En ocasiones anteriores he participado como voluntario en torneos locales (Navarros) de la First Lego League, he escrito en este blog mis impresiones (1, 2). Hoy comienza la fase europea, que tiene lugar precisamente en Pamplona este año (ver página del evento). Curiosamente no he tenido noticia de la organización, y mi primera impresión ha sido: "mejor, un marón menos".
En esto que veo un animoso tuit de la cuenta de la sede sobre el ambiente de los equipos a la llegada y pienso en acercarme a echar un vistazo. Y ahí empieza mi sorpresa, al mirar en la página web resulta que está el aforo completo, y que lo han vendido a la módica cantidad de 90€ la entrada simple y 250 la premium (ver imagen adjunta, que es un pantallazo de la página del evento). Se me ha quedado una cara de idiota impresionante, una sensación de haber hecho el primo prestando mi tiempo en las ediciones locales que no me cabe en el cuerpo.
Desconozco los detalles organizativos, pero no hace falta; para tener un juicio con los datos públicos basta. Esa sede que se ha llenado es Baluarte, el centro de congresos y espectáculos de mayor aforo de Pamplona. Puede que sea mentira que se haya llenado, lo que diría poco de la organización, pero puede que sea verdad, lo que diría aún menos. ¿Hay varios cientos de personas de Navarra que han pagado 90€ por ver ese espectáculo? Me cuesta muchísimo de creer. Entonces quizá se ha llenado con los visitantes de fuera, en este caso ¿estos pagan o no pagan? Por otro lado, en las fases locales se tiraba de varias decenas de voluntarios para hacer de jurado (trabajadores de empresas tecnológicas, profesores de universidad, de instituto). Si no se ha contado con ellos ¿No será que los jurados de esta edición están contratados para el evento? No se me ocurre otra forma de conseguir el número de personas que hacen falta (añadiéndole además el requisito de soltura en inglés).
En resumen, que la organización se ha puesto estupenda y se ha subido al Olimpo de la exquisitez: Que cueste lo que tenga que costar, será por dinero. Una actitud con una apariencia (cuando menos) de papanatismo por un lado ridícula y por otro antagónica con los valores que se supone que defiende la FLL. Va a ser que esos valores se han quedado en declaración de intenciones vacía.
No quiero saber ni qué personas están detrás, ni las cuentas del asunto ni quien paga en última instancia. A partir de ahora a no perder ni un minuto más en esta aproximación chusca y a dedicar los esfuerzos al verdadero valor de la programación y la robótica educativa, que es fundamental.
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