domingo, 7 de enero de 2018

La malignidad de las malas gráficas

Me encuentro con esta gráfica que tuiteó Cifuentes el día de reyes (ver), y se me empieza a hinchar la vena... ¿Es una manía mía o hay razones para enfadarse? Intento responder esta cuestión en lo que sigue, ya pasado el calentón inicial.


En primer lugar la gráfica está mal por motivos técnicos. El principal, discutido hasta la saciedad, es la trampa de no empezar el eje vertical en el cero. Ese truncamiento del eje da una impresión muy equivocada de los datos. Sólo está justificado hacerlo en situaciones muy concretas y siempre avisando muy claramente de que se está haciendo. Más abajo hay una gráfica con los mismos datos con el eje completo y se puede apreciar la diferencia. Además, pra saber cuanto de significativa es esa variación habría que saber el margen de error de los datos. Dado que estos se obtiene de una encuesta, un muestreo, algún márgen de error habrá, y si fuera el caso de que rondara el 5%, (lo que no es tan raro para encuestas), casi toda la diferencia estaría en el márgen de eeror. Pero eso no lo sé seguro y no lo voy a buscar ahora.

Podría uno pensar que la elección de los ejes ha sido desafortunada pero inocente (de hecho el omnipresente MS-Excell pone "por defecto" unos ejes muy parecidos si le pides representar esos datos).



Lo que seguro que no es inocente es no representar los datos que de verdad hay. Si representamos los datos reales, los que se dan con números ( 8,7 y 7,75) en la misma escala, vemos que la altura de las barras es distinta. Lo es en los dos casos en un 10% aproximadamente, solo que en sentidos distintos en cada caso, acentuando el "mensaje" que se pretende dar. Véase gráficamente en la siguiente figura:




Tras este pequeño análisis podemos concluir que la gráfica es muy mentirosa: se trucan los datos y se representan en un formato engañoso de forma que se acentúe la impresión que pretenden los autores mucho más allá de lo que los datos en sí mismos soportan.

Pero volviendo al principio, ¿tan terrible es que nos mientan con gráficas? Ya estamos acostumbrados a que los políticos nos cuenten mentiras y "verdades alternativas" en formato léxico. Tan acostumbrados que de alguna manera ya lo descontamos cuando les escuchamos (por supuesto con el correspondiente sesgo de confirmación que hace que veamos pequeñas las mentiras de "los nuestros" y agigantadas las de "los otros"). Pero si algo puede hacer que la gestión de lo público (la Política con mayúsculas) mejore es precisamente la incorporación de evidencia, de datos, comparativas, análisis cuantitativos. Así que torturar datos para que confiesen lo que quiere el político (aquí con minúscula) es especialmente terrible, es un torpedo en la línea de flotación del avance de la política basada en la evidencia. Es por eso que me resulta tan repulsiva esta práctica.

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