Desde hace unos meses ponemos las chapas de las botellas que abrimos en un bote. A mi hijo se le ocurrió ordenarlas de la forma que aparece en la foto (bueno, la cinta métrica de la izquierda fue un añadido posterior). La ordenación de las chapas constituye en si misma una gráfica de barras.
Como toda gráfica (buena) tienen diversos niveles de lectura, se pueden extraer diversos predicados de la magnitud representada: lo que bebemos. Algunos serían:
- La cerveza es la inmensa mayoría de lo que se bebe
- Lo que no es cerveza es CocaCola, de dos tipos distintos (comercial y la del CocaCola World, de dónde procede también la chapita en miniatura)
- La cerveza lager es muy mayoritaria frente a la pale ale
- De entre la lager, Heineken es la marca dominante con diferencia (más del doble de la siguiente).
- Las siguientes lagers son Estela, Becks y Spaten (en este orden).
Un montón de información que estaba escondida en un montón de chapas y que hace patente cuando las ordenas adecuadamente.
Queda claro que la gráfica de barras es una metáfora visual muy evidente, surge de manera natural. Por tanto una representación equivalente de datos más abstractos (literalmente menos tangibles que las chapas) se va a entender con facilidad, sin necesidad de explicaciones o entrenamiento. Lo mismo ocurre con la gráfica de tarta, véase si no este ejemplo en el que también la grafica está constituida por los propios datos que se muestran.
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