lunes, 16 de enero de 2012

Docencia, normas y puertas al campo

Se acaba de aprobar en la UPNA una detallada normativa sobre la forma en que hay que realizar las evaluaciones en los nuevos estudios adaptados al EEES (alias plan Bolonia). Adjunto el recorte del Diario de Navarra, y aquí está la nota de prensa de la universidad.

Se trata de uno de los encajes de bolillos más complejos a los que se enfrenta el desarrollo del EEES. Por un lado queremos una metodología activa, en la que las clases ya no sean discursos (aka clases magistrales) sino actividades llenas de participación y ejercicio intelectual, pero por otro no queremos que la asistencia sea obligatoria sin más, que aquí ya somos todos adultos. Queremos que haya una evaluación continua más acorde con las metodologías activas, y con la adquisición de auténticas habilidades, más que unos exámenes memorísticos que solo prueban conocimientos estáticos... pero también queremos que los estudiantes mantengan el tradicional derecho a jugárselo todo a una carta en un examen final. Queremos que los profesores se adapten a las nuevas metodologías, pero no queremos violentar la libertad de cátedra.

En resumen, queremos estar en misa y repicando, y ese don de la ubicuidad no sólo es imposible para las personas, sino también para las organizaciones. Dice la dirección de la universidad que apoya especialmente las metodologías activas, pero lo único que se asegura la normativa es la cobertura de los que no quieran seguirlas.

Juzgando con la normativa aprobada mi actividad docente del curso pasado (si fuera de entera aplicación, que se que no lo es) me encontraría en flagrante incumplimiento. Me explico:

En la asignatura de 5º de Industriales el examen suponía menos del 50% de la nota (se podía aprobar incluso sin ir al examen), y había casi 10 actividades distintas que suponían entrega de material y puntuación. No suspendió nadie, hubo algunos "no presentados" porque no realizaron todas las actividades, abandonaron antes del final. Para adaptarme a la normativa deberé aumentar el peso del examen (¿tiene sentido entonces que siga esforzándome en corregir tanto "trabajo" que apenas puntúa?), además tendré que repetir el examen a los 10 días para los que lo hayan suspendido. Y lo que es más importante, deberé suspender (no limitarme al "no presentado") a gente, porque si apruebo a más del 95% me investigará la Comisión de Garantía de Calidad, y a saber con qué informes se dará por satisfecha. En las asignaturas de máster lo mismo, siendo especialmente doloroso lo de tener que suspender a alguien para no violentar el margen que recomienda la normativa.

Para mi estilo docente y las asignaturas que suelo impartir, que son optativas para gente muy mayor, esta normativa me resulta muy negativa, y va a redundar en una vuelta atrás (y empeoramiento en mi opinión) en la organización de las asignaturas.

La actividad de centenares de profesores de disciplinas y estilos docentes tan variados es un campo al que es muy difícil ponerle puertas. Dado como es el estilo de gobierno de las universidades ("gobrnanza" le dicen ahora) parece inevitable dictar normas, pero sinceramente, no confío en absoluto en que la aplicación de esta norma vaya a redundar en una mejora de la calidad de la enseñanza, de la seguridad jurídica de profesores o estudiantes ni de nada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto del EEES se está convirtiendo en el mayor sinsentido jamás montado. En mi Universidad, algunas asignaturas se valoran al 60% (trabajos, seminarios, etc.), 40% examen: ¡supermoderno!...pero hay que sacar un 5 en el examen para aprobar. O sea, el envoltorio es "moderno", pero al final es lo de siempre. ¿Hacía falta tanto esfuerzo para llegar a esto?

Joaquín Sevilla dijo...

Desde luego que no. Es un ejemplo espectacular de una buena idea cuya puesta en práctica ha sido desastrosa

Dr. Morató dijo...

En mi interpretación de la normativa, la forma que tienes de evaluar no presenta ningún problema. De hecho, en la evaluación ordinaria no tienes ningún tipo de requisito sobre porcentajes de examen o similares y todo afecta a qué se ofrece en la evaluación extraordinaria.
Por ejemplo, lo que comentas de que tu examen final es de menos del 50% no lo considero un problema. Mi examen final de hecho es del 25%. Lo que nos dice la norma es que al menos el 50% de las actividades deberán poderse recuperar en la extraordinaria, pero nada te limita a recuperar solo la nota del examen. Simplemente sumas al examen otras actividades de forma que se alcance el 50% y eso es lo que se recupera. Y ni siquiera veo que deba recuperarse cada actividad con otra de la misma naturaleza. Yo personalmente dejaría recuperar todo aquello que pueda evaluarse en un examen. Es volver a dar una segunda oportunidad por el precio de la matrícula y desde mi visión, si por ejemplo planteas un examen por el 80 o el 100%, el estudiante debe entender que en ese examen se le va a pedir demostrar unos conocimientos y capacidades similares a los que han demostrado sus compañeros en gran número de actividades a lo largo del semestre. Yo creo que lo que le "duele" a los estudiantes es por ejemplo tener un examen por el 40% de la nota y que sea obligatorio aprobarlo para aprobar la asignatura. Creo que quieren una segunda oportunidad para eso. Por otro lado, tal y como se ha escrito la norma, a los que tenemos principalmente evaluación continua nos están imponiendo evaluar al menos un 50% de la asignatura "de golpe" en esa extraordinaria, lo cual puede ser tener que preparar un examen cuando tu asignatura no tiene exámenes por ningún lado y no son buenas herramientas de evaluación para sus contenidos. Pero también hay que ver que no tiene por qué ser mediante examen, podría incluir trabajos, pero sigue planteándonos más problemas que a los profesores que usan simplemente la técnica del examen global.
Respecto a tener que suspender a gente, lo que dice la norma es que si el 100% han aprobado se pedirá un informe para justificar la situación. Eso no quiere decir que sea un problema que te aprueben todos, de hecho para mí es el objetivo, sino que simplemente se quiere poder detectar "aprobados generales" u otras situaciones que se suelen deber a que la docencia no se ha impartido o evaluado correctamente. Es mi interpretación y desde luego yo voy a buscar que el 100% apruebe porque ha aprendido y presentarme orgulloso con ello ante cualquier comisión.

Joaquín Sevilla dijo...

Al ser una norma tan compleja, es probable que haya formas de conseguir una evaluaci'on con la que quedarse satisfecho (por competencias, proyectos y continua) sin un esfuerzo excesivo. Cuando retorne a la docencia el pr'oximo semestre me lo estudiar'e con detalle.

Pero no me negar'as que son complicaciones extra para quienes han (hemos) adoptado de forma m'as convencida la metodolog'ia que se propugnaba con la reforma hacia el EEES, mientras que se lo pone muy f'acil al "estilo tradicional".

Tanto que dan ganas de vover a la tarima con las transparencias, poner un examen final y ahorrar mucho tiempo, que por otra parte lo necesita uno para las cosas que realmente sirven para promocionar...

Ya digo al principio que es una norma que pretende consensuar intereses dispares, creo que los entiendo bien y valoro el esfuerzo. Pero no me gusta el resultado. Estos excesos de normativa "para pillar a los malos" (los que dan aprobados generales y similares) nunca pillan a nadie y sin embargo complican la vida a la gente normal disminuyendo la eficiencia global del sistema.

Muchas gracias por el comentario, lo tendr'e en cuenta en la planificaci'on de la evaluaci'on de mis pr'oximas asignaturas.

Dr. Morató dijo...

Me parece una norma que intenta contentar al alumnado devolviéndoles la segunda oportunidad, pero por otro lado en la norma dice que la recuperación está pensada para aquellos que lo intentaron en la ordinaria, participando en las distintas actividades de evaluación, pero sin éxito. Con esto dejan en tu mano decidir qué grado de participación es necesario, para lo cual yo aún no tengo un criterio.
Y sí, estoy contigo en que la norma nos da quebraderos de cabeza a los que hemos adoptado la evaluación continua, por ejemplo discutiendo como ahora si nuestra metodología es "legal". Al menos nos resuelve la duda eterna de si te puede venir un estudiante exigiendo su derecho a examen final en una asignatura que evalúas de forma continuada (se han conocido casos). La respuesta parece ser que en la ordinaria no tiene ese derecho y en la extraordinaria le tienes que dar la oportunidad de al menos un 50% y solo si lo había intentado en la ordinaria.
Y dice la norma que la evaluación, "con carácter general", será continua en todas las asignaturas. Ahora el problema es decidir con cuánta continua se está cumpliendo este requisito. O sea, que hay que medir si el monte ese al que le queríamos poner puertas es suficientemente verde.

Joaquín Sevilla dijo...

Ja, ja. Es verdad, necesitamos un medidor de "verdor". Con tanta regulaci'on al final no se sabe bien c'omo se cumple de verdad; lo que lleva al final al sentido com'un de los que la tienen que aplicar... que era d'onde estabamos antes de la normativa. En fin...