Este curso se cambia el calendario académico en la UPNA, como en otras universidades. Es uno de los muchos asuntos que, sin tener nada que ver con el Espacio Europeo de Enseñanza Superior (alias Bolonia), se han colado con esa excusa. Y debe ser uno de los pocos sensatos.
Por fin desaparecen los exámenes de septiembre. Los datos que me sé con detalle son los del G9, pero son muy parecidos a los de cualquier estudio. En septiembre se presentan una décima parte de los estudiantes con opción a hacerlo, y aprueban una tercera parte de los presentados. Mantener estos exámenes, con el esfuerzo (costo) que suponen era un inmenso tributo a los malos estudiantes.
Un estudiante razonable aprueba sus exámenes en la convocatoria ordinaria salvo alguno, que se le ha quedado un poco escaso. Para ese estudiante es mucho mejor tener la convocatoria extraordinaria un par de semanas más tarde, de forma que pueda completar su estudio de las escasas materias suspensas y aprobarlas. Y luego unas vacaciones reales que permitan descansar para comenzar un nuevo ciclo.
Ahora bien, aunque el calendario de destino es el sensato, la transición no está exenta de problemas. Uno ha sido la brevedad del primero cuatrimestre, que ha perdido un par de semanas (entre el 10 y el 15%), y otro es el encadenamiento de "sábados" que estamos viviendo estos días, véase el calendario adjunto. Los días 7 y 8, 11 y 12 de enero se han quedado en nada: no son festivos, no son vacaciones de navidad, no son lectivos (?!) y no son de exámenes. Están rotulados del mismo modo que los sábados. A pesar de la dificultad de asignarles colorín, me temo que las vacaciones están finiquitadas.
Por fin desaparecen los exámenes de septiembre. Los datos que me sé con detalle son los del G9, pero son muy parecidos a los de cualquier estudio. En septiembre se presentan una décima parte de los estudiantes con opción a hacerlo, y aprueban una tercera parte de los presentados. Mantener estos exámenes, con el esfuerzo (costo) que suponen era un inmenso tributo a los malos estudiantes.
Un estudiante razonable aprueba sus exámenes en la convocatoria ordinaria salvo alguno, que se le ha quedado un poco escaso. Para ese estudiante es mucho mejor tener la convocatoria extraordinaria un par de semanas más tarde, de forma que pueda completar su estudio de las escasas materias suspensas y aprobarlas. Y luego unas vacaciones reales que permitan descansar para comenzar un nuevo ciclo.
Ahora bien, aunque el calendario de destino es el sensato, la transición no está exenta de problemas. Uno ha sido la brevedad del primero cuatrimestre, que ha perdido un par de semanas (entre el 10 y el 15%), y otro es el encadenamiento de "sábados" que estamos viviendo estos días, véase el calendario adjunto. Los días 7 y 8, 11 y 12 de enero se han quedado en nada: no son festivos, no son vacaciones de navidad, no son lectivos (?!) y no son de exámenes. Están rotulados del mismo modo que los sábados. A pesar de la dificultad de asignarles colorín, me temo que las vacaciones están finiquitadas.
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