que le aparecen en el exterior. Esas gotitas que no es más que agua, agua que estaba en el aire alrededor del vaso y que se ha condensado allí. La solubilidad del agua en aire depende de la temperatura, cuanto más caliente está el aire más agua le cabe. El agua que en el aire a unos centímetros del vaso está disuelta sin problemas (a 25 grados, digamos) no es capaz de continuar allí a un milímetro de su pared, donde la temperatura es de unos pocos grados (por efecto del hielo en su interior). Entonces se "desdisuelve", precipita en forma de gotitas. O sea que la sensación de que el vaso empañado contiene una bebida fresca se corresponde perfectamente con el origen físico del empañado.
La foto está tomada en Pamplona, donde la humadad relativa del aire no es muy alta, en lugares de playa (con una humadad más alta) se forman gotas más gordas más rápido, que incluso chorrean.
(Y con esta entrada comenzamos una serie de observaciones científicas veraniegas, continuación de las del verano pasado).
La foto está tomada en Pamplona, donde la humadad relativa del aire no es muy alta, en lugares de playa (con una humadad más alta) se forman gotas más gordas más rápido, que incluso chorrean.
(Y con esta entrada comenzamos una serie de observaciones científicas veraniegas, continuación de las del verano pasado).
1 comentario:
¡que buenas las bebidas fresquitas en verano!
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