viernes, 3 de junio de 2011

Una charla con Patarroyo

El miércoles (1 de junio) tuvo lugar la entrega de los premios internacionales Príncipe de Viana. De los tres que hay, el que se otorga a la solidaridad recayó en Manuel Elkin Patarroyo. Desde la vertiente de la investigación solidaria, he tenido ocasión de coincidir con él unas cuantas veces, y de escuchar de primera mano su versión sobre muchas de las controversias en las que se ve sumido (como las del final de esta entrevista, esta entrada de Sonicando, o la reseñada en su entrada en la Wikipedia, entre otras). 

Ayer, dado que iba a comer con él, se me ocurrió pedir en twitter preguntas que poderle hacer, con la intención de pasárselas y que me las contestara. Y efectivamente, al acabar la comida encontramos un momento para charlar sobre el asunto. Más que una entrevista fue una conversación en la que yo tomé algunas notas para escribir esta reseña.

Empezamos por lo más peliagudo, la solicitud de @pflis de que contestara lo que de él dijo Pedro Alonso en una entrevista en Público. A mi también me hubiera gustado saber su opinión sobre algunos de los datos concretos que da Alonso en sus declaraciones, pero Patarroyo insistió en que quiere evitar a toda costa las polémicas, las series de declaraciones y contradeclaraciones, y muy especialmente con alguien que fue estudiante suyo durante 5 años. Tanto las de uno como las de otro son investigaciones en curso, y el tiempo dirá dónde concluyen y, obviamente, será una gran alegría para todos que cualquiera resulte exitosa.

Luego tenemos otra serie de preguntas (@Sonicando1, @Sonicando2, @Rob_Aguirre, @Acebron)que se contestan juntas en una explicación: Muchas veces se entiende mal la propuesta de Patarroyo, no se trata de una vacuna universal ni nada parecido, sino de una metodología, un proceso; como una recete de cocina que si se sigue, particularizada a una enfermedad, dará lugar a una vacuna para la misma. Los pasos principales de la receta son relativamente sencillos de entender: hacerse con muestras de las diferentes variantes que producen la enfermedad, analizar las proteínas externas (en general secuenciando parte del genoma) y buscar trozos comunes a todas ellas (o en su defecto a la mayoría, las más frecuentes o virulentas), una vez identificados sinterizar químicamente la molécula que selectivamente reconoce esas proteínas comunes y que es la base de la vacuna. Esta metodología se basa en las proteínas exteriores del patógeno, así que en principio es aplicable a muchísimas enfermedades, tanto bacterianas como víricas, más del 80%. Él en concreto trabaja con más de cuatro enfermedades de las que recuerdo la malaria y el virus del papiloma humano. Con ello pretende, no sólo obtener las vacunas, sino probar con casos concretos la validez de su aproximación analítica y de síntesis química al desarrollo general de vacunas.  El tiempo que se tarda en aplicar la metodología es largo, y no igual en todos los casos (la complejidad de lo que hay que secuenciar o la cantidad de cepas y su similitud pueden cambiar mucho), por decir una cifra: entre 5 y 10 años. Lo que le gustaría es que otros grupos de investigación, en otros lugares, también intentaran seguir la metodología propuesta para el desarrollo de otras vacunas. Sobre el titular "Formula para crear vacunas contra todas las enfermedades" opina que la palabra "fórmula" es malinterpretable, que en efecto el propone una metodología, un procedimiento (que requiere esfuerzo, dedicación y recursos) no una "fórmula mágica" que va a curar enfermedades en cuatro días.

Para terminar, sólo quiero recordar, ya al margen de la entrevista, que en esta ocasión no ha sido premiado por sus contribuciones a la ciencia, sino por su vertiente solidaria, por perseverar en hacer ciencia en un país donde uno no se la espera y por el compromiso decidido, incluso terco, de que los resultados de la investigación tienen que ser para todas las personas. Tanto trabajar en Colombia (en vez de en EEUU o Alemania) como su compromiso de universalidad de los resultados le han acarreado no pocas dificultades. Y a mi personalmente me duele que se ante todos esos valores, en lo que se haga hincapié es en que alguna de sus declaraciones no sea totalmente ajustada o que resulta demasiado "mediático"

15 comentarios:

Kaiserlich dijo...

Resulta difícil ser objetivo cuando tienes una relación más o menos cercana con alguien (por eso en los procesos de selección, uno ha de abstenerse cuando hay un conflicto de intereses). Pero, básicamente, se sabe desde hace mucho tiempo que el tema Patarroyo no tiene ningún sentido. Otra cosa es que cierta gente, que se siente cercana a él, esté dispuesta a defenderle contra todas las evidencias. Su credibilidad científica hace tiempo que está en entredicho, pero él es listo y conoce el sistema y sabe coómo presentar sus datos para mentener las apariencias. Lo de haberle concedido un premio que no es científico, sino "solidario" es un triste arabesco lateral (pero más falso que su falta de consistencia).
Es una lástima que quienes tanto hacen por el pensamiento crítico, también caigan en la superchería. Pero es disculpable, somos humanos.

Joaquín Sevilla dijo...

Sin duda que la proximidad disminuye mucho la objetividad. Nunca he escondido mi relación ni pretendo hacer un juicio serio sobre un tema (la inmunología) que desconozco.

Por cierto, si que me gutaría leer una crítica seria, con datos, de la falta de credibilidad científica y de la falta de consistencia de su solidaridad; por aquello de ir forjándome una idea más objetiva.

Muchas gracias por comentar.

Kaiserlich dijo...

Yo creo que la historia es sobradamente conocida y resulta difícil realizar un resumen de urgencia, pero básicamente:
(1) Él realiza una serie de contribuciones interesantes en el campo de la química estructural, con un impacto potencial en la inmunología y, en concreto, en la lucha contra la malaria.
(2) Estas contribuciones llevan a un grupo de investigadores y sociedades científicas a proponerle como candidato al Premio Píncipe de Asturias, que, finalmente, consigue.
(3) Desafortunamante, la puesta en marcha de la vacuna resulta infructuosa por su bajo índice de éxito.
(4) Aquí comienza el reverso oscuro de la historia: Comienza a aludir a teorías conspirativas culpando a las multinacionales de su fracaso.
(5) Dona la patente de su vacuna a la OMS, lo que le sirve para justificar su afán solidario, pero no parece haber constancia de la renuncia a ofertas reales.
(5) Su gobierno amenenaza con retirarle su apoyo financiero (ya que su laboratorio consume la inmensa mayoría de los recursos de investigación del país y no produce nada "tangible", pese a las promesas iniciales).
(6) Él comienza un despliegue mediático por España, con el fin de asegurarse su supervivencia (y la de su familia), en el curso de la cual capta para su causa a varios rectores no demasiado informados.
(7) Varios de sus proyectos han recibido un rechazo frontal por ser meras especulaciones no basadas en resultados reales.
(8) La inmensa mayoría, si no todos, los que le apoyaron para la obtención del Premio Príncipe de Asturias han mostrado su decepción por haberse equivocado con aquella propuesta inicial y que ha servido de plataforma mediática para mantener algo que, en un momento determinado, pudo suponer una esperanza y que, hoy día, se considera inviable.
(9) El ha continuado publicando y sus datos bibliométricos son públicos. De eso no hay duda. Lo que se discute es el valor real de estos resultados y la "venta" que él hace de los mismos, incluido su victimismo.
(10) Cuando se comunicó el premio, anunció un "bombazo" en los días siguientes. Este resultó ser una publicación, en una revista de revisiones de Química (con mucho impacto), de "más de lo mismo". Una vez más, sin pasar el filtro de la inmunología (que es lo relevante en vacunas, no la química sintética).
No deja de ser una lástima. Todos estaríamos encantados si sus propuestas fueran ciertas. Sin embargo, parece que la realidad es más tozuda. En los círculos científicos cercanos a las vacunas, hace tiempo que perdió su crédito. Es cierto que no ha recibido el premio por esto, sino por su solidaridad. Parece que la misma está basada en la cesión a la OMS de una patente sin valor y la renuncia, no confirmada, a una determinada cantidad de dinero.
Supongo que aquellos que le propusieron y aquellos que, finalmente, le adjudicaron el premio tendrán otros criterios.

Joaquín Sevilla dijo...

Gracias por la información. Obviamente tenemos puntos de vista distintos sobre las "teorías conspirativas", pero no es algo a lo que vaya a dedicar una línea. Eso es lo que alimenta el mal rollo del que solo se saldrá si hay suerte y algún resultado científico resulta exitoso

Kaiserlich dijo...

No sé si tenemos puntos de vista distintos sobre las teorías conspirativas o no. Yo, en particular, no suelo acudir a ellas. Pero él sí ha sido muy explícito en este tema y esa apelación es lo que le ha hecho ganar esa imagen de "solidario" lo que al final, en gran medida, supongo, le ha hecho ganar este premio. Curioso, cuando menos.

Joaquín Sevilla dijo...

A lo que me refiero es a que he tenido ocasión de ver con mis propios ojos algunos hechos acojonantes. Ni mucho menos todos de los que él habla, pero si algún episodio concreto entero. Ese caso para mi no es una "teoría" porque lo viví en primera persona y tuve en mi mano faxes e informes. Pero mi palabra no lo hace dejar de ser una teoría para ti o cualquier otro.

Y desde luego lo que no merece la pena es dedicarse a ese tipo de investigación forense. Si el método funciona habrá vacunas efectivas, y eso redimirá lo que sea. Y si no salen vacunas efectivas la imágen de charlatán, fuera cierta o no, será ya permanente y global.

Con tiempo, tranquilidad y unos recursos razonables saldré (saldremos) de toda duda.

Kaiserlich dijo...

Ah, claro! Si el progreso de la ciencia depende de informes de circulación restringida y no de la información pública, me rindo.
Pero no creía que este era el "leit motiv" de este blog. Y, claro, las apreciaciones sobre el pensamiento crítico, también me resultan un tanto crípticas. Siento haberme confundido.

Joaquín Sevilla dijo...

No te enfades, sólo quería explicar porqué yo sí doy crédito a lo que a otros les pueden parecer taorías conspirativas. Y también quería dejar claro que da igual lo que yo piense a ese respecto, sino que es el avance de la ciencia contrastada el que dirimirá las controversias.

Joaquín Sevilla dijo...

Seguramente me había explicado mal :-(

Anónimo dijo...

De acuerdo con Lookingfor y con la literalidad de lo transcrito de otro artículo de este blog:

"Me parece grave que se preste el prestigio de la institución universitaria a actividades que, sin entrar ahora a juzgar desde otros puntos de vista, no tienen ningún respaldo científico"

Joaquín Sevilla dijo...

Querido anónimo, no se puede decir que no tenga "ningún respaldo científico" alguien que tiene cientos de publicaciones en las mejores revistas internacionales y que recibe 400 citas al año.

Vale que no te caiga bien, que creas que su aproximación científica no la mejor o que pienses que vende más d elo que hace, pero científico si que es.

Anónimo dijo...

Estimado Joaquín,

me cae bien Patarroyo, no tengo ninguna animadversión personal hacia él. Al contrario. Somos muchos los que nos alegraríamos de que un científico colombiano hubiera acertado con la vacuna contra la malaria.

Pero los hechos son concluyentes: la vacuna no funciona. Cuando -parafraseándote- hablo de falta de evidencia científica, me refiero a los ensayor realizados con la vacuna. En sí mismo eso no es nada malo, ya que al éxito sólo se llega a través de repetidos fracasos.

Lo que personalmente me preocupa es que en vez de reconocerlo, se fomente el victimismo y la "teoría conspiranoica". Y que personas con criterio y formación no sepan/quieran separar el polvo de la paja.

Porque todo esto tiene muchas repercusiones, incluso económicas para la investigación. El modelo se está extendiendo y en estos tiempos difíciles nos toca ver el victimismo en investigadores mediáticos, aunque sus promesas iniciales no tengan reflejo en la realidad.

Joaquín Sevilla dijo...

Siempre que la aproximación sea científica y seria (no me refiero a echadores de cartas o cosas parecidas) no es nada fácil separar el grano de la paja, de hecho sólo con tiempo (y método científico) se acaba sabiendo que idea aventurada era errónea y cual una genialidad. Y hasta que pasa ese tiempo la idea puede pasar por momentos altos y bajos de imagen pública.

Yo tuve la suerte/ desgracia de vivir la fusión fría en primera persona y, claro, ahora es fácil hacer juicios, pero en el momento no. También es verdad que si uno se pone siempre en el lado más conservador posible nunca se verá salpicado por estos errores, pero así el avance científico siempre se limitará a lo predecible, a lo obvio.

Sobre este asunto de la investigación arriesgada escribí aquI: http://joaquinsevilla.blogspot.com/2008/10/hiptesis-mdicas-aventuradas.html

Entiendo perfectamente tu postura y la de Lookingfor, pero a mi me gustaría conceder un par de años más (o 3 o 4) antes de dar esa vía por completamente improductiva.

Anónimo dijo...

!"Pero los hechos son concluyentes: LA VACUNA NO FUNCIONA. Cuando -parafraseándote- hablo de falta de evidencia científica, me refiero a los ensayor realizados con la vacuna. En sí mismo eso no es nada malo, ya que al éxito sólo se llega a través de repetidos fracasos."

Normalmente no escribiría de algo que se comentó hace seis meses, pero me pareció muy categórica una afirmación que leí y resalté en mayúscula sobre la nueva vacuna de Patarroyo (llamada COLFAVAC). Nadie puede afirmar que no funciona, ya que hasta ahora no se han iniciado las pruebas en humanos (Julio del 2012). Las pruebas en monos muestran una eficacia cercana al 100%, lo cual debe ser verificado en ensayos en personas usando mosquitos infectados, así que antes de descalificarla, por lo menos démonos el chance de esperar por los resultados.

Con respecto a la RTS, en mi humilde opinión, tal cual sucedió con la spf66, debe ser descartada y nuevos compuestos deben ser investigados. Su supuesta eficacia (que ronda el 40%) no supone ausencia de parásitos en la sangre; mas bien reducción de su concentración volumétrica.

Joaquín Sevilla dijo...

Gracias por su opinión