viernes, 26 de octubre de 2012

Sobre padres y profesores

Tras 19 años tratando con profesores de primaria, y esforzarme lo indecible por respaldares siempre (no como los de 2009 en el chiste adjunto), mi crisis de fe se desborda ya por las esquinas.

Este año además de las recomendaciones de entorno sobre la tarea de mi hijo (un espacio adecuado bien iluminado, etc.) nos han enviado directrices pedagógicas: un folio sobre cómo ayudarle a resolver los problemas de matemáticas (como leer el enunciado, ordenar los datos, etc.). Supongo que así podemos cerrar un círculo en el que los padres delegan en los profesores la formación de sus hijos y estos les devuelven el encargo convirtiéndoles en profesores auxiliares de matemáticas. Nos hemos vuelto todos locos.

Respecto de las tareas, a mi me parece que deberían no existir, al menos hasta muy mayorcitos. Y cuando existan, deberían tener como objetivo la adquisición de hábitos de trabajo independiente. El apoyo de los padres, más allá de recordarles que hay que hacerla y facilitarles las condiciones, es contraproducente para ese objetivo. Eso por no comentar la profundización en la desigualdad entre escolares de distintas familias (las que tengan padres más versados y las que menos). Y a mi que me gustaba el papel de ecualización social de la escuela...

En el fondo esas instrucciones han sido una gota que ha colmado un vaso que se llenaba ya a chorros, como los siguientes dos: 

(1) Cuando la huelga es "suya" bien que se pidió el apoyo de las familias, pero cuando la huelga la convocan las familias se sienten ofendidos (no detallaré concreciones de esa ofensa para evitar anécdotas hirientes, pero haberlas haylas)

(2) La atención a la diversidad de un niño que sabe mucho más inglés que sus compañeros (por razones casuales, pero de una evidencia arrolladora) es... ninguna. Si acaso aumentar la cantidad de ejercicios que tiene que hacer; o sea que si los ejercicios te aburren porque te resultan muy fáciles el premio es hacer muchos más, aburrirte más. La "justificación pedagógica" de esta desatención a la diversidad es que, como no lo sabe todo (inglés no es perfecto) siempre podrá mejorar algo con los ejercicio que ya están planteados.

Uno de los hechos que más me cuesta respetar es el de profesores y profesoras de la escuela pública que, como padres, mandan a sus hijos a las privadas (concertadas o no es indiferente aquí). Es decir que lo que quieren para ellos como trabajadores no es lo que quieren como clientes. Como trabajadores queremos una responsabilidad en el trabajo muy limitada, con descansos en la actividad que lo sean al 100% (en recreos, comedores, pasillos o guardias no somos "docentes", estamos en servicios mínimos de vigilancia). En cambio como clientes queremos que nuestro hijo esté profesionalmente atendido el 100% de su tiempo, incluyendo pasillos, patios y comedores. Como trabajadores queremos conciliar nuestra vida laboral y familiar con una comprimida jornada de mañana, como clientes queremos una escuela que nos ayude a conciliar con horario extenso... No sigo, la idea está clara. Es perfectamente legítimo querer lo mejor como trabajador y como padre... pero a mi no me entra en la cabeza que puedan ser dos cosas distintas. 

Es una verdadera lástima acabar con una sensación tan mala de un colectivo que está formado por personas maravillosas en su inmensa mayoría. No se como hemos conseguido ese (anti)milagro que el colectivo sea mucho peor que los miembros que lo componen...

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Actualización (27 oct 2012, 19:30). Veo que han puesto el artículo en Menéame (aquí). Hay algunos comentarios interesantes, aunque es un entorno que no me gusta mucho y en el que no voy a participar

10 comentarios:

Pía Valdés-Hevia dijo...

Hola Joaquín: Me llega por twitter tu entrada del blog. Estoy de acuerdo, solo la excelencia se logra gracias a las personas, no al colectivo. Y con respecto al inglés. En el colegio de ni hijo se exige un mínimo dominio en cuanto ingresan en primaria sin haber enseñando antes ni el hello. Los padres lo están pasando mal. Sin conocimientos en el idioma y sin dinero para reforzarlos extraescolarmente. Ya estamos pensando en crear un banco de tiempo para ayudarnos. Te dejo un vínculo sobre la enseñanza en Finlandia. Un saludo: Pía
http://javiermegias.com/blog/2010/03/finlandia-excelencia-en-la-educacion-clave-de-la-innovacion/

Iñaki dijo...

"No se como hemos conseguido ese (anti)milagro que el colectivo sea mucho peor que los miembros que lo componen...".

Oh, eso pasa siempre; en todas partes, en cualquier tipo de colectivo. Esto es un poco como la entropía: como mucho puedes aspirar a acercarte tanto al mínimo (de empeoramiento) que parezca que no empeora el colectivo.

¿Conoces ese dicho que dice que el cociente intelectual de un grupo es igual al cociente intelectual del más tonto dividido entre el número de miembros? A lo mejor no tan bestia, pero qué gran verdad... la masa embrutece.

Álex dijo...

Bueno,el análisis que haces me parece demasiado simple. A ver:

1.- No creo que sea una locura el que un profesor te envíe directrices sobre cómo hacer el trabajo en casa. Si el docente estima mandar actividades a casa sus motivos tendrá (los mismos que cualquier profesional de cualquier ámbito). El problema es que todo lo público, al no pagarse, "tiene que ser peor", de ahí la denigración actual hacia los profesionales de la educación o la sanidad. De ahí que todo el mundo se sienta con capacidad para cuestionar su trabajo y decirle qúe y cómo debe hacerlo (justo lo que haces en tu comentario). ¿Alguien se atreve a hacerlo con un economista? Evidentemente, no.

Las tareas a casa no sirven en su gran mayoría para nada a menos que sean para desarrollar cualquier aspecto mecánico. ¿Por qué? Pues porque entre otras cosas la coordinación entre familia y docente debe ser absoluta, de ese modo el niño la llevará a cabo del mismo modo que se le muestra en clase,y así será productiva. Por eso seguramente te manden orientaciones sobre cómo hacer el trabajo y no en el sentido de "delegarte la educación de tu hijo" como comentas en la entrada.

2.- La huelga es un derecho individual que no tiene nada que ver con un colectivo. Si has tenido algún problema con algún profesor sobre el tema y pretendes generalizarlo al colectivo es una absurdez sin sentido. Si yo hago huelga no pretendo el apoyo de las familias porque es una decisión individual, no colectiva. El proceso también es a la inversa. Si las familias deciden hacerla, pues a respetarla como una opción más.

3.- Si quieres que los niños estén atendidos en la escuela pública en la diversidad que muestran (como en el caso del inglés que comentas) lo que deberías hacer es exigir o luchar porque la educación esté valorada por los gobiernos como en otras partes del mundo. Si vieses cómo se lucha por ahorrarse un profesor desde las consejerías, lo que hay que rogar por cubrir bajas, los pocos recursos económicos y humanos que se encuentran en muchísimos colegios y los recortes que está sufriendo actualmente Educación por parte de estos gobiernos defensores únicamente de lo privado... ¿qué pretendes? Es evidente que la diversidad debe ser para todos igual pero el profesor en ese caso hace lo mismo que tú harías: en caso de tener que dedicar el tiempo disponible, hacerlo con los más necesitados. A menos que los recursos de los que disponga sean óptimos o adecuados, cosa que desde luego en la escuela pública no brillan por su presencia.

4.- Si te sorprende que un profesor luego meta a su hijo en la escuela privada es que no logras llegar a entender cómo funciona este proceso de denigración a lo público que se vive en la actualidad. Aquello por lo que no pagas es porque no será lo suficientemente bueno. Esa es una idea vendida y aceptada de un modo u otro, y ahí entra también la educación. Los profesores son personas como otras cualquieras y también son "educados" en esa creencia. No es una contradicción, es una simple consecuencia de un bombardeo continuo hacia toda la población: "¿quieres que esto funcione mejor? Hay que privatizar". A esa doctrina se añade los recortes vergonzosos. ¿Qué resultado esperas en la gente?

Un saludo,

Álex

ptarra dijo...

La diferencia entre el individuo y el grupo queda muy clara cuando piensas en fenómenos como el linchamiento.

Jesús dijo...

99.5 de acuerdo Joaquín.
Triste, triste. Esto se hunde.:-(

PS: Sobre "como hacerlo bien": http://kaizen-magazine.com/les-secrets-de-leducation-a-la-finlandaise-chaque-eleve-est-important/

Joaquín Sevilla dijo...

@Pía, que curioso que se pueda exigir un nivel a la entrada, no conocía casis así. Gracias por el enlace, el caso de Finlandia está estudiadísimo.

@Iñaki, en realidad era una pregunta retórica que, entre otras cosas, buscaba salvar a las muchas personas que no responden a los estereotipos que criticaba en el post. Por cierto, no conocía esa dicho sobre el CI, pero mola.

@Alex, gracias por tu comentario. En varios puntos ayuda a entender mis argumentos. Comentaré solo el primero, la idea de que los padres deben asumir con respeto reverencial la profesionalidad de cualquier docente, y que ese respeto elimina cualquier posibilidad de crítica. Me vas a perdonar pero no estoy de acuerdo en absoluto. Profesional y usuario de cualquier servicio se han de poner de acuerdo en el alcance de la actividad a desarrollar, de la profesionalidad se espera el cumplimiento de ese plan. P. ej. el peluquero y yo comentamos sobre el peinado, y una vez acordado, la ejecución es solo suya, pero sería absurdo pensar que solo él decida cómo he de llevar el pelo yo... o mi hijo. Exactamente ahí es donde muchos profesores se han confundido y, escudándose en una profesionalidad mal entendida, eluden la participación real de los padres en asuntos escolares que son totalmente de su incumbencia. (Por cierto, muchos padres hacen dejación de muchas de sus obligaciones en este campo, pero eso será tema para otro día)

@Pedro Como le decía a Iñaki, ese punto final era un tanto retórico ;-)

Gracias a todos por comentar. Un saludo

Juan dijo...

Como ya ha dicho Álex, creo que caes en una gran contradicción. Por un lado, criticas al profesorado por mandarte directrices sobre cómo educar a tu hijo, pero no tienes inconveniente en decirles cómo ellos -profesionales en su materia- deben hacer su trabajo. No es justo. El que tú te preocupes de forma activa en la educación de tu hijo no te convierte en un profesional de la enseñanza, del mismo modo que ser aficionado al fútbol no le convierte a uno en seleccionador nacional. Además, te recuerdo que muchos padres -la mayoría en centros públicos, desgraciadamente- simplemente pasan -poco o mucho, pero pasan- de la educación de sus vástagos.

Es normal que creas que tu hijo es excepcional y único, y que demandes una atención total hacia él. Lógico, es tu hijo. Pero ya que estamos sincerándonos, te diré un secreto: tu hijo no es excepcional. Único, sí, pero te guste o no es un alumno más. Un alumno más en un aula que en la mayoría de centros públicos supera los 30 niños.

Igualmente, ¿qué tienen que ver las huelgas?¿Cómo que no se apoyan las huelgas convocadas por las familias? Por favor, no extrapoles conductas particulares y locales a todo un colectivo a nivel nacional. Eso es menos justo aún.

Por último, ¿cómo te puedes decir que el profesorado elude la participación real de los padres? Mira, mi mujer tiene más de 150 alumnos a su cargo y es tutora de un grupo con 35 chicos. Dedica innumerables horas los fines de semana y los días laborables por la tarde en preparar clases y tutorías. ¿Y para qué? Para que luego a una visita de padres le vengan DOS madres. Qué fácil es hablar.

¿Pero sabes lo que más me fastidia? Que hables como si los males de la educación en este país fueran exclusiva de las etapas primaria y secundaria. Claro, la universidad española es modélica. Por supuesto, no existen los profesores universitarios escaqueados que no se preparan las clases, ni los enchufes en los departamentos. Claro que no, eso sólo es en primaria y secundaria. Por eso hay tantas universidades españolas en los rankings mundiales de calidad...oh, wait!

En definitiva, entramos en el círculo vicioso de siempre. La educación es una mierda --> la culpa es de los profesores --> denigremos y denostemos aún más al profesorado --> empeoremos sus condiciones laborales --> el fracaso escolar aumenta --> exijámosles que trabajen mejor y más tiempo por menos dinero --> volvamos al punto 1

Sigamos así, que vamos bien.

Joaquín Sevilla dijo...

Hola Juan, un par de puntualizaciones. Primero quiero comentarte que no hablo de la universidad en este post, pero en el blog, si te fijas, hablo muchísismo, y en general de forma muy crítica. Es que no se puede hablar de todo todas las veces.

Por otro lado, nunca he dicho que mi hijo sea excepcional, sólo diverso, distinto, como todos lo son. Pienso que "atención a la diversidad" no es un eufemismo para decir "ser bondadoso con los subnormales". Ni existe la normalidad (y por tanto la sub-normalidad) ni las necesidades especiales son objeto de caridad sino de derechos. Pero se olvida que todos los niños, aún sin "diagnóstico", tienen necesidades concretas de un tipo u otro, y la atención cuartelaria, homogénea y autoritaria no es precisamente atenta con la misma, ni siquiera profesionalmente digna. Es estupendo que en tu entorno próximo no conozcas ese tipo de casos. Yo también conozco muchos que no son así, pero otros muchos si lo son.

Entre "denostar" y "hacer (auto)crítica" hay un mundo. Lamento que no aprecies la diferencia.

Muchas gracias por comentar

Cayetano dijo...

Y luego estamos otros profesores, muchos, que trabajamos en la escuela pública y mandamos a nuestros hijos a la pública, porque creemos en ella y en nuestra profesionalidad. Este colectivo mío es como los demás. Hay de todo como en el gremio de los médicos, de los taxistas, de los policías...
Un saludo.

CARMENCA dijo...

Esto es como el vaso medio lleno o medio vacío, la escuela pública ha conseguido cosas muy buenas pero tiene otras muy malas (tampoco de eso se libra la privada-concertada).
Pero nos falta denunciar en los centros lo que no nos gusta.
Si somos docentes, a veces, por no meternos en broncas y si somos familia por no hacer daño a nuestras criaturas.
Y a mi también me sorprende que quienes enseñan en la escuela pública lleven a sus hijas e hijos a la privada, ¡se deben valorar muy muy poco!!!!