viernes, 22 de febrero de 2019

Fraude, salud mental y masculinización... Conecting the dots


Tratandose de ciencia sería necesario hacer estudios que lo confirmasen, pero observando determinadas tendencias de la ciencia actual aparece una hipótesis de forma inmediata. Los síntomas son:

- La mitad de las mujeres que se dedican a la ciencia la abandonan tras su primer hijo (ver en Nature)
- La salud mental de los estudiantes de doctorado es peor que la de otras personas de edad similar en otros trabajos estresantes (ver en Nature o en Science)
- El aumento del fraude científico, retracciones, irreproducibilidad, etc. (ver en Science)

Los dos primeros hacen referencia a los científicos como personas y el tercero a la ciencia como producto, como conocimiento generado. Este útimo ha generado su controversia y los estudios que hablaban de una aumento espectacular del fraude (de hasta 10 veces) hace casi 10 años se han puntualizado bastante, pero aún así creo que no hay duda de que hay un porblema de mala praxis científica significativo.

¿La cuasa común? Publish or perish, be highly cited or perish.

Lo malo de esa frase no es la parte de publicar o ser citado, sino el castigo por no conseguirlo de forma suficiente. La frase "publicar o perecer" la hemos leído muchas veces quizá sin pensar que el castigo para los que no llegan (llegamos) a pasar el listón es inmisericorde. No se trata de que no asciendas, tu sueldo suba poco, no consigas entrar en buenos proyectos... es "perecer", ser expulsado, abandonar la actividad.

En un momento histórico en que la ciencia es más importante que nunca (o tanto como siempre, pero seguro que no menos) no se puede exprimir a los científicos como naranjas de zumo. Bueno, sí se puede, pero lo que ocurre entonces es que muchos (y sobre todo muchas) abandonen, y en los que no lo hagan se resienta su salud mental o ética (o ambas).

Esta realidad se compadece muy mal son el llamamiento al "fomento de vocaciones STEM", un mantra cada vez más institucional y extendido... O quizá sí que se entiende, ya que no va a haber incentivos de verdad (sueldo, condiciones laborales apetecibles, etc.) tenemos que alimentar inventivos internos, "vocaciones". Que las personas sientan la llamada y se lancen a la tarea aun cuando no sea una opción racionalmente sensata. Claro que nadie de las personas que conozco que trabajan para aumentar el interés por la ciencia (y más aún en mujeres) lo hacen con esta visión tan malvada, pero sistémicamente es lo que estamos haciendo entre todos.

Quizá tendríamos que empezar a hablar del elefante en la habitación de la creación científica...


6 comentarios:

Ambros dijo...

Creo que se suman dos problemas paralelos, ambos importantes. Muchas carreras científicas y tecnológicas han dejado de ser atractivas porque el tremendo esfuerzo que implican no es reconocido ni valorado. Buscando ejemplos locales, conozco jovenes que prefieren trabajar en la linea de producción de una gran empresa local de automoción antes que ser ingenieros en la misma. Se inician con sueldos superiores gracias al convenio, la presión es menor y siempre tienen la opción de formarse en un futuro aunque pocos lo hacen. En el campo de la ciencia entiendo que es un problema similar.

Y junto a eso, la ciencia y la tecnología empieza a ser unos desconocidos para mucha gente. Personas que podrían disfrutar enormemente pero no están expuestos ellas más allá de la escuela y sus limitados contenidos. Y es fácil ver, que sería muy dificil tener grandes deportistas olimpicos si solo acudiesen a clases de gimnasia en su colegio. La red de promoción de cualquier deporte "minoritario" como el atletismo con clubs, asociaciones, frecuentes carreras y actos públicos es muy superior a las actividades de promoción de cualquier rama de la ciencia. Creo que darles esa oportunidad es positivo.

Al final, hagas lo que hagas, habra quien logre sacarle provecho económico. Pero la alternativa creo que es peor.

Joaquín Sevilla dijo...

No es que quiera desalentar los programas de visibilización de la ciencia en jóvenes (especialmente chicas), pero creo que el problema no está ahí, sino donde dices al principio. Aún sabiendo lo que es y gustándote mucho, es una carrera endiablada, qué te voy a contar a ti que no sepas de primera mano, super precaria, con sueldos bajisimos, con una presión por la productividad enorme... Entre quienes empiezan (de uno u otro modo) la tasa de abandono es enorme. No se trata tanto de atraer a la entrada como de cuidar (siquiera sea un poquito) a los que entran.

Desde la segunda guerra mundial hasta 2008 (por poner un año) los presupuestos de ciencia de España (y me vale igual para EEUU) nunca pararon de crecer en números absolutos. A ritmos variables en tantos años, pero siempre había un crecimiento muy superior al de otros sectores. En esas condiciones la extraña manera de comenzar esa carrera profesional (con un "doctorado" de estructura medieval, un destierro - post doc- y retorno precarios) se perpetuó porque, al menos, si completabas la ginkana había plaza casi seguro, la generaba "el crecimiento". Pero cuando finalmente ese crecimiento ha parado (y de qué manera, por cierto) nos hemos quedado con algo insostenible, como el tipo de cosas de los tres estudios que enlazo en el post...

Ambros dijo...

Si, la parte de cuidar a las nuevas incorporaciones es muy importante. Si tienes menos de 30 años, o te has quedado en paro y tienes que reengancharte, las opciones son limitadas y las condiciones complicadas. Lo que no tengo claro que el problema este limitado al ámbito de ciencia e ingeniería, me temo que es más general. Mantener un salario estable o una pensión se han convertido en un "lujo" que las nuevas generaciones no pueden conseguir.

Miren @MirenBego dijo...

Lamento contribuir con una apreciación que aun oscurece más el panorama. En el trabajo de Nature que se cita en esta entrada, además de publicar el porcentaje de mujeres (43%)y de hombres (23%) que dejan su trabajo STEM a tiempo completo tras ser madres/padres, los autores recogen también las cifras correspondientes a la proporción de mujeres y hombres sin hijos que abandonan su carrera STEM, que son del 24% y 16% respectivamente, datos que ponen de manifiesto que hay razones de peso más allá de las dificultades para conciliar con el parental care. Incluso teniendo en cuenta que tal y como se indica en el estudio, una cierta proporción del abandono a tiempo completo se debe a reducciones de dedicación (convirtiéndose en trabajos a tiempo pacial, los datos apuntados presentan un escenario que si bien resulta especialmente negro en el caso de las mujeres, es muy preocupante en términos generales, por razones que muy bien recoge Joaquín en su estupenda entrada.

Joaquín Sevilla dijo...

Gracias por la puntualización Miren Bego. Es verdad que mirnado con detalle los datos es peor la cosa. Tenemos un problema ahí, no hay duda.

Juan Panisello dijo...

Quisiera pensar que el científico que no comete fraude al final será reconocido, y el científico que comete fraude al final le vendrá su día del "juicio final". En fin muchos ánimos a todos los científicos e investigadores, pues sí bien es cierto que el sistema establece un listón muy alto, por mucho que publiques sí cometes fraude al final has pasado formalmente un listón, pero el contenido de la publicación hay que entender que no la ha superado. Al final será la sociedad quien cribe a los científicos, y a lo mejor no tanto las publicaciones realizadas.