Un año más, y van tres, se ha celebrado “Ujué, estrellas, ciencia y migas”, un curso de verano de la UPNA que se desarrolla en el precioso pueblo Navarro de Ujué. El curso tiene tres tipos de actividades distintos: charlas, talleres (tipo ciencia en el bar) y observación de estrellas y perseidas. Al plantel de conferenciantes este año se unión Miguel Santander, y repitieron María José Borja y Tomé, Gracia Rodríguez Calderot y Manuel Seara Valero. Preciosa la sala, dentro de la iglesia fortaleza de Ujué, pero con una acústica mejorable.
Para la parte de Ciencia en el Bar repetimos Javier Armentia y yo, con dos talleres distintos que pretendíamos que estuvieran adaptados a los entornos de cada día. El primero, en el interior de un bar (pastas Urrutia) se titulaba Ciencia con Sentido(s), y es la versión de bar de la charla que dimos en Naukas Pamplona. Comenzó con unos comentarios sobre los sentidos que tenemos para pasar a un par de “ilusiones” con el sentido del gusto, un aceite que sebe a otra cosa gracias a unos “polvos mágicos” y la explosión de sabor del chocolate tras masticarlos con la nariz tapada. Nos quedó para otra ocasión (en un entorno menos lioso) la nariz de pinocho. Pasamos después a la explicación demostración de la escala logarítmica que incorpora nuestra percepción auditiva de las frecuencias. También hicimos la audiometría colectiva que resulta tan sorprendente para los no tan jóvenes. Y para terminar con el oído, algunos clips del famoso Laurel / Yanni tan viral en internet en los últimos meses. Terminamos con unas ilusiones visuales, y con la versión manipulativa de la ilusión de Jastrow, siempre tan impresionante.
El taller del segundo día tuvo lugar en la calle, en la entrada del mesón las Torres, y se titula Cosas del Cielo (así en el cielo como en la tierra) y comienza con la anécdota del amanzana de Newton, que según la leyenda le iluminó el momento eureka en el que se dio cuenta de que la manzana y la luna se mueven debido a la misma fuerza, la de atracción gravitatoria. Luego pasamos a ver tamaños y distancias astronómicas en proporción. También a dibujar la sombra de una farola para tomar conciencia de cuanto se mueve realmente en unos pocos minutos. Utilizamos unos giróscopos para entender mejor la rotación de los cuerpos celestes y terminamos con algunas experiencias para poner de manifiesto la existencia y efectos de la atmósfera de la tierra que, lógicamente, compartirán otros cuerpos con atmósfera. Hacía calor, el personal buscaba la sombra y, salvo unos pocos niños, la participación activa fue escasa, no como en el bar del día anterior que fue mucho más entusiasta. Cosas del directo.
Es verdaderamnete el esfuerzo que hace el oranizador, Humberto Bustince, ujuetarra de pro, por llevar una actividad cultural tan chula a un pueblo tan pequeñito (menos de 100 habitantes en invierno). La respuesta es muy buena también, el porcentaje de habitantes del pueblo que acude a las actividades pasa del 50%. Especialmente atractiva es la observación de las perséidas (y aya de paso del cielo en general), que guían tan bien las genes del Planetario y de Astronavarra.
Parece que se consolida esta iniciativa, así que, si no se turce nada, para las perséidas de 2019 repetimos.
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