domingo, 25 de junio de 2017

Pentagramas en el cielo

(Esta entrada apareció en Naukas hace unos días)

Me dice Adela que le tengo que explicar que son esas cosas tan raras en el cielo.

Son nubes artificiales. Homogenitus y homomutatus. El resto de la entrada es la versión larga (ma non troppo).

Los gases que expulsan los aviones, y que son el resultado de quemar el combustible, incluyen un montón de vapor de agua. Dependiendo de las condiciones del aire en cada momento ese vapor de agua puede hacer distintas cosas. Muchas veces simplemente se dispersa en forma de vapor y nunca lo vemos. El vapor de agua es invisible, transparente como el aire. En otras ocasiones el vapor se condensa en forma de pequeñas gotitas de agua que quedan suspendidas en el aire y se congelan. Casi seguro que las de la foto son eso, nubes hechas de cristalitos de hielo procedentes de los gases de aviones que pasaban. En la vertical de Pamplona, un día de cielo muy estable, a la altura de crucero de los aviones probablemente el aire tenía poca humedad y estaba muy quieto. Así que las trazas de cada avión permanecían tiempo suficiente como para que se fueran acumulando líneas. La foto está hecha desde la puerta de la escuela de música de Mutilva, supongo que por eso vi en ellas pentagramas.

¿Por qué expulsan vapor de agua los aviones? Casi todos los combustibles consisten en moléculas orgánicas que son cadenas de carbonos con hidrógenos en el resto de los enlaces que no se emplean en encadenar los carbonos. También contienen pequeñas cantidades de otros elementos (oxígeno, azufre, nitrógeno, ...), pero a grandes rasgos son compuestos de carbono e hidrógeno. Al quemarse reaccionan con oxígeno y se separan, dejan de estar unidos carbón e hidrógeno para que cada uno de ellos se vaya por su lado con el oxígeno (que está hecho un ligón que se va con todos). El uno en forma de CO2 (dióxido de carbono) y el otro en forma de agua, H2O. Ese agua es la que resulta de la combustión en forma de vapor y condensa después en las estelas de los aviones. Hay un montón de experimentos domésticos (o tabernarios) que se basan en la condensación del agua procedente de la combustión para generar efectos llamativos. Como al condensar se reduce mucho el volumen ocupado, cuando tiene lugar en un recipiente cerrado baja la presión. Con esa disminución de presión se puede succionar el agua de un plato, meter un huevo duro en una botella o espachurrar una lata de refresco, que serían los tres experimentos más clásicos basados en esta situación.

Hay otras situaciones que hacen que los aviones produzcan estelas. Cuando el aire está cargado de humedad, el paso del avión puede inducir la condensación de ese agua que ya estaba allí. Eso es más probable cerca del suelo (en despegues o aterrizajes) y cerca del mar, que donde es más habitual tener aire cargado de humedad. Son especialmente llamativos los conos de nube que se producen alrededor de aviones de caza cuando rompen la barrera del sonido sobre el mar, y de entre las fotos de ese fenómeno la más famosa (con una curiosa historia detrás).



En todo caso, sea de agua aportada por el avión o preexistente en lugar por el que pasa, las estelas de los aviones están formadas por agua que se condensa a partir del vapor. Aunque el fenómeno a grandes rasgos es sencillo, los detalles cuantitativos de cómo se produce son muy complejos. Por un lado está la necesidad de centros de nucleación para que se produzca la condensación. Se ha comprobado que el biofuel aporta menos de estos centros y, por tanto, produce menos estelas a igualdad de condiciones. Por otro lado está la eficiencia de los motores: para producir el mismo empuje los motores más eficientes expulsan gases más fríos, con lo que el agua que contienen se condensa y congela con más facilidad. Toda esta variabilidad hace que desde el suelo no podamos prever cuando se va a crear una estela, cuando no, cuando va a ser duradera y cuando se va a dispersar con rapidez. Lo mismo que nos ocurre con todas  las nubes que hay en el cielo y que hace tan maravilloso ese inmenso lienzo azul.

La Organización Meteorológica Mundial añadió varias tipologías al Atlas Internacional de Nubes en marzo de 2017. Entre ellas la nube generada por el hombre, que dicho en latín queda homogenitus. Y el resultado de la evolución de esas nubes con el tiempo, dado que evolucionan, mutan de forma, se han bautizado como homomutatus.

Por cierto, también hay una versión conspiranoica sobre este tema, pero es algo tan absurdo que no merece más comentario.

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Referencias
https://en.wikipedia.org/wiki/Contrail
http://www.aemet.es/es/noticias/2017/03/Nuevo_Atlas_Nubes
http://naukas.com/2011/05/04/la-fisica-de-las-estelas-blancas-de-los-aviones/
http://www.atlasobscura.com/articles/the-wildly-misunderstood-aeronautics-event-captured-in-this-photograph
http://naukas.com/2015/02/24/la-presion-y-la-vela/

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