martes, 11 de junio de 2024

La política y lo epistémico

 "Los partidos políticos como agentes epistémicos colectivos".

Esta frase salió en una reunión ("Chatham house rule")  a la que asistí hace unos días. Ahora le doy vueltas a esta idea ilusoria (no creo que lo hayan sido en los últimos tiempos) pero ilusionante (puede ser una vía de futuro).

Si hay algo de valor epistémico, un esfuerzo de agregación de conocimiento experto sin eludir los valores asumidos ideológicamente, fue el "proyecto de país" de Sumar. Y ese proyecto ha sido atropellado por el día a día de la política más miserable, la que ha ido desgastando el proyecto hasta expulsar (ayer) a su visionaria impulsora (Yolanda Díaz).

Por otro lado, el ascenso de la extrema derecha es espectacular. Desde el momento en que el relato cultural permite aceptar sin vergüenza máximas contrarias a los derechos humanos, por un lado hemos perdido un suelo común que nos sirvió desde que se establecieron a la sombra de la segunda guerra mundial, y por otro se legitima un "ideario" maravillosamente palatable, lleno de lugares comunes, contradictorios entre sí, pero que resuenan extraordinariamente con aspectos muy primarios de la psicología humana. Casi todos se basan en el tribalismo: nosotros y ellos; los de aquí y los de allí, los de género definido y los otros, los de nuestra religión y las otras, los hombres y las mujeres, los trabajadores y los subvencionados.

Es difícil enfatizar suficientemente a qué velocidad se complejiza el mundo. Pensemos en lo que ha pasado en 4 generaciones:

  •  Mis abuelos (que nacieron en los 10 del siglo XX) vivieron una infancia muy parecida a la que se vivía en tiempos de Julio Cesar, y a lo largo de su vida los caballos y mulas se sustituyeron por bicis y coches, aparecieron los aviones, la radio, las grabaciones musicales, los inodoros,... 
  • La siguiente generación, mis padres, vieron vaciarse los pueblos e inflarse las ciudades, crecer las fábricas, pudieron comparase un coche, tener vacaciones, hijos universitarios y hasta una segunda vivienda en muchos casos. 
  • La tercera generación, la mía, empieza a vivir la una situación en la que ventajas e inconvenientes (del "progreso") se equilibran, vamos a la universidad, pero a una universidad masificada y cada vez menos abierta. Accedemos a trabajos y viviendas que son el orgullo de los abuelos pero que nos llevan a vidas aceleradas donde los hijos caben mal y, definitivamente, nada que no sea la familia nuclear tiene sentido. Tenemos coche, pero nos esclaviza. Tenemos trabajo, pero nos extenúa. Al menos podemos ir a cenar y viajar en vacaciones a la otra punta del mundo, podemos pasar 10 días con todo incluido que, aparentemente, justifican esa vida tensa. 
  • La cuarta generación, la de mis hijes, tiene claro que los beneficios del progreso no les compensan los perjuicios. Tienen ropa superbarata en megatiendas multinacionales, pero saben que su confección está llena de trabajo infantil y daño medioambiental. No necesitan estudiar sobre el calentamiento global porque en sus minipisos compartidos urbanos los veranos son evidentemente más insoportables .

En ese mundo complejo los análisis racionales son costosos, no están al alcance de los ciudadanos (que, recordemos, siguen viviendo unas vidas tensas, por decirlo suavemente). No es que no sepan (sepamos) distinguir el Consejo de la Comisión europeos, es que no diferenciamos gobierno de estado, o los tradicionales 3 poderes. La disonancia cognitiva que produce un mundo incomprensible y la evidencia de que "yo no soy tonto" es un caldo de cultivo excelente para las peores respuestas...

  • (1) Asume tu inteligencia sin miedo, la complejidad la han inventado unas personas que lo que quieren es dominarte, pero en realidad todo es muy sencillo. Mira el horizonte y determina tú mimo si la tierra es plana o no. Ante tus propias evidencias sensibles ¿por qué dejarse llevar por complejas "teorías"?
  • (2) ¿Quien está sirviendo en los bares o cuidando a los ancianos? Y mientras tus sobrinos en paro. ¿No es obvio que esas personas les quitan el trabajo a tus seres queridos? Los que dicen que tus parientes rechazan esos trabajos y que la inmigración es inexcusable son esos que quieren complicarte la vida. Juzga por ti mismo y verás como la respuesta es obvia.
  • (3) ¿Que no tienes gente para recoger las uvas o las fresas? Claro, están todos con la "paguita" y no quieren venir a ganarse la vida honradamente como siempre se hizo.


Si lo anterior es un buen marco explicativo (1), el ascenso de la ultraderecha tiene un componente sociológico, la complejidad social, y uno psicológico, la disonancia cognitiva que produce la dificultad de bregar con esa complejidad. O visto aún desde más arriba, se trata de un problema epistemológico: cómo gestionar mucha información, con diferentes grados de verosimilitud, e integrarla en procesos de toma de decisión de forma, si no óptima, cuando menos satisfactoria.

Y con esto se cierra el círculo volviendo a la frase que citaba al comienzo "los partido como agentes epistémicos colectivos". A ver quien le hinca el diente a ese problema en vez de a los compañeros de espacio ideológico.

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(1) marco explicativo, que no la verdad y toda la verdad, cosa a la que aspiran los filósofos y les lleva en demasiadas ocasiones a la parálisis por el análisis, imho.

Figura:  De trabajo propio basado en "Classical-Definition-of-Kno.svg" de la Wikimedia Commons en inglés, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2012584

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo has retratado a la perfección en unos pocos párrafos.