martes, 18 de febrero de 2020

El virus nuevo del emperador

 Parece ser que estamos siempre buscando razonamientos (excusas) que lo que de verdad nos apetece, encaje con el discurso que solíamos contar. En ese universo de las racionalizaciones ha aparecido un actor potente e inesperado, el coronavirus. Así que un conjunto de empresarios que, quizá, estaban hartos de ir a un carísimo congreso que, aunque generara alguna venta, tampoco molaba tanto, han encontrado su excusa. Unos individuos, racistas de hace tiempo, han encontrado su “razonamiento” para exteriorizar patentemente su odio hacia un grupo étnico bien diferenciable. Por su parte, también la lógica de la evolución (aplicada a los mercados y a la globalización, en concreto) ha aprovechado el momento para mostrar que los monocultivos son peligrosos, dan mucho rendimiento, pero son muy sensibles a las plagas. Al final, esa mutación de un virus con corona está haciendo como el niño del traje nuevo del emperador, señalando que van desnudos el postureo empresarial, el racismo rancio y la globalización monocultivo. No hay mal que por bien no venga (si la epidemia queda contenida, claro)

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