viernes, 23 de agosto de 2024

¿Qué le quita el sitio a un coche?

El coche, ese elemento omnipresente que es una extensión de nuestra personalidad. Ese trocito de mundo móvil que es de nuestra propiedad, que podemos aparcar donde queramos, que nos lleva a cualquier sitio. Poco a poco le hemos ido concediendo todo el espacio público, pagando con dinero público las modificaciones para ponérselo cómodo. 

En ese entorno cochecentrista, ¿qué razón puede haber para quitar un hueco de aparcamiento? Pocas. Pero bueno, se puede reservar para usuarios especiales, personas con discapacidad, por ejemplo, que necesitan especialmente aparcamientos cómodos cerca del destino final y con espacio para las maniobras de subir y bajar. Vale, aunque quizá haya demasiados para las pocas personas con discapacidad que van en coche, admitimos la excepción.
 

La última tendencia, por encima (literalmente) de las reservas por discapacidad, es la adoración del coche eléctrico. Reservamos sitios, los mejores y muchos (muchísimos más de los que se usan), a ese objeto que promete aunar Los valores del coche de toda la vida con la moderna “sostenibilidad”. Siendo tal maravilla como no gastar más dinero público en reservarle los mejores espacios, con su cable, además.

Desde un punto de vista medioambiental ningún coche privado es sostenible, y mucho menos en entornos urbanos. Pero las alternativas realmente positivas pasan por planes de movilidad serios utilizando mezclas de los sistemas que menos impacto negativo tienen (y más positivo): transporte colectivo, bicicleta, dispositivos eléctricos ligeros, ¡andar!,…
Desde los puntos de vista económico y sociológico no parece sostenible lo que requiere el medio ambiente. La poderosísima industrial del automóvil no puede desaparecer así como así. Y los ciudadanos tampoco estamos dispuestos a perder ese símbolo de libertad, de realización personal y de poder que es el coche propio.

Conceptualmente lo veo clarísimo, lo que no evita que sea un cocheadicto. Ya me costó en su día dejar de fumar, sabiendo lo malísimo que era para mi entorno y para mí. A ver si me voy quitando del coche, aunque no deberíamos confundir los esfuerzos individuales con la acción política, ni requerir coherencias imposibles para reclamar lo correcto.

(La foto es real, de hoy mismo en el aparcamiento de la UPNA. Que seguro que tiene suficientes plazas para la discapacidad y cumple las normativas, pero vamos... )
 

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