Hace más de 10 años fui a la Vrije Universiteit de bruselas para formalizar un acuerdo Erasmus, y me dejó sorprendido el comentario de los anfitriones de que se estaban quedando sin estudiantes de ingeniería. Me decían que había un profesor que regalaba una botella de vino a cada estudiante que se matriculara en su asignatura optativa. Por entonces teníamos una demanada muy superior a la oferta de plazas y en todas las ingenierías se entraba con notas de corte muy altas. Justo lo contrario. Pero también entonces la migración era "e", no "in". En el telediario se hablaba de los trenes que llevaban trabajadores españoles a la vendimia francesa, no de pateras que vinieran aquí. Hace años ya que en los artículos científicos de EEUU veíamos unos cuantos nombre chinos y "Smith" quedaba para la última firma, el jefe del laboratorio. Hace ya tiempo que el ultimo firmante es "Chen", y los "Smith" están en auténtico peligro de extinción. De hecho el proceso americano empezó alrededor de la segunda guerra mundial, cuando Einstein y demás recalaron allí.
Ahora nos toca a nosotros. Uno de los hechos que acompaña el desarrollo es la pérdida de personal en actividades científicas. La correlación es evidente, la causa es más difícil de analizar.
En este artículo de El País (cuyo titular ilustra el post) se ahonda en la cuestión, se dan datos, y se postula la pérdida de valor social del esfuerzo. Coincido plenamente con esa opinión.
Ahora nos toca a nosotros. Uno de los hechos que acompaña el desarrollo es la pérdida de personal en actividades científicas. La correlación es evidente, la causa es más difícil de analizar.
En este artículo de El País (cuyo titular ilustra el post) se ahonda en la cuestión, se dan datos, y se postula la pérdida de valor social del esfuerzo. Coincido plenamente con esa opinión.
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