miércoles, 5 de enero de 2022

Cocido universal

Comíamos hace unos días un cocido madrileño y nos hizo gracia considerarlo como un buen ejemplo de diseño universal.

El diseño universal se concreta en 7 principios cuyo cumplimiento grantiza que el objeto, servicio o entorno de que se trate podrá ser utilizado por el máximo número de personas independientemente de sus capacidades.

El primer principio dice que debe haber igualdad de uso, el segundo pide flexibilidad, simplicidad de uso el tercero. No se trata de analizarlos aquí todos (ver, por ejemplo, la wikipedia), solo de comprobar como un cocido, hecho con cuidado, con dos ollas, una con las verduras y otra para las carnes, permite cumplir muy bien estos criterios.

Cada persona puede adaptar lo que se pone en el plato a sus necesidades dietéticas. El hijo vegano tiene su opción, la cuñada que cuida la línea puede poner mucha fibra y pocas calorías, el primo deportista se puede llenar de hidratos y proterinas. Vamos, que servir los componentes por separado permite que cada persona se componga su ración de acuerdo con sus preferencias (que en muchos casos son expresión de necesidades).

La realización de un menú para muchas personas que permita acomodar diversidad de usuarios es un ejemplo interesante con el que reflexionar sobre esa idea de Diesño Universal (también llamado "diseño para todas las personas") sacandolo un poco del contexto de la discapacidad en el que nació. Porque este tipo de reflexiones va mucho más allá de hacerle la vida más agradable a unos pocos "desgraciados". Se trata de tener en cuenta que, con poco esfuerzo extra, se puede hacer un mundo mejor para todos.

Como ya comentamos anteriormente, la discapacidad es un problema de desajuste que en mayor o menor medida sufrimos todas las personas.



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