lunes, 15 de agosto de 2022

Escaparates y carreras de armamento

Imagino al dueño de una zapatería mirando la factura de la luz, tan engordada estos últimos meses, preguntándose de dónde ahorrar. Podría apagar los escaparates cuando la tienda está cerrada, claro. Pero si las demás tiendas de la calle tienen sus escaparates encendidos quedas como el cutre del barrio. Incluso se puede pensar que has cerrado, y eso será malo para el negocio los siguientes días. Ha de mantener la luz encendida porque los demás lo hacen. Es fácil imaginar a la de la boutique de al lado pensando algo parecido.

Encender escaparates con las tiendas cerradas apenas supone beneficio para nade. Pero se ha llegado a esa situación por un efecto de carrera de armamentos. Uno la enciende un poco más, entonces el de al lado le imita, otro sube 15 minutos y así todos. Incluso siendo un recurso caro, no es fácil deshacer una carrera de armamentos. Bueno, en este caso sí es fácil. Basta que alguien con una visión colectiva, por encima de cada comerciante individual se de cuenta y fuerce la situación. Para eso se crearon los estados, para velar por intereses colectivos que cada individuo o no puede o le es muy difícil conseguir.

Esos escaparates encendidos cuando las tiendas hace tiempo que cerraron no le reportan beneficio a sus dueños, les reportan pérdidas. Ese consumo energético no solo es caro para el que lo paga, sino costoso de suministrar en términos de política internacional. Su ausencia mejora la calidad de la noche, eliminando contaminación lumínica. La contaminación lumínica se sabe bien que genera problemas en personas y ecosistemas y que no produce seguridad (menos robos).

Aunque yo no la comparta, creo que es legítimo tener una ideología que, en términos generales, abogue por la disminución del papel del estado en la organización social. Pero este ejemplo en particular es de los peores para intentar aplicarla. La prohibición de encender escaparates un rato después de cerrar la tienda solo tiene ventajas en el mundo real, para oponerse hay que construir uno imaginario.

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La foto está robada de El Periódico. Y el tema, que habremos olvidado en unos meses, va por un decreto que ha aprobado el Gobierno sobre ahorro energético por la guerra de Ucrania y que está teniendo una contestación política tan habitual como absurda.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Podríamos abrir el melón de usar chaqueta y corbata en pleno verano

Joaquín Sevilla dijo...

Sin duda. La chaqueta y la corbata tampoco tienen valor real, pero al menos lo tienen simbólico (nos guste o, como a mi, no), y gastar en símbolos es algo habitual, ahoi hay que calibrar que simbolismo justifica que coste. Peor en el caso de los escaparates el beneficio es cero para todos. Por eso me parecía especial.

leitzaran dijo...

Acaba de empezar la liga de fútbol.

Me gustaría saber cuántos partidos van a jugarse con unas iluminaciones escandalosas, especialmente en invierno.

¿La ley no tiene narices para obligarles?

Joaquín Sevilla dijo...

Lo ignoro. Pero ese es otro tema, y hay muchos. Yo solo quería llamar la atención sobre uno especialmente obvio.