Como trabajador del sistema educativo, en un día de llamamiento a la huelga general por la "Ley orgánica de mejora de la calidad educativa", no puedo obviar más algún comentario. En resumen, y reconociendo de antemano que no he leído el texto, me parece que hay razones más que suficientes para rechazarlo. A continuación enumeraré algunas, en orden de importancia:
1.- Los elementos básicos del estado deben estar lo más consensuados posible. El ordenamiento general de la educación es uno de los pilares del estado, cosa que se recoge en la necesidad de una ley "orgánica". Si estos elementos no están consensuados ocurre que cada cambio de gobierno se le da un bandazo. El resultado a largo plazo es el mismo, unos dan un tirón hacia un lado y otros hacia otro, con lo que el resultado neto es cero, pero cuanto más fuertes son los tirones más hay que sufrir para seguir en el mismo sitio. En ese movimiento pendular de la educación la LOMCE es el más brusco desde la transición, una muestra de ello es la absoluta falta de apoyo fuera del partido de la mayoría absoluta.
2.- El sentimiento religioso, con todo lo respetable que pueda ser de forma genérica, no debería cultivarse en las escuelas. Modelos de países tan poco "sospechosos" como EEUU o Francia son excelentes. En vez de avanzar en esa dirección, la ley avanza en la contraria. La falta de respeto legislativo al sentimiento no religioso, al ateo, me resulta intolerable.
3.- En mi visión de la educación, la escuela debe enseñar a vivir la realidad. Y la realidad ni está segregada por sexos ni tiene revalidas cada dos años.
Ya me conozco la narrativa que proclama el descenso permanente del nivel educativo que ha traído la falta de disciplina y seriedad derivada del folclorismo educativo que impuso la LOGSE, engendro progre y origen de todos los males de la sociedad actual, comenzando por la falta de aprecio por el esfuerzo y el conocimiento. Una narrativa sustancialmente falsa, basada en unos pocos datos sacados de contexto. Es la sociedad la que se ha reblandecido y no aprecia el esfuerzo y el conocimiento, como lo demuestran los mitos sociales al uso (no citaré ni uno solo), y eso se refleja en la escuela, sea cual sea la ley que la ordene.
Argumentar todas las cosas que he dicho antes con el nivel de detalle que me gusta (habitual en este blog podría decir pedantemente) sería muy muy largo, pero en días como hoy, de convocatoria de huelga, hay que posicionarse, para la justificación de esa posición tenemos todos los demás.
Para manifestar el descontento que, como antes he explicado, me produce la LOMCE la "huelga" me parece un mecanismo poco adecuado. Tampoco me siento cómodo con todos los compañeros de viaje que están descontentos con la ley, en algunos casos por razones muy distintas a las mías. Aún así, creo que debo manifestar el descontento con suficiente claridad, por ejemplo escribiendo este texto o asistiendo a las manifestaciones de amplio espectro que se convoquen.
Ya va siendo hora de trabajar por que deje de resultar envidiable la frase de Mark Twain "nunca dejé que la escuela interfiriera con mi educación".
PS. Esto no es un argumento, una cosa es una obra (la ley en este caso) y otra quien la firma, pero esta recopilación de perlas no tiene desperdicio: en El Diario
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