Hoy Israel ha matado a unos cooperantes que estaban dando de comer a la población asediada de Gaza. Estos cooperantes son 7 más en una larga lista (de 196). Por ser una ONG especialmente mediática el hecho ha tenido especial repercusión, se trata de la ONG del cocinero José Andrés. Independientemente de lo mediático del hecho es repugnante que mueran cooperantes en esa guerra. También es inadmisible que mueran médicos, niños, civiles en general. Es inaudito que se use el hambre como arma de guerra.
Pero todo eso son obviedades que cualquier persona desde la comodidad de su anonimato (o falta de relevancia política) y la comodidad de su salón, como yo ahora, decimos sin problema. Lo importante es que se diga desde las instituciones, desde la política, desde la relevancia social y mediática. Por eso resulta extraña la actitud pasada del famoso chef que se desvinculaba de la política e incluso la criticaba (ver figura, izquierda). Su ONG iba a mitigar estos problemas como si fueran causados por un desastre natural, sin entrar en más consideración. Es terrible, inhumana, la situación que le ha llevado a cambiar de opinión (al menos eso se desprende de sus declaraciones, ver figura, derecha).
No deja de ser un ejemplo paradigmático, con todo su dramatismo, de la encrucijada en que se ven las ONGs a menudo. Aun siendo obvio que los daños que mitigan son causados por políticas concretas, se ven "obligados" a mirar para otro lado para mantener la neutralidad que les da sentido. Una neutralidad más o menos fingida, con la que se acostumbran a vivir sus integrantes.
Vale que la revolución también ha demostrado su inutilidad en suficientes ocasiones, pero no me creo que haya que hacer como que la política no existe. De hecho, siento que la política es la verdadera revolución.
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Las imágenes las he tomado de tuiter
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