viernes, 12 de octubre de 2012

Aprendizajes en laboratorios de 5º de carrera

Llevo semana y media en el laboratorio con un grupo de 25 estudiantes de 5º de Ingeniería Industrial (una de esas carreras a punto de desaparecer comida por la "peculiar" reforma boloñesa). Hacemos prácticas de instrumentación industrial. Me está sorprendiendo su falta de iniciativa real. Son capaces de hacer las cosas complicadas que les pidas que hagan, pero no son capaces de imaginar cosas sencillas por su cuenta. Parece que la formación que han recibido en los 4 años anteriores les convierte en habilidosos laborantes, pero en absoluto en ingenieros (ni científicos ni nada parecido).

Seguramente este año me estoy sensibilizado con este problema debido a la toma mi conciencia sobre la importancia de que sea uno mismo el que defina como resolver un problema. No es una reflexión original, sino la incorporación al caso de lo que cuenta Dan Meyer. Pongo a continuación un vídeo suyo corto (4:15 m), hay más cosas suyas en la red (por ejemplo esta excelente charla en TED, su blog merece también un vistazo cuando menos)


Este año he cogido los guiones de las 4 prácticas que llevamos años haciendo y las he reescrito. Se han convertido en "experimentos", en los que disponen de un material y tienen que resolver una cuestión: calibrar un sensor, caracterizar una perturbación térmica, caracterizar una respuesta dinámica, etc.. Les he eliminado la explicación de las medidas que han de tomar (menos aún cuántas), las preguntas que teníamos en los textos para guiar el razonamiento, y toda la información superflua. Tras tomar conciencia de esta aproximación, me parece que esa información (la eliminada) es una guía infantil. Meyer tiene toda la razón, la realidad no tiene este tipo de pistas.

De momento tengo a los estudiantes cabreados, perdidos y preguntándome cosas que no les respondo ¡¡¡¿qué es exactamente lo que tenemos que hacer?!!!

Faltan varias semanas para saber como termina el asunto. En todo caso, el desarrollo de la experiencia me demuestra que lo estaba haciendo mal en años anteriores (y es un mal generalizado en mi Escuela, y probablemente en muchas otras). Le podemos llamar "competencia de resolución de problemas" en la jerigonza actual, o simplemente madurar, pero les hacemos un flaco favor a los estudiantes dirigiéndoles demasiado las tareas de laboratorio. Creo que es mejor que vean menos cosas y que resuelvan más.

Seguiremos informando.

PS. Por cierto, lo muchísimo que queda por aprender en esto de la enseñanza tras 25 años de profesión, y lo poco que se nota por ahí en "el colectivo"

6 comentarios:

Iñaki dijo...

"Creo que es mejor que vean menos cosas y que resuelvan más".

Amén. Sigue informando, sigue.

Anónimo dijo...

Desgraciadamente el mercado laboral demanda "habilidosos laborantes". La participación, el trabajo en equipo y la creatividad están mal vistos.

Pero, me quedo con el planteamiento abierto de los problemas, no siempre te van a dar toda la información.

Cristina dijo...

Me parecen más interesantes las prácticas como se han planteado ahora. Ahora hay que ver si no copian las de años anteriores.

Joaquín Sevilla dijo...

Iñaki, ya veremos cuando entreguen los trabajos, pero a medida que han avanzado las sesiones el personal va estando mucho más contento. Seguiremos informando.

Anónimo, aunque se busquen laborantes, la información no está completa casi nunca, y la habilidad de buscarse la vida creo que les evitará problemas futuros.

Cristina, de momento no se van a copiar, porque es el primer año. En futuras ediciones ya veremos. Por otra parte, al no ser demasiados, les conoces en el laboratorio, y yo creo que notaría copy/pastes excesivos.

Gracias a los tres

Anónimo dijo...

Hola Joaquín, lo primero enhorabuena por el blog!

Lo segundo... Yo era uno de esos alumnos hace pocos años (aunque no escogí tu asignatura en quinto) y estoy totalmente de acuerdo con tus conclusiones. No salimos siendo nada ni remotamente parecido a ingenieros. Podemos aprender a serlo una vez fuera de la universidad, desde luego que sí, pero es una pena y una frustración para los propios alumnos el hecho de terminar la carrera con esa falta de capacidades. Sobre todo porque, estando el sistema como está, el trabajo personal lo único que asegura es la superación de las asignaturas y la obtención de buenas notas. Salir siendo un ingeniero está, lamentablemente, fuera del alcance de la inmensa mayoría de estudiantes de la UPNa. Para lograrlo se requiere una motivación y una madurez personal que no se promueven en las aulas.

Me alegra mucho ver que profesores como tú os toméis la enseñanza más en serio, os informéis y forméis para intentar aplicar nuevas ideas y así mejorar la educación ofrecida. Ojalá tus compañeros empiecen a tomar ejemplo, y ojalá el conjunto de académicos de la universidad decida ponerse las pilas en este asunto, tomar la iniciativa y ajustar los objetivos de cada asignatura, curso y carrera.

Joaquín Sevilla dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Hace ilusión que se aprecie el esfuerzo, especialmente por parte de estudiantes... bueno, de ex-estudiantes también ;-)

Un saludo