El asunto de crear titulaciones conjuntas entre distintas universidades es un runrún permanente desde hace años. Era un tema recurrente en las reuniones del G9 a que asistí (de las primeras hace 12 años ya), ahora veo que se considera en el entorno Aquitania, Euskadi, Navarra.
Siempre es un tema complicado, ya que las titulaciones oficiales en las universidades públicas las han de aprobar las comunidades autónomas, y casi nunca ven clara ni la necesidad de otra titulación (salvo que sea para crear un campus nuevo, como en Tudela), ni que sea compartida. Por otro lado, los profesores de cada universidad, si ven ambiente favorable para una nueva titulación, mejor quedarse con todos los créditos que repartirlos con otra universidad ¿no?
Estos obstáculos de partida se podrían superar si hubiera una motivación suficientemente fuerte; si la universidad tiene una idea clara respecto de su posicionamiento estratégico y en ese camino conviene una titulación compartida no sería difícil de organizar. Pero eso no existe. Por más que se haga el ejercicio de elaborar planes estratégicos, en la universidad de eso sólo se toma la metodología. El fondo no se puede tocar porque en realidad, la "comunidad universitaria" no tiene más misión estratégica que su propia preservación y el aumento de su calidad de vida. En ese objetivo último no encajan titulaciones conjuntas más allá de algún título anecdótico, algún máster muy específico o título propio.
(La noticia completa aqui)
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2 comentarios:
Las últimas afirmaciones son un tanto devastadoras. Que la comunidad universitaria no tiene más misión estratégica que su propia preservación y el aumento de su calidad de vida, puede ser cierto...o no. Me recuerda a esas afirmaciones de que "nunca la juventud ha sido tan irreverente" y descubres que esto ya se decía hace 5000 años.
Pero sea cierto o no, lo que es seguro es que crear estructuras que escapen de lo trillado resulta complicado.
El principal problema es que algunas iniciativas se toman por la dirección de las universidades, respondiendo a estímulos de "alto interés estratégico", pero que no despiertan entusiasmo entre quienes tienen que llevarlo realmente a cabo y que, por otra parte, cuando existen iniciativas por parte de los profesores, las direcciones de las universidades suelen mirarlas con recelo porque siempre parece existir la sospecha de que se pretende "montar chiringuitos" más que lanzar iniciativas académicas de interés. Esa permanente falta de sintonía entre las direcciones de las universidades y los que realmente llevan a cabo la labor académica (docencia e investigación), por más que aquellos procedan y sean elegidos de entre estos últimos, parece ser de difícil solución y una enorme lacra para el funcionamiento de las universidades y para la consolidación de iniciativas como las que se menciona en el texto.
Mi visión de lo entratégico en la universidad la he contado otra veces aqui: http://joaquinsevilla.blogspot.com/2008/09/plan-estratgico-del-departamento.html
por eso no he querido repetir el argumento, y me he quedado solo con la conclusión, que puede resultar muy fuerte, si (aunque estoy plenamente convencido de ella).
En lo que dices respecto de la difícil sintonia entre iniciativas "top-down" y "bottom-up" estoy totalmente de acuerdo.
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