La inversión estatal en I+D comenzó a descender en 2009 y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Es un hecho bien conocido y que ha generado ya multitud de protestas, individuales, colectivas, nacionales e internacionales. No es para menos, pero no es lo que nos ocupa ahora.
Los sistemas de Ciencia- Tecnología- Sociedad (CTS), como se les suele llamar, no son sencillos. Tienen diversas entradas (dinero, personal joven, personal maduro, colaboraciones, etc.) y diversas salidas (artículos, patentes, personal formado, etc.). En una primera aproximación, simplista por otra parte, se puede considerar el dinero invertido como entrada principal y el número de publicaciones como salida principal. De forma más simplista aún, podríamos pensar que la relación entre una y otra sería más o menos lineal. Por eso sorprende ver los dos primeros gráficos de la figura adjunta. Proceden del informe de situación sobre la ciencia española FECIT13, recopilados por @hebusto que los puso en twitter.
El aumento en el número de artículos científicos es llamativo, y especialmente interesante que esos trabajos van siendo progresivamente más importantes en el contexto de la ciencia mundial, al menos cuantitativamente, dado que el porcentaje de participación en la ciencia mundial crece también de forma continua. Sorprendentemente ese crecimiento no parece verse afectado por el enorme descenso en los ingresos destinados a la ciencia. Sin duda es esperable una cierta inercia. Los artículos que se publican hoy se enviaron hace unos meses, y se escribieron con resultados de unos meses antes, obtenidos con equipamiento que se compró antes aún. Por tanto, si se corta la cadena en la parte de comprar equipos, se tardará tiempo en que se nota la merma en los artículos publicados.
En vez del número total de artículos publicados, que es un indicador de productividad bruta se puede considerar qué porcentaje de los artículos más citados del mundo proceden de centros españoles, dato que es indicativo de calidad, de excelencia. Este dato, concretando al 10% de artículos más citados del mundo, es el que se representa en la tercera gráfica de la figura. Está tomado del artículo publicado por Materia sobre el tema, y ellos a su vez lo obtienen de los datos publicados por el prestigioso grupo de investigación Scimago. En esa magnitud si que se aprecia un descenso que comienza prácticamente a la vez que el del dinero.
Aunque habría que estudiar más el tema, parece que los datos apuntan a que en la investigación de máxima calidad, la dependencia de la financiación es mucho más inmediata, y que apenas hay inercia. En cambio en la investigación en su conjunto, la inercia se extiende más allá de los 4 años.
Quizá el estimador de calidad que se ha escogido (el % de participación en el 10% de la ciencia más citada) sea un poco rebuscado, no lo se. Habría que corroborar la hipótesis con otros indicadores de calidad. Por cierto, si dejamos de lado la evolución temporal y nos fijamos en el número absoluto, resulta muy llamativo. En el total de la ciencia mundial, la producción española representa el 3% en 2009, mientras que entre la mejor ciencia mundial, representa el 12%. Parece concluirse que la calidad promedio de la ciencia española es particularmente alta; cuando menos sorprendente.
En cualquier caso, esperemos que la destrucción de la financiación de la inversión pública en ciencia concluya de una vez y revierta pronto su tendencia.
PS. A partir de la publicación de las primera figuras por parte de @hebusto, el 26 de julio, mantuvimos una interesante conversación en tuiter sobre el tema con @Victordom, @emulenews, @spidermanzano y @eulez. Ya entonces, @emulenews avanzaba la hipótesis de que la cantidad de trabajos no reflejaría demasiado (probablemente nada) el descenso de financiación, pero si la calidad. Hay que reconocer que estos datos apoyan su hipótesis original.
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