Cuando salí del equipo Rectoral dejé de leer periódicos navarros y empecé a ser mucho más feliz. Y es que el conocimiento es un bien al que no se puede renunciar, a diferencia de los bienes físicos. Si no me gusta una galleta me puedo deshacer de ella, pero si no me gusta algo que he aprendido no es tan fácil deshacerse de ello. Y esto viene a cuento de que, aunque me parezca odioso el tema, una vez leído no puedo sustraerme...
El culebrón sobre el vandalismo en la UPNA sigue, sin visos de menguar, además. Me interesa comentar algunas ideas especialmente insidiosas que se están manejando:
1.- Los estudiantes no deben presenciar "ni siquiera ocasionalmente" estas cosas. Esa idea me parece peligrosísima. Como ya comentábamos hace unos días, el riesgo cero no existe, y su persecución, además de inutil, es una vía de recorte de derechos espectacular. En esa misma línea comenta el estudiante (que escribe un artículo de opinión titulado "acción, rección, repercusión) diciendo que "no se hace nada". ¿Qué se quiere hacer contra alguien que grita? Son muy listos y buscan siempre acciones que estén en la frontera entre lo que resulta molesto pero no puede considerarse delito. Buscan justo reacciones de cabreo poco meditado que les victimicen, reacciones como las que parecen reclamar tanto el editorial como el estudiante. ¡Les estáis haciendo el juego!
2.- "Pensar que alguien quiere atacar a esa institución es tan retorcido como inverosímil". Aunque se pretenda negar, no hay otra explicación posible. Verosímil lo es, y retorcido... no se quien es el retorcido en esta historia, la verdad.
3.- "... de los empeñados en ignorar o negar lo sucedido... en lugar de dirigir los esfuerzos a solucionar el problema". Lo sucedido ni se niega ni se ignora, se relativiza analizándolo con sentido común y sentido de la proporción: 20 o 30 actuaciones molestas (pintadas, gritos, amenazas, extintores vacíos y algún daño a mobiliario urbano); insisto, como tantas que ocurren en las calles de Pamplona. Y los esfuerzos para solucionar el problema se hacen, y de muchas formas, pero no con una represión desmedida ejercida por parte de las autoridades académicas, como (de forma "retorcida e inverosímil") parecen sugerir este chorro de extemporáneas declaraciones.
Y dicho esto, en los próximos 15 días (al menos) me retiro incluso del resumen de prensa de noticias de la universidad, que todo el tiempo que paso enardecido por estas bobadas de consumo local y miserable, no estoy trabajando en cosas verdaderamente útiles.
El culebrón sobre el vandalismo en la UPNA sigue, sin visos de menguar, además. Me interesa comentar algunas ideas especialmente insidiosas que se están manejando:
1.- Los estudiantes no deben presenciar "ni siquiera ocasionalmente" estas cosas. Esa idea me parece peligrosísima. Como ya comentábamos hace unos días, el riesgo cero no existe, y su persecución, además de inutil, es una vía de recorte de derechos espectacular. En esa misma línea comenta el estudiante (que escribe un artículo de opinión titulado "acción, rección, repercusión) diciendo que "no se hace nada". ¿Qué se quiere hacer contra alguien que grita? Son muy listos y buscan siempre acciones que estén en la frontera entre lo que resulta molesto pero no puede considerarse delito. Buscan justo reacciones de cabreo poco meditado que les victimicen, reacciones como las que parecen reclamar tanto el editorial como el estudiante. ¡Les estáis haciendo el juego!
2.- "Pensar que alguien quiere atacar a esa institución es tan retorcido como inverosímil". Aunque se pretenda negar, no hay otra explicación posible. Verosímil lo es, y retorcido... no se quien es el retorcido en esta historia, la verdad.
3.- "... de los empeñados en ignorar o negar lo sucedido... en lugar de dirigir los esfuerzos a solucionar el problema". Lo sucedido ni se niega ni se ignora, se relativiza analizándolo con sentido común y sentido de la proporción: 20 o 30 actuaciones molestas (pintadas, gritos, amenazas, extintores vacíos y algún daño a mobiliario urbano); insisto, como tantas que ocurren en las calles de Pamplona. Y los esfuerzos para solucionar el problema se hacen, y de muchas formas, pero no con una represión desmedida ejercida por parte de las autoridades académicas, como (de forma "retorcida e inverosímil") parecen sugerir este chorro de extemporáneas declaraciones.
Y dicho esto, en los próximos 15 días (al menos) me retiro incluso del resumen de prensa de noticias de la universidad, que todo el tiempo que paso enardecido por estas bobadas de consumo local y miserable, no estoy trabajando en cosas verdaderamente útiles.
6 comentarios:
Como usted dice en el último párrafo éste es el problema, que los docentes consideremos que trabajar en ésto no es importante. Hacer esto es mirar para otro lado ante los violentos y el equipo rectoral al que usted perteneció, con el Rector como máximo defensor, no lo hizo. Los estudiantes que han denunciado estos actos están jugándose mucho y usted debería apoyarlos, como el actual equipo rectoral; lo demás es mirar hacia otro lado y tener miedo ante los violentos; este es el Rector mas permisivo, solo hace falta ver cuánto tiempo duran los carteles de terroristas en el Aulario.
Curioso comentario para hacerlo de manera anónima, sinceramente.
Y no creo que éste rector sea más permisivo que otros.
En que los alumnos que se enfrentan pueden correr un riesgo estoy de acuerdo, si bien bastante menor que hace 5 años y no recuerdo que la gente se rasgase las vestiduras entonces.
Que razón tienes. Gracias
Sr. Naeros si usted no entiende el porqué del anonimato es que usted no apoya la lucha contra los violentos; hay mucha gente, y en la UPNA también, amenazados por esta gentuza. No condenar, sin fisuras, dichos actos es tolerarlos; da lo mismo que antes hubiera más o menos, el hecho es juridicamente delictivo antes y ahora; ahora, por suerte, parece que hay decisión de acabar con dicha violencia, como otros espacios que se están ganando para la convivencia. Lo que no sabemos nadie es la postura de este equipo rectoral.Si usted no ve qué pasa con los carteles en el aulario es que usted no se pasa habitualmente por allá. Si un miembro del equipo rectoral más combativo con los violentos considera que no hay que hacer "na", y no critica la pasividad, indica en qué se ha convertido la "oposición"... convertido
Estimado señor anónimo, lamento mucho que sea usted una persona amenazada por estos impresentables, fascistas, violentos y delincuentes. Mi solidaridad y comprensión (de verdad, desde la vivencia personal).
Pero aún así no me va a convencer de que todo lo que no es blanco es negro.
En cuanto este triste asunto deje de ser utilizado de la forma más miserable por unos políticos cortos de miras para fines inconfesables, estoy dispuesto a empezar a buscar fórmulas y a hacerle al equipo rectoral las propuestas y críticas correspondientes. Pero no antes. Este tema se está usando de forma obscena para lo que no es.
Sr. anónimo, acusarme de no apoyar la lucha contra los violentos por el mero hecho de cuestionar su condición de anónimo me parece una falta de respeto considerable.
Principalmente porque nunca he tenido ningún problema por posicionarme en estos temas en contra de quienes deciden amedrentar a sus contrarios ideológicos para conseguir sus fines. Y me han zarandeado y amenazado, cosas que no han cambiado el hecho de que no recurriera al anonimato.
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