Esta pasarela tan bonita cruza por encima de la gola de la albufera, uniendo el pueblo de El Perelló con el núcleo urbano del otro lado. Tras 11 años de servicio, la cerraron la semana pasada.
Desde que se fundió la primera bombilla se podía adivinar este estúpido destino. A un lado del puente el municipio es el de Sueca, y al otro el de Valencia. Para construir parece que si se pusieron de acuerdo, pero en cuanto se inauguró, ninguno de los dos lo asumió como propio, dejándolo morir poco a poco. La verdad es que no puedo asegurar mi sospecha de que no se ha hecho ningún mantenimiento en este tiempo (bombillas no se han cambiado, eso si), pero sin duda que suficiente no ha sido. Hace ya dos años que un informe alertaba sobre los problemas estructurales del puente. Finalmente, la Dirección General correspondiente ha instado a los municipios a cerrarlo. Ni siquiera para proceder al cierre se han puesto de acuerdo los dos municipios, y uno de ellos no ha cerrado su parte.
El coste de la obra en su momento fue de unos 650.000 €, aún pagado en pesetas, se abrió en 2001. La reparación que necesita ahora se estima en 300.000 €, aunque probablemente un mantenimiento más rutinario habría minimizado esta cantidad. Sea como fuere, no parece haber ninguna intención de proceder a repararlo.
Una pequeña muestra más que unir a los aeropuertos sin aviones y a los centros de investigación sin investigadores. Un ejemplo más de cómo se ha construido a tontas y a locas, sin asumir que lo que se construye es para ser usado (y obviamente mantenerlo). Una enorme estructura que iremos viendo desmoronarse y que, en esta esquina del mundo, nos recordará cada día la estupidez de está caterva de políticos incapaces.
(También es un buen ejemplo de lo ineficaces que pueden ser las administraciones locales, y los problemas que generan las fronteras, aunque sólo sean administrativas)
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