lunes, 28 de febrero de 2022

La cafetera averiada

Una amiga nos pasa una cafetera para que probemos si nos funciona en la vitrocerámica. A ella no le funciona y sospecha que tiene que ver con que se ha cambiado a una cocina de inducción y quizá tenga algo que ver. 

Que sea vitrocerámica, fuego o inducción afecta a como se transmite calor desde la cocina a la cafetera, a la base. Si el calentamiento es efectivo funcionará igual con un sistema que con otro. Así que la cargamos con agua y café y probamos. El resultado es que se calienta, hace el ruido de salir café, sale vapor por el pitorro, pero apenas ha subido café. Dejándola mucho rato sigue haciendo ruido y saliendo vapor pero sin salir apenas café.

En este punto mi hipótesis es que se ha roto el filtro, la pieza rotulada con un 2 en la figura de abajo. Esa figura ayuda a entender como funcionan estas cafeteras “italianas” (que los italianos llaman “moka”). En el recipiente de abajo se pone el agua y es el que se calienta. Cunado el agua entra en ebullición se acumula el vapor sobre el agua y al presionar sobre ella le obliga a subir por el tubito que tiene el filtro, mezclarse con el café molido y seguir hacia arriba. Pero para que eso ocurra ese espacio tiene que ser hermético. Si hay algún lugar por el que se pueda fugar el vapor no se generará sobrepresión y no subirá el agua.

 Al ocurrir justo eso, que no sube el agua, pero sí vapor, parece que lo que tiene que pasar es que la pieza 2 ha perdido la integridad, algún agujero comunica la parte de abajo con la de arriba y por allí se escapa el vapor hacia donde debería estar el café. Dado que es un tubo soldado de alguna forma a la cazoleta, mi primera apuesta es que esa soldadura se habría agrietado. Para comprobar la estanqueidad se puede intentar sellar con la mano y soplar por el tubo (como se muestra en la foto de abajo, junto con una foto de la cafetera en cuestión). El “experimento” del soplido deja claro que no hay estanqueidad (lo repetí con la cazoleta de una cafetera que funciona bien, como “experimento control” y la diferencia era clara).

Sabiendo que había un poro era cosa de mirar de cerca a ver si aparecía. Resultó muy evidente y no estaba en la unión entre el tubo y la cazoleta. Se habían producido un montón de pequeños agujeros por corrosión en el rebaje que tiene el cuerpo de la cazoleta (que seguramente esta hecho para apoyar ahí una tapita que se usa para hacer media cafetera). En la foto de aquí abajo se ven esos agujeros. En realidad son muy pequeños y si no se pone a contraluz no se ven, aunque en la foto parezcan muy evidentes.

Misterio resuelto. No tenía nada que ver con la vitro o la inducción. Hay que comprar una cazoleta nueva y funcionará.

Es una pequeña tontería que no va a resolver nada, pero hace mucha ilusión que las cosas tengan un porqué, razonar y encontrarlo. Una pequeña satisfacción que compartir.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi caso lo que ocasionó el problema fue la pequeña deformación producida por los golpecitos que le damos a la cazoleta en el cubo de basura para vaciarla de los posos de café. Ahora siempre lp hago con el dedo

Joaquín Sevilla dijo...

Ah, claro. Si se deforma y no encaja perfecto aparece el mismo problema de falta de estanqueidad. Parece que esa pieza es el elemento mas débil de estas cafeteras, que por lo demás son enormemente robustas.