Hoy día hay un jubilado por cada cinco personas en activo; para el 2050 se prevé una relación uno a uno. Entre las muchas cosas para las que este simple dato exige preparase es el cuidado de los ancianos. Si cada jubilado necesitase un cuidador... no habría gente para nada más.
En 2005 un estudiante, preocupado por las muertes de ancianos solos que un verano anterior había causado una ola de calor (especialmente en Francia) decidió dedicar su proyecto final de carrera a intentar mitigar este problema. Inspirado en la fuerte "adicción" de los adolescentes al Messenger, se planteo el desarrollo de un sistema que, con la terminología hoy, denominaríamos como una red social específica para ancianos y orientada a mitigar la soledad. El trabajo fue excelente, no lo describiré ahora, pero era multifuncional y estaba basado en un estudio de campo (con gerontólogos, psicólogos, cuidadores y usuarios) muy completo. El sistema lo denominó "Videochat".
Nos desvivimos por ponerlo en marcha, pero rozamos con grandes consorcios de empresas, fundaciones y otros organismos que "ya están trabajando el tema con seriedad". Es cierto que hay unos cuantos proyectos encaminados a "explotar el sector emergente de a atención a la tercera edad". Hay variantes basadas en la TDT, variantes basadas en hardware dedicado, centradas en la atención médica, en la teletienda de medicinas... Mi tendencia anticonspiranoica me hace difícil creerlo, pero la explicación más sencilla de la imposibilidad de ponerlo en marcha es que nos lo impidieron poderosos competidores. Competidores en potencia, porque años después aún no hay nada en explotación. Un sistema basado en ordenadores inespecíficos e internet y orientado a mitigar la soledad no es negocio. Y ese no-negocio podría ser una brecha en el enorme pastel que algunos calculan y para el que se están preparando.
Estos días se ha publicitado un sistema de la Universidad Jaume I de Castellón, denominado Mayordomo (ver I y II), que va en esta línea de actuación. Evalúa el estado anímico y ayuda a remontar malos momentos. Al igual que nuestro Videochat, su primer banco de pruebas lo encuentra en las residencias. No es la misma idea, pero tiene muchas similitudes y me ha recordado esta hitoria antigua que he esbozado antes.
Espero que a estos colegas de Castellón les vaya mucho mejor. Y espero también que esta transformación social que supone el envejecimiento de la población sea una oportunidd para vivir mejor y que la incorporación al mismo de la tecnología necesaria no esté exclusivamente guiado por la maximización del beneficio económico (de algunos).
La foto de aquí
En 2005 un estudiante, preocupado por las muertes de ancianos solos que un verano anterior había causado una ola de calor (especialmente en Francia) decidió dedicar su proyecto final de carrera a intentar mitigar este problema. Inspirado en la fuerte "adicción" de los adolescentes al Messenger, se planteo el desarrollo de un sistema que, con la terminología hoy, denominaríamos como una red social específica para ancianos y orientada a mitigar la soledad. El trabajo fue excelente, no lo describiré ahora, pero era multifuncional y estaba basado en un estudio de campo (con gerontólogos, psicólogos, cuidadores y usuarios) muy completo. El sistema lo denominó "Videochat".
Nos desvivimos por ponerlo en marcha, pero rozamos con grandes consorcios de empresas, fundaciones y otros organismos que "ya están trabajando el tema con seriedad". Es cierto que hay unos cuantos proyectos encaminados a "explotar el sector emergente de a atención a la tercera edad". Hay variantes basadas en la TDT, variantes basadas en hardware dedicado, centradas en la atención médica, en la teletienda de medicinas... Mi tendencia anticonspiranoica me hace difícil creerlo, pero la explicación más sencilla de la imposibilidad de ponerlo en marcha es que nos lo impidieron poderosos competidores. Competidores en potencia, porque años después aún no hay nada en explotación. Un sistema basado en ordenadores inespecíficos e internet y orientado a mitigar la soledad no es negocio. Y ese no-negocio podría ser una brecha en el enorme pastel que algunos calculan y para el que se están preparando.
Estos días se ha publicitado un sistema de la Universidad Jaume I de Castellón, denominado Mayordomo (ver I y II), que va en esta línea de actuación. Evalúa el estado anímico y ayuda a remontar malos momentos. Al igual que nuestro Videochat, su primer banco de pruebas lo encuentra en las residencias. No es la misma idea, pero tiene muchas similitudes y me ha recordado esta hitoria antigua que he esbozado antes.
Espero que a estos colegas de Castellón les vaya mucho mejor. Y espero también que esta transformación social que supone el envejecimiento de la población sea una oportunidd para vivir mejor y que la incorporación al mismo de la tecnología necesaria no esté exclusivamente guiado por la maximización del beneficio económico (de algunos).
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