El 14 de agosto de 1945, el día de la victoria sobre Japón (1), se tomó una famosísima fotografía que ha simbolizado de forma icónica la alegría de esa victoria. El autor fue el fotógrafo Alfred Eisenstaedt.
La enorme fama que alcanzó la foto ha dado lugar a multitud de reflexiones. Por una lado, visto con los estándares de hoy día, parece un gesto un punto machista, quizá hasta violento (ver, por ejemplo). Por otro lado, el que no se vea la cara de los individuos que se besan, ha dado lugar a que sean muchas las personas que se han arrogado tal protagonismo.
La ciencia no puede ayudar a dilucidar si el beso fue consentido o violentado, pero si puede arrojar alguna luz sobre los protagonistas del suceso capturado por Eisenstaedt. ¿Cómo? precisamente estudiando la luz arrojada por el sol en ese momento. La sombra de cada edificio de Manhattan en su entorno funciona como la sombra del gnomon de un reloj de sol, solo que ni diseñado ni mucho menos calibrado. Un profesor de astronomía de la Universidad de Iowa (Steven Kawaler) y sus colaboradores han estudiado las sombras que se ven en la foto, incluso construyendo una maqueta de la ciudad para precisar sus cálculos, y han concluido que la foto se tomó a las 5:51 pm. Han publicado su estudio en el número de Agosto de la revista Sky & Telescopes (que sorprendentemente está ya disponible en junio, eso si, al precio de 6$, ver aquí).
Una de las parejas que más ha insistido en ser los besantes (esta), y que luego se casaron y han mantenido la historia toda su vida, decía en el libro que publicaron que la foto se tomó a las 2:00 pm aproximadamente. Demasiado error para ser cierto.
Este tipo de análisis forense astronómico de obras de arte no es infrecuente. Dada la regularidad de los movimientos celestes y la extrema precisión con que se conocen hoy en día (y lo accesibles que están esos cálculos en múltiples aplicaciones informáticas), no es difícil saber, por ejemplo, las estrellas que se veían en el cielo cuando se hundió en Titanic. Ese cielo no es el que puso James Cameron en su película de 1997, por lo que fue muy criticado por Neil DeGrasse Tyson. Cameron aceptó las críticas y cambió el cielo en una versión posterior de la película.
Más especulativos son otras hipótesis, como la que propone que el cielo rojo del cuadro de E. Munch "El grito" se debe a que los cielos estaban muy rojizos en la época en que se pintó debido al polvo en suspensión que dejó la erupción de un volcán (ver).
Si el día de hoy es analizado en el futuro por algo llamativo del cielo que tenemos, lo será por la conjunción de Venus con Júpiter que tan llamativa en el oeste resultaba justo al anochecer, por que la preciosa luna casi llena es demasiado parecida a si misma cada mes como para resultar memorable.
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(1) La celebración oficial de esa victoria no se conmemora el 14 de agosto, sino el 2 de septiembre, que es cuando se firmó realmente la rendición.
Fuentes, además de las citadas a lo largo del texto:
La noticia original en el New York Times
La página de la Wikipedia sobre el V-J Day
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