Acaba de terminar la tercera temporada de "El vermú de la ciencia". Se ha emitido los domingos siempre que no hubiera fútbol u otras alteraciones de la programación. Se trata de una sección del programa "A vivir Navarra" (la parte local de A vivir que son dos días) en Ser Navarra. Conducido por Álvaro Valderrama, Javier Armentia y yo charlamos de algún tema científico con un poquito de humor. Por cierto, que coleccionamos los podcast AQUÍ.
Pero no se trataba (solo) de hacer publicidad, sino de comentar una observación que me viene llamando la atención: la repercusión del programa en tuiter y en el mundo real son prácticamente disjuntas. Cuando comentas en tuiter que va a comenzar el programa o de lo que va, apenas hay ninguna respuesta. Sin embargo, en el mundo real deben oírlo varios miles de personas (extrapolando de aquí). Además de vez en cuando me encuentro con alguna persona que confiesa que nos escucha habitualmente. O sea que oyentes si hay, lo que pasa es que no deben estar en tuiter o, al menos, no a la vez.
Ejemplos como el reciente espectáculo de Eurovisión (no comments) muestran que la tele no solo es compatible con tuiter, sino que se refuerzan: es más divertido ver esas cosas comentando en redes. En cambio la radio ocupa otro tipo de nichos de actividad y es más difícil esa compatibilidad con las redes sociales. Escuchamos la radio mientras hacemos otras cosas, cocinar por ejemplo (especialmente a la hora del vermú), cosas que no se pueden hacer mientras tecleas en la mayoría de los casos.
Es fácil de entender, y más cuando te das cuenta de que ambos públicos (el de la radio y el de tuiter) son muy pequeños en comparación con toda la población. Seguramente eso es lo que resulta tan raro: a fuerza de pasar tiempo en redes sociales se acaba generando la ilusión de que eso es el mundo y observaciones como esa arruinan la ilusión y de devuelven al suelo. Hala pués, ya desde el suelo continuemos explorando todos los posibles canales para la divulgación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario