Es una especie de cuadratura del círculo que, cuando ocurre, resulta maravillosa y gratificante para todas las partes, pero que cuesta de identificar y poner en marcha.
El 16 de octubre se celebró en la UPNA una jornada sobre el tema y me invitaron a contar brevemente mi experiencia. Ya en 2013 se celebró otra (ver aquí) en la que tenía más sentido participar, porque hacía cosas en aquel momento. Ahora fue más recordar los proyectos final de carrera que hacíamos con Tasubinsa. Pero por un conjunto de motivos aquello terminó.
De la jornada me gustó la ponencia inagural, de Pilar Aramburuzabala, describiendo lo que es el APS (ver notas en la figura), y algunas ideas sueltas que me llamaron la atención del resto de las ponencias (en su momento tuiteradas aquí):
- que la universidad tiene que bajar de sus torres de marfil y llegar incluso al barro
- que el APS se aproxima a veces demasiado al voluntariado (y a una acción social "misionera" un poco meh!);
- que la "tercera misión" de la universidad (tradicionalmente llamada extensión universitaria) requiere de un plan estratégico, en el que el APS encaja muy bien, pero entre muchas cosas más.
- que la divulgación científica es un ámbito en el que desarrollar proyectos de APS, especialmente para asignaturas de ciencias básicas.
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