lunes, 9 de septiembre de 2024

Solemne inaguración del curso 24


 El viernes pasado tuvo lugar la solemne apertura del curso universitario en la UPNA. Parece ser que las tradiciones dan seguridad, pero a mi me resulta excesiva esa formalidad de los trajes académicos, el desfile y los coros e himnos. Lo de los disfraces de antiguo (siempre digo que son del siglo XVII, pero no lo sé de verdad) es para que venga el niño del traje nuevo del emperador y le de la risa. También es verdad que sos flecos, rasos y coloridos tienen un punto drag (como dice mi amiga María) que permite verlo de otro modo. Yo decidí hace unos años que no me revestía más, la última fue en la toma de posesión como catedrático.

La lección inagural la dio César Arrese-Igor, que habló de su tema, la fijación de nitrógeno por plantas, pero centrándolo en la simbiosis, que tiene una lectura de interés mucho más general. Estuvo muy bien, incluso el exceso de tecnicismo en la parte central es importante para que el público tenga ocasión de atisbar la complejidad que requiere establecer conocimiento científico, de ese que luego, cuando te lo cuentan ya hecho, parece casi trivial a veces. El título era "Simbiosis: los retos de una vida en común" y se puede bajar en pdf de AQUÍ

El contenido político lo dio la reclamación del Rector, un poco cruda incluso, de un marco de financiación adecuado. Este año que toca rehacer el convenio de financiación (que nunca cumplió del todo el gobierno) resulta crítico. El gran Oroz recoge ese momento en el chiste (que quizá necesita el contexto de que la presidenta es licenciada por esta universidad). Por el Campus corre el rumor de que para aumentar el presupuesto están pidiendo que la universidad también "se comprometa", lo que parece traducirse en una modificación del documento de planificación docente que endurezca el cómputo de actividades (la valoración de tesis, trabajos din de grado, actividades de gestión o de investigación, etc.). Algo que ha de redundar en que demos más clases y, por tanto, haga falta menos profesorado.

Al final nada es gratis y reducir el número de personas para dar las clases que conducen a títulos oficiales supondrá reducir el resto de actividades universitarias que tan positivamente redundan en su entorno, sobre todo investigación y transferencia. Ojalá se acabe llegando a un equilibrio razonable

La foto está tomada de la noticia en el sitio web de la universidad.